Todo comenzó contigo (SUPERCORP)

Capítulo 24

El interior de la mansión de la jungla se encuentra con lo bohemio y los vampiros eran absolutamente impecable.

La puesta de sol flotando sobre el océano se podía ver a través de todo el frente de vidrio, y todo el nivel inferior de la mansión era un espacio completamente abierto, con una sala de estar en una esquina, una cocina en la otra, un comedor en la siguiente y un salón en el último. La cena ya había sido colocada en la gran mesa de madera, y Lady Landau insistió en que los cuatro guardias se sentaran a la mesa con ellos.

Lena se sentó junto a Kara, que se sentó junto a dos guardias que devoraban la comida con bastante fuerza, y al otro lado de Lena se sentó Lady Landau junto a Winn junto a los dos últimos guardias. Lámparas de acero inoxidable colgaban del techo sobre sus cabezas, proporcionando una acogedora luz amarilla a la mesa cuando el anochecer comenzaba a caer justo afuera. La arena se volvió más oscura a medida que el cielo violeta ensombrecía el agua y profundizaba su tono. Las olas se volvían mucho más fuertes a medida que la luna comenzaba a elevarse, arrastrándolas bajo su vaivén.

Lena y la Dama estaban hablando de una duquesa mientras Kara comía y miraba las grandes estanterías y los cuadros colgantes. Era muy bonito y estético en la casa, y Kara apostó a que Lady Landau era una artista que tenía un estudio escondido en algún lugar de la casa lleno de sus propias pinturas.

La cena estuvo muy buena; era pechuga de pollo a la parrilla, una pila saludable de arroz blanco y un gran plato de ensalada hecha de hojas frescas de espinaca, arándanos, nueces y queso feta. El pollo soltó vapor cuando Kara lo abrió y se metió un trozo en la boca. Se encontró agradecida de que los vampiros disfrutaran de la comida, aunque no fuera una necesidad.

Mirando a Winn, lo vio tomar el cuchillo al lado de su plato y rasparlo sobre una barra de mantequilla que estaba en un plato blanco en el medio de la mesa. Luego puso el cuchillo sobre su pila de arroz y lo agitó, tratando de que la mantequilla cayera sobre él. Cuando la rebanada de mantequilla no se movía, trató de untarla sobre el arroz, pero en lugar de sacar la mantequilla del cuchillo, se quedó pegada a ella y recogió varios granos de arroz blanco.

Tratando de contener una risita mientras Winn suspiró molesto, la chica lo vio decidir tomar su dedo y untar la mantequilla de su cuchillo. Pero cuando movió el dedo, la mantequilla se quedó pegada a él. Kara no pudo evitar soltar una pequeña risa ahogada mientras veía a Winn agitar vigorosamente su dedo cubierto de mantequilla sobre el arroz sin éxito.

La risa de la chica interrumpió cualquier conversación que Lena y Lady Landau estuvieran teniendo, causando que la cabeza de ambas mujeres se volviera hacia ella y luego hacia Winn, quien se congeló y miró tímidamente.

Lena dejó escapar un suspiro y dijo en broma:  — Winn, es por eso que no te dejamos comer en la mesa de del castillo.

Mientras Kara se rió aún más, Winn solo se limpió la mantequilla de su dedo con la servilleta, poniendo los ojos en blanco y eligió simplemente comer su arroz sin mantequilla.

Hubo unos momentos de silencio cuando la Reina y la Dama perdieron el tema que habían estado discutiendo, y las mejillas de Kara ardieron al sentir que la Dama le lanzaba miradas ocasionales.

 — Sabes, Lena, creo que es maravilloso lo que hay entre tú y Kara —, espetó la Dama de repente, como si hubiera estado aguantando toda la noche.

Lena la miró sorprendida por sus repentinas palabras. Tragando su comida, sonrió suavemente y miró a Kara, sus espesas pestañas cubrían sus vívidos iris.  — Lo es, ¿no?

 — No solo estoy tan feliz por ustedes dos — continuó la Dama, lanzando una cálida sonrisa hacia la chica que la devolvió,  — Pero creo que es justo lo que este reino necesitaba. Sabes, nunca he estado en favor de la forma en que los humanos han sido tratados desde la invasión, aunque sabía que había que hacer algo para que los vampiros pudiéramos ser libres.