Im Jaebeom y Wang Jiaer, híbridos pertenecientes a diferentes especies y razas que por años han mantenido un fuerte disputa entre sí pero que ha sido borrada de la historia como si ambas especies no existirán.
¿Podrán ser los futuros creadores de u...
De "maravilla" esa era la palabra perfecta para describir como se sentía en esos momentos, la felicidad que sentía era indescriptible. Se había tomado la libertad de poner música a todo volumen y corretear en ropa interior por toda la casa de su ahora omega.
No podía con la felicidad que estaba gobernando todo su ser, queria que todo mundo supiera que al fin había encontrado a su pareja y que sin duda era lo mejor que le había pasado, que su omega era tan extraordinario incluso prefecto, que al fin había encontrado a la persona que lo hacía feliz, la persona que con solo mirarla a los ojos estallaría en bobas carcajadas o con la que pudo conectar tanto que crearon un verdadero lazo, con la que quería pasar el resto de su vida.
La casa olía a ambas aromas mezcladas creando uno sólo, un olor característico de una familia. Era difícil de creer que eso haya sucedido ya que estos al ser de diferentes razas se les hacia imposible que esto sucediera pero así fue y el aroma que había creado era extraordinario por ende no dejaba de llenar sus pulmones que dicha mezcla.
Después de haber pasado un rato acostado leyendo se aburrió y eso hizo que se levantara a limpiar el hogar y por supuesto que también se dispuso a cocinarle algo a su omega para así consentirlo aunque probablemente esté no comiera un bocado de dicha comida ya que este al venir de una cena familiar no creería que tuviera hambre, pero aun así haría el intento.
Mientras cocinaba no escuchó el sonido que hacía el sistema de seguridad avisando que alguien lo había desbloqueado para así entrar al hogar, solo sintió cuando dos brazos los rodearon por atrás abranzandolo fuertemente.
— ¡Volviste! ¿creí que tardarías más en llegar?— Habló el mayor dejando de mezclar la comida que estaba preparando. Sin embargo no recibió respuesta alguna, solo pequeños suspiros por parte del menor. Eso hizo que se alarmara así que busco atraves del lazo que tenían las emociones que tenía el menor para así descubrir que este contenía angustia, miedo y tristeza juntos provocándole un ligero estrés al omega. Trato de voltearse para tener de frente al menor pero este no lo dejo y solo se acurruco más en el agarré.
— ¿Qué pasa Seunnie?...
— ... - siguió sin contestar y ahí fue cuando el mayor se volteó utilizando un poco de fuerza para así abrazar de enfrente al menor quien se hundió en el pecho de su alfa, inhalando su aroma y el de él mezclados, así lográndose tranquilizar un poco. El mayor no dijo nada más, sólo le transmitió calma atravez de su enlace y se dedicó solamente a abrazarlo, y darle pequeños golpecitos en su espalda por un corto tiempo hasta que su omega decidiera contarle lo que había pasado.
