Capítulo 24.

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Las palpitaciones de su corazón eran un poco erráticas contra su pecho. Estaba nervioso, Monty estaba muy nervioso. Era como si el metal hubiese quemado su piel luego de tocar repetidas veces contra la puerta.

Sostenía un pequeño regalo de recién nacido en su mano derecha la cual estaba sudando un poco. Era joven y estaba siendo tío por primera vez por parte del medio hermano que no lo quería en absoluto.

Víctor para él siempre fue un modelo a seguir. Era alto, inteligente, agradable, valiente, Monty solo quería pasar tiempo con él pero su hermano nunca lo aceptó. Recordaba como solo pasaba el tiempo con Rosalie en Wind River o con Jeremy otro de sus amigos más cercanos.

A veces lo esperaba con una pelota de fútbol entre la nieve bajo sus botas, su hermano solo pasaba a su lado con aquellos audífonos sin voltearlo a ver como si fuera alguien invisible. También lo era para su padre, todas las cartas que le hacía se guardaban sin importancia en un maletín o terminaban en la basura.

Su madre era una perra.

Escucho esa palabra de Víctor una vez que discutían porque su madre no aceptaba a Rosalie y le faltaba el respeto. Monty estuvo enojado un tiempo pero lo dejó pasar cuando entendió el significado tras preguntarlo a un pobre borracho que era el guardia de seguridad en las petroleras de Parkinson. Recordaba cómo su madre se preocupaba por sus vestidos, sus cubiertos o por ser la mujer más hermosa y rica del lugar.

Eso no era muy difícil.

— ¿Mami?—. Preguntó el niño entrando a la habitación de su madre sin tocar primero. La vio subir rápidamente su camisón, alejándose de la cama dejando ver al chofer de la familia.

— ¿Qué estás haciendo aquí? ¡Te he dicho que no puedes estar aquí!—. Intento sacarlo de la habitación. Monty clavó sus piececitos pero la fuerza de su madre lo lanzó fuera.

Ese hombre no era su padre.

Se levantó de la alfombra, corriendo por el pasillo iluminado por los ventanales que reflejaban la nieve. Se topó a Víctor en las escaleras.

— ¿Qué haces, estúpido? ¿No puedes fijarte por donde vas? —. Se quitó los audífonos de la cabeza, guardando la reproductora en su suéter azul. Monty sabía que él no lo quería pero para él era la mejor persona del mundo, aquella que podía cuidarlo si lo necesitaba. Solo tenía que ser paciente para que Víctor lo viera.

El adolescente miró como su hermano menor estaba con las mejillas rojas de vergüenza tanto que parecía que podía salir humo de aquella piel blanca.

— ¿Qué te pasa?— Preguntó Víctor.

— Un hombre...Un hombre está durmiendo en la cama de padre y mamá está con él. — Murmuró sin entender muy bien que había pasado, era un niño. Víctor pasó rápido a su lado, golpeando el hombro de Montgomery.

Se quedó de pie en las escaleras y no pasó mucho para escuchar los gritos despectivos de su hermano hacia su madre además de algunos sonidos de cosas rompiéndose. El hombre de hace unos momentos pasó frente a él mirándolo con ojos inyectados en sangre.

Su padre se enteró esa misma noche por Víctor haciendo una enorme discusión entre sus padres que no se molestaron en ir a un lugar privado. Monty se retiró a su habitación, ocultándose en las sabanas de su cama. Espero unos momentos para ver si su hermano llegaba para verlo, cuidarlo y tal vez hacerlo sentir mejor.

Solamente sintió las manos de su madre moviéndose mientras le gritaba lo malo que había sido además de golpearlo.

Él lloró y ella le reprimió cuando lloró.

Cold River- PansmioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora