Im Jaebeom y Wang Jiaer, híbridos pertenecientes a diferentes especies y razas que por años han mantenido un fuerte disputa entre sí pero que ha sido borrada de la historia como si ambas especies no existirán.
¿Podrán ser los futuros creadores de u...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Mierda, mierda Jackson respondeme ¡por favor!.
Estampó el celular contra el concreto de la fría calle. La desperacion por no poder contactar con el menor estaba enloqueciendolo. No quería pensar en cosas negativas del porque no le atendía las llamadas, puesto que creía haberlo dejado en buenas manos. Si tan solo Jackson le contestara el teléfono no estaría pensando seriamente en crear otra guerra entre ambas razas.
Estaba más que metido en problemas, el único remedio que le encontró para salir de aquella situación fue mentir, de ahí su desesperación por contactarlo; Fingió hablar con el menor por teléfono para después decir que este mismo le había pedido que lo recogiera, sin duda, una coartada perfecta. Sin embargo, no parecía ir tan fácil como lo planeó y mucho menos se imaginó que ir a la frontera, a escasos metros de romper el límite canino lo tendría tan alterado. Solo bastaba con avanzar para poder llegar al territorio Im, para ir por Jackson. Le faltaba demasiado valor para hacerlo así que retrocedió. Infinidad de recuerdos venían a su mente, una enorme cantidad de represiones y mitos de los felinos no dejaban de retumbarle en la cabeza.
Por más que trataba no lograba dar con su paradero. Marcó a sus amigos con la escusa de saber de él, sin agregar detalles, dejando todo confidencial, solo para que se ofrecieran a seguir insistiendo y dar con el paradero del menor, y así fue, estos mismo se ofrecieron a tratar de contactarlo junto al mayor, pero no había nada, ninguna respuesta.
Estaba llegando a su limite, no había más alternativa que contar todo y sacar de una buena vez a Jackson de aquel abismo que el mismo había autorizado que se adentrara. Significaría demasiado riesgo, sabía de todo lo que sería capaz toda su familia con tal de recuperar a Jackson y por eso cesó y decidió buscar otra alternativa.
Maldecía el ser tan ciego y confiarle parte de su vida a un extraño que seguramente le endulzo el oído a su hermano menor.
Quería romper en llanto por la impotencia que sentía en esos momentos. No quería cruzar los límites de su mandato pero tendría que hacerlo...
Llamada entrante...
— Diga.
— Amber... Necesitó que hagas un trabajo.
— Buenas noches lee, mi querido líder, cuanto tiempo sin saber de usted, por si le amortiguaba estoy muy bien, gracias por preguntar...— Soltó con evidente sarcasmo, como acostumbraba a hablar.
— Lo siento Amber pero esto es importante.
— ¡Por supuesto que sí! Y dígame mi querido líder, que es tan importante, como para llegar al extremo de recurrir a una persona tan detestable como yo, una mala influencia como yo, para el menor de los Wang. Algo que no sea para burlarse de mi.
— Exactamente de Jackson quiero hablar.
— Interesante... Continúa.
— Lo que te diré, es sumamente confidencial, espero tu silenció.
