Capítulo 6.

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A pesar de ser más baja, Hermione sostuvo entre sus brazos a Pansy, dejándola llorar por todo el tiempo que no pudo hacerlo. Palmer salió un momento pero con un leve asentimiento le indico que tenía todo en control.

— Lo siento. — Se alejó de la castaña limpiando sus ojos después de haber llorado.

— Está bien.— Dice por lo bajo, guardando sus manos en sus bolsillos de su abrigo.

— No creo que pueda volver a entrar... Y esta haciendo frió.— Da un par de asentimientos nerviosa, sorbiendo su nariz.—

— Creo que debes ir a casa. — Hermione dibuja una leve sonrisa.

— Tampoco quiero ir ahí. No puedo. — Pansy mira hacia el costado izquierdo. Varias personas del pueblo se encuentran paseando a sus mascotas, otras salen de las tiendas de comestibles. — ¿Quieres ir por algo de buen café?—. Lleva sus manos a sus bolsillos. — Te llevo a casa. Se que tu padre te trajo.

— Yo... Si, si claro. Gracias. — Hermione sonríe.

— Bien. — Pansy deja ir un suspiro para aclarar sus emociones. Guía a Hermione hasta su auto. — Daphne me recomendó una buena cafetería.— Sus dedos encienden la pantalla de su automóvil, tecleando el nombre.

— Room Coffee. — Dice la castaña colocando el cinturón. — Sé dónde queda. Yo puedo guiarte. — Pansy la mira, dejando de teclear.

— Gracias. — Asiente. — ¿Quieres algo de música?—. La mira antes de encender la calefacción para que no tenga frío su compañera de salón de clases.

— El silencio nos sentará bien. — Murmura queriendo calmar ella misma sus emociones. Aún le dolía mucho hablar de Emily. Eran recuerdos que nunca podría borrar de su mente. Desearía que existiera algún hechizo que permitiera alterar los recuerdos o eliminarlos. Lamentablemente no existían, tendría que vivir con ello.

— De acuerdo. Solo guíame. — Enciende el auto. Hermione es buena con las indicaciones debido a que conoce el pueblo como si fuese suyo. Ha trabajado para la mayoría de los pobladores, haciendo que estos le tomen un cariño especial.

— Puedes tomar esta carretera. Te llevará directo. Es imposible no ver el enorme letrero. — Señala al frente. La pelinegra susurra un leve "ok" antes de volver al silencio. Hermione se recarga en el asiento, mirando hacia la ventana. Era raro como las personas se cruzaban por el camino de otras con diferentes historias, sentimientos o corajes. Tanto que ella deseaba alejarse de su madre cuando Pansy haría cualquier cosa por tenerla de vuelta o por haberla salvado.

Sabía que el tener algo que las personas no, no te obligaban a guardar luto solamente le parecía extraño. Si la veía era una adolescente que lo tenía todo. Millones, amigos, fiestas, ropa de moda, los mejores teléfonos o automóviles. Ni hablar de su belleza. Era hermosa de pies a cabeza tanto que la primera vez que Hermione la vio a través de la mira del rifle creyó que había sido diseñada por el mejor artista.

Detuvo el auto luego de estacionarse en el lugar. Era muy bonita la cafetería. Su diseño retro con sus luces tenues. El olor a café y pan recién horneado eran perceptibles en el aire. Hermione abrió la puerta, permitiendo el paso de la pelinegra. Le dejo elegir el lugar que más quisiera. El lugar permitía ver toda la cafetería y por el gran ventanal se podía ver el inicio del bosque además de las montañas nevadas.

— Hermione. Mi dulce niña. ¿Cómo estás hoy?—. La señorita Marie.

— Hola. Estoy bien. — Asiente un par de veces claramente nerviosa. Pansy sonríe al verla.

— Me da mucho gusto, querida. Siempre es un placer tenerte por aquí y más si es con compañía.— La mujer sonríe más, guiñandole un ojo a la pelinegra. — Te dejo las cartas. Estoy a tu orden.—

Cold River- PansmioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora