Capítulo 26.

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Pansy se había levantado sin hacer el menor ruido, escapando del abrazo posesivo y cálido de Hermione. Era raro que la cazadora estuviera completamente relajada o en paz pero solo ocurría cuando estaba con Pansy.

La pelinegra se dejo caer en el sofá de la oficina de su padre, abrazándose a sus piernas cubiertas de su pijama de lana de color blanco. Su cabello negro había sido cuidado por su novia luego de aquella ducha para eliminar cualquier rastro de saliva, sudor o labial. Soltó un suspiro profundo cerrando sus ojos y sintiendo el estrés sobre sus hombros.

Estaba enamorada. Muy enamorada y eso significaba que la vida no tardaría mucho en equilibrarla. Pansy no era estúpida, sabía que el grupo de apoyo ya no estaba funcionando, la ansiedad y la depresión era cada vez más palpable en su vida.

Tenía un trauma con las enfermedades y cada vez se estaba incrementando. Cada mínimo dolor o molestia en su cuerpo, cada pensamiento negativo que pasaba por su cabeza se almacena ahí.

No lo sabía su padre,  Zendaya o Hermione. Solo ella estaba librando esa batalla en silencio.

Ahora esa ansiedad se estaba manifestando con Hermione. La cazadora era la razón por la que creía en el destino, el dolor y el amor. No había una sola cosa en el mundo que no hiciera por ella.

Le aterraba la idea de perderla por muchas razones que se cruzaran. Sabía que no eran una relación aleatoria pues ellas se habían elegido mutuamente.

No sabia como lo haría pero no dejaría que muriera.

— ¿Estás bien?—. Escucho la suave pregunta antes de sentir los dedos deslizarse por su espalda. La pelinegra recargó su mejilla en su rodilla, mirándola con sus ojos verdes y brillosos.

"No, no lo estoy."

— Si. Estoy bien, tranquila.— Le sonrió a duras penas, mirándola con amor.— Solo no podía dormir y vine a verla.— Murmuró mirando las fotografías de su madre en el estudio de su padre.

Escucho a Hermione suspirar antes de sentarse a su lado, llevándola consigo para abrazarla.

Odiaba que la conociera tanto.

— ¿Qué estás pensando?—. Murmuró acariciando el brazo de su novia con tranquilidad.

— Ella sabía que te iba a encontrar. Lo sé. Lo puedo sentir.— Es sincera. Muchas veces le había escuchado hablar de una "adolescente hermosa y perfecta" que vivía en el pueblo donde ella era nativa. Ahora podía entender que era la hija de Jeremy, su ahora novia.— No se si puedas entender las ganas que tengo de verla, abrazarla o hablarle otra vez. Quiero que me pregunte como estuvo mi día o que se acueste en mi cama para platicar conmigo. Quiero hablarle de ti. La amo todavía. La necesito mucho y quiero que vuelva.— No quería que Hermione le dijera algo. Estaba harta de eso. Solo quería que la escucharan y sabía que ella lo entendería.

Si hubiese sabido lo mucho que amaba a Hermione y el miedo que traería consigo realmente nunca hubiese aceptado hablar con ella. Probablemente se hubiese marchado del pueblo a tan solo unas semanas del entierro de su madre.

Ahora no podía imaginarse un mundo sin Hermione. Nunca se había sentido así por alguien y no sabía cómo manejarlo.

No ahora que entendía las luces rojas de la muerte.

Se levanto del pecho de su novia, mirándola directamente mientras su mano iba a la mejilla de Hermione para acariciarla con cuidado.

— ¿Me puedes prometer algo?—. Murmuró. Hermione le dio un besito en el pulgar.

— Lo que quieras.— Respondió abrazándola de nuevo.

— No importa si duramos la adolescencia o toda una vida. Yo quiero que me prometas que yo moriré primero.— Hablo bajito. Hermione detuvo sus caricias y la miró con temor.

Cold River- PansmioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora