Capítulo 2.

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Odiaba los días que tenía que empacar para ir a casa de su madre. No entendía porque lo seguía haciendo si claramente la mujer no la quería ahí. Tal vez porque los abogados le pedían una evidencia de visita o tal vez porque Hermione no quería que su madre se suicidara. Podían ser muchas cosas.

Abrumada dejó la maleta luego de cerrarla, suspirando antes de bajar las escaleras para ver a su padre preparar balas en la mesa de la cocina. A él tampoco le gustaba que su hija fuera donde no la querían.

— ¿Quieres ayuda con eso?—. Pregunto sonriente.

— No, hija. No te preocupes. ¿No puedes dormir?—. Miró que pasaban de las once de la noche. La castaña negó con la cabeza suavemente.

— No, es que no me gustan los dias que tengo que ir con mamá.— Los dedos de Hermione acariciaron la mesa de madera, jugando con los pequeños fragmentos de pólvora.

— Algun dia te puedes arrepentir de decir eso.— Pone la bala en su caja antes de proseguir preparando más. Su padre era un gran hombre, bastante apuesto y solidario. Siempre estaba de buen humor, siempre quería ayudar y hacer feliz a su familia. Si bien algo de eso murió hace tres años él seguía peleando contra el mundo por él y Hermione.

— Lo sé. No puedo evitar pensarlo. Ella no me quiere ahí.— Su mente viaja al recuerdo del funeral de la madre de la chica pelinegra y en cómo murió. Como una persona quería recuperar a su madre cuando ella lo que quería era no verla más. No ver esos ojos llenos de odio.

— Entiende a tu madre perdió...—

— No lo digas.— Interrumpe Hermione. Aún duele un poco.

— Bien.— suspira.— Mañana tenemos práctica de arco. Tal vez nos salga mejor usar flechas que balas contra los animales que invadan la reserva.—

— Ahí estaré, papá. — Murmura.— Me voy a dormir. Mañana tengo clases.— Sonríe antes de acercarse a besar la mejilla de su padre. Sube las escaleras nuevamente, llegando a su habitación, deteniéndose a mirar la habitación de enfrente la cual la puerta no se ha vuelto abrir desde esa noche de investigaciones.

Entró a su cuarto, dejando la maleta bajo la cama, tirándose en la cama para intentar dormir un poco. Normalmente no podía dormir los días que sabía que se iría de esta casa pero tenía que hacer el intento.

La noche corrió con rapidez y en menos de nada se despertó para prepararse para el día. Tomó la maleta, bajando las escaleras. Su padre Jeremy dejó el desayuno preparado con una nota de que debía ir a Lander.

Se sentó a desayunar con tranquilidad, volviendo a subir para cepillar sus dientes. Tomó la maleta, dejándola en su auto y comenzando a conducir rumbo a la escuela.

Las carreteras estaban semi congeladas debido a que hoy pintaba para ser un día soleado. La nieve seguía presente en el condado. Era de esperarse estaban a mediados de agosto.

Estaba a un año de terminar la escuela para ir rumbo a la universidad, no sabía todavía si quería dejar el condado o quería quedarse. Era una decisión difícil que tomar.

Se bajó del auto, caminando por el estacionamiento. Harry, Ginny y Ron estaban recargados en el auto de Potter quien era el que se encarga de traerlos debido que vivían en el mismo condado.

— Buenos dias.— Saludo a sus amigos.

— Buenos dias, bonita.— Guiño su ojo Harry a su ex novia.

— ¿Qué tienen de buenos?—. Gruño Ron a medio dormir. Ginny le dio un empujón.

— Se durmió tarde viendo una serie. No le hagas caso.— La joven pelirroja de quince años acomodo su mochila. Era la menor de los Weasley.

Cold River- PansmioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora