Cuarto latido

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Ortopnea, es la sensación de falta de aire al estar acostado lo que es muy común en pacientes con insuficiencia cardíaca

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Ortopnea, es la sensación de falta de aire al estar acostado lo que es muy común en pacientes con insuficiencia cardíaca.

Mi cama ya era la de una de hospital pues al estar en un ángulo especial podía evitarlo, aún así estaba a nada de necesitar oxígeno complementario.

A media madrugada mi vejiga me despertó y al pie de la cama ahí estaba mi hermano dormido con sus libros y apuntes, su sexto sentido lo hizo despertarse de inmediato.

—¿Estás bien? —me preguntó adormilar

—Si tranquilo, solo quiero orinar —lo calmé.

Mi hermano me ayudó a ir al baño para luego volverme acompañar a la cama.

—Ve a tu cuarto no necesito niñera —lo corrí.

—Lo sé, me quedé aquí un rato y al parecer el sistema digestivo del caballo ganó —se quejó recogiendo sus cosas.

Negué divertido.

—Descansa hermanito —dijo besando mi frente.

—Espera Dedri —lo detuve— necesito un consejo.

—Te diría que usarás codón pero en tu caso no embarazas a nadie —remarcó.

—Eso no —negué— tu... bueno has besado a casi medio pueblo.

—Culpable —afirmó el descarado.

—Algún... concejo —pedí.

Mi hermano suspiró para asentir y pensar.

—No te presiones pensando en si le gustará o si lo estás haciendo bien solo disfrútalo, siéntelo —me explicó.

—De acuerdo, gracias hermano mayor —sonreí.

—De nada hermano menor —sonrió— anda vuelve a dormir.

Asentí cansado para acomodarme y caer en un sueño profundo, me quedé dormido y como todos decidían por mi me dejaron dormir así que Tyron no me llevó.

—Me debiste despertar —gruñi a mamá mientras íbamos a la escuela.

—No debiste ir, debes descansar —me regaño.

—Descansaré cuando me muera mientras tanto a vivir la vida y gozar mis últimos momentos —afirmé.

Me pellizcó de todos modos porque no le gusta que hable de muerte, entendible siendo un chicho que en una de esas se le va.

—Te amo mamá —dije bajándome del coche.

—Yo más aunque me hagas enojar —regaño.

Sonreí para despedirme e irme con mi chica que ya me esperaba.

—Te lo perdiste hoy Antoni hizo su primer cepultura —me contó

—Pobre inocente el que cayó —me burlé.

Hasta el último latir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora