Cold River- Pansmione

Capítulo 21.

Leya observa a la chica pelinegra quien se ve claramente incómoda. Jeremy mantiene una postura frente a la mujer que alguna vez fue su esposa.

— ¿Qué estás haciendo en mi casa?—. Preguntó Leya directamente a la adolescente.

— No. ¿Qué estás haciendo tú aquí?—. Jeremy evitó el paso de Leya.— Te recuerdo que esta no es tu casa desde hace tres años.— Duele un poco decir esas palabras.

— Es mi obligación influir en las personas que intervienen en la vida de mi hija.—Su mirada se encuentra con la verdosa de Pansy quien retrocede un poco.— Ya que tu no puedes cuidarla de forma correcta.

Jeremy se siente decepcionado por las palabras de su ex esposa. Ella sabe que es el punto sensible desde el asesinato de Emily, el no poder protegerlas.

— Ve arriba cariño, dile a Hermione que saldrán a cenar.— Jeremy le deja una caricia en la mejilla, tratando de eliminar el gesto de incomodidad y preocupación antes de sacar dinero de su billetera para entregárselo.

— Lamento lo que provoque.— Su voz es baja y sensible.

— Deberías de hacerlo.— Leya quiere acercarse pero el hombre se interpone dándole una mirada nueva a Pansy. La pelinegra sube las escaleras para ir en dirección a la habitación de Hermione.

— ¿En qué demonios estás pensando? ¡Es una niña! ¡No puedes venir así a mi casa y atacar a la pareja de nuestra hija!— Él nunca le grito pero esta vez sus nervios están por las nubes. Está cansado desde hace tres años. Puede verse normal pero su mente va a mil kilómetros por hora, las búsquedas aún siguen, la depresión de su hija, su trabajo y por último su matrimonio a la basura.— ¡No puedes querer venir a comportarte como una madre cuando no lo eres!

— ¿Que me vas a decir tu sobre ser padre? ¿He? ¡Ni siquiera puedes corregir a nuestra hija con sus malditas relaciones personales! ¿Cómo va a salir con una mujer?— Sus dedos señalan su cabeza claramente histérica. Jeremy puede detectar el olor del alcohol.

— Yo si soy un padre, Leya. Me quedé porque la amo y quiero que sea feliz. No tiene nada de malo si es feliz con un hombre o una mujer. ¡Ella es feliz y está con vida! ¿Por qué no puedes entenderlo?.— Se abruma un poco de la mente cerrada de la mujer que una vez amó.

— ¿Eres un padre? ¡Abusaron y asesinaron a nuestra hija y no pudiste evitarlo! ¡Ni siquiera has podido encontrar al culpable porque estas acostándote con la maldita inepta de esa federal!— Leya lo empuja hacia la pared donde están sus flechas de decoración derribandolas.

— ¡No fue mi culpa! ¿Por qué todos los malditos años tienes que culparme? ¡Pasó en nuestra casa donde se suponía que estaba segura! ¡El culpable es la persona que la asesinó! Todos los días me levanto con su voz en mi cabeza y salgo a buscar quien fue el culpable. Yo si tuve la maldita actitud de quedarme a pelear por mi familia y aceptar el asesinato de mi hija mientras que tu te largaste a meterte en el alcohol. ¿Sabes por lo que pasó Hermione? ¿Lo sabes?.— Señala la escalera. — ¡Estuvo en un centro psiquiátrico! ¿Por qué? Porque intentaron hacerle lo mismo y ella se defendió. ¿Dónde estabas cuando te necesito? ¿Mhm? Le hacías falta pero no tuviste el valor de procesarlo y ahora solo vienes porque es feliz con una mujer. Una mujer que le hace sentir normal, que le hace sentir feliz, amor, tranquilidad y seguridad.— Suelta un suspiro dejando caer unas cuantas lágrimas.—. Emily no murió, la asesinaron, acéptalo y permítete sufrir para que puedas tenerla presente y buscar justicia. Entiendo lo mucho que la amas y la extrañas porque es lo mismo que yo siento por ella pero no puedes olvidar a tu hija menor.

Leya suelta una risita cínica.

— ¿Crees que siempre tienes la razón? ¿Que por darme esas malditas palabras de hombre correcto todo se va a solucionar? ¡Ella no va a volver aunque encuentres al culpable! ¡No vas a encontrar respuestas! Quita esa mierda de que deberíamos unirnos más porque nunca lo estuvimos, nunca.— Comienza a llorar entre gritos.— ¿Es que no lo entiendes? ¡Mierda! ¡Si te hubiese conocido mejor jamás me hubiese casado contigo!— se desespera un poco más si eso es posible.— ¡No me hubiese casado con un hombre cobarde!—