Toffee: El Último Guerrero de Septarsis - El Legado de Mewni Vol. 1

Capítulo 23 "Una Amiga"

Aviso: este capítulo contiene escenas de violencia leve o moderada así como temáticas sensibles, proceda con precaución.

—Quiero que lo prepares para todo, quiero que siempre estés ahí para protegerlo mientras respires, promételo— suplicó una moribunda septariana sosteniendo con sus débiles y grises manos las garras de Seth —te lo prometo Ember, no dejaré que nada ni nadie le haga daño— afirmó lleno de tristeza, un pequeño niño junto al hombre subió a la cama.

El pequeño lagarto se acercó a su madre asustado por lo que estaba pasando —mamá ¿vas a ponerte mejor? — preguntó con la voz y las manos temblorosas —me temo que no, Toffee, pero tu padre estará contigo y él va a cuidarte, va a convertirte en el mejor guerrero de Septarsis... — su madre lo abrazó con las pocas fuerzas que le quedaban a la vez que pequeñas lágrimas escapaban de los ojos de Toffee.

—... Espero que seas mi orgullo... 

Seth se acercó a ellos y los rodeó con sus brazos de forma delicada esperando lo inevitable, el sentimiento de tristeza y la culpa crecían conforme los segundos pasaban y Ember tocía levemente a la vez que una mancha negra en su pecho se expandía como raíces por su cuerpo.

Con su débil voz y su último aliento dibujó una ligera sonrisa en su hocico mientras intentaba entrelazar su mano con la de Seth —los amo...

Chasquidos lejanos se escuchaban hasta que finalmente quedaron a un lado de su oído —Seth ¿te encuentras bien? — preguntó la anciana mientras bajaba su mano hasta su bastón, el septariano volvió a la realidad algo confundido. 

—Disculpa Zulie, estos últimos días he estado algo distraído por...

—¿El aniversario luctuoso de tu esposa? Lo sé Seth, cada año te pones así cuando se acerca la fecha— interrumpió la bruja con seriedad. 

—Así es, a veces pienso que pude haber hecho algo para que ella por lo menos viera crecer a Toffee— la mirada de Seth se entristeció a la vez que sus picos se presionaban contra su cuerpo.

Mamá Zulie sentía compasión por el hombre cada vez que lo miraba actuar de esa forma —no te tortures pensando en el hubiera, en donde quiera que esté, sé que Ember descansa en paz sabiendo que has sido un buen líder para el reino— dijo en un intento de consolarlo. 

—El reino es lo de menos, me preocupa Toffee— Seth suspiró y la bruja posó la mano en su hombro —nunca debí dejar que viniera al campamento, sabía que era muy peligroso y aun así le permití venir, le prometí a Ember que lo protegería y casi dejo que lo maten— el septariano estaba cabizbajo a la vez que caminaba hacia su tienda acompañado de la bruja. 

—Entiendo que quieres protegerlo, pero también debes dejar que explore el mundo y aprenda, le prometiste a Ember que lo protegerías, pero también que le enseñarías lo necesario.

Finalmente llegaron a su destino, la bruja usó su bastón para enderezar la espalda de Seth —te vendría bien algo dulce, estás muy desabrido— Seth dejó a la anciana atrás y hasta la entrada de su tienda. 

—Luego hablamos, Zulie— se despidió y entró a su tienda a hacer lo de siempre por más exhausto que estaba.

Pasó un largo rato ordenando sus papeles y leyendo, desde dentro no se notaba, pero la noche ya se había hecho presente junto con el canto de grillos y aves nocturnas. Seth se encontraba leyendo tranquilamente cuando uno de sus guardias entró a la tienda —eh... alteza, hay una mewmana con un pastel y quiere verlo— anunció el lagarto señalando afuera. 

—¿Una mewmana con un pastel? — cuestionó Seth, el guardia asintió algo nervioso esperando no recibir una mala reacción —... déjala pasar— ordenó Seth y el guardia en seguida atendió la indicación.