La insuficiencia cardíaca se da cuando el corazón no puede mantener el gasto cardiaco, el cuerpo es sabio generando mecanismos para que el cuerpo se estabilice sin embargo es imposible mantenerlo para siempre y es ahí cuando la enfermedad puede llegar a matarte.
Esa mañana no había pasado el control para poder ir a la escuela por lo que no podría ir.
—Pero me siento bien —me queje.
—El control dice lo contrario —negó mamá— descansa un poco si, te traeré la medicina.
Mi corazón estaba como loco, me habían puesto un marca pasos hace un par de meses sin embargo ya no era suficiente.
Bufe molesto, mamá me miró para besar mi frente.
—Porque no duermes un poco —insistió— la medicina hará efecto pronto y te sentirás mejor.
—No me siento mal —insistí.
—No se a quien quieres engañar pero a mi no —gruñó, poder de madre supongo.
Bufé porque era verdad que me sentía mal, me quedé dormido de inmediato, desperté con un beso en la mejilla, esas peca y sonrisa me despertaron.
—Hola guapa —dije adormilado.
—¿Cómo te sientes? —me preguntó.ayudándome acomodar.
—Un poco cansado pero bien —asentí.
—Que bien porque te traje algo que te va hacer sentir mejor —me sonrió.
El chico entró con una sonrisa, me miró para saludar.
—Hola Dyre —sonrió el chico.
—Bastian —dije asombrado— Ho... Hola
El me sonrió para acercarse y besar mi mejilla.
—Linda pijama —guiño viendo mi pijama de vaquitas.
—Que vergüenza —negué peinándome.
No estaba listo para que viera mi obsesión por vacas.
—Bueno yo los dejo —sonrió— ¿Está tu hermano? Necesito ayuda con mi tarea.
—¿Nos dejaron tarea de caballos? —pregunté confundido.
—No sobre un libro aburrido pero esos le encantan a mi futuro novio —explicó divertida.
Negué entendiéndolo, no iba a leer solo iba hacer el resumen de lo que mi hermano le dijera, si el niño le respondía era todo suyo... probablemente se quedaría helado a la mitad del relato.
Me quedé a solas con el chico, más nervioso de lo común.
—Wow eso si es una gran colección de vacas —dijo mirando los peluches.
—Son bonitas —sonreí torpe.
El chico asintió para sentarse a mi lado.
—No tenias que venir —señale nervioso.
ESTÁS LEYENDO
Hasta el último latir
Teen FictionLas maravillas del corazón: llevar sangre a todo el cuerpo, latir de sesenta a cien veces por minuto... un poco más cuando ves a la persona que te gusta. Y a veces entre más grande es el corazón, mas amor para dar aunque implique que el tiempo de es...