Toffee: El Último Guerrero de Septarsis - El Legado de Mewni Vol. 1

Capítulo 54 "Cuando la Muerte nos Separó"

En medio del pacífico bosque, se hallaba una bruja recorriéndolo a pie mientras que algunos de sus cuervos la seguían de cerca y otros sobrevolaban por encima de los árboles. Ella sólo esperaba que su día fuese uno común y corriente, pero un estruendo proveniente del castillo Butterfly le dejó en claro que no sería así.

Tan pronto como pudo se montó en su escoba y se aproximó lo más rápido posible al lugar de donde provino el intenso ruido, al llegar al límite del bosque se frenó y bajó de su transporte para poder acercarse con más cautela. Al salir quedó completamente impactada por la figura que estaba de pie en medio de un cráter provocado por una explosión.

A pesar de la distancia, pudo distinguirlo fácilmente, sus escamas grises y cabello oscuro eran inconfundibles, lo que le sorprendió fue ver a ese septariano usando un traje negro que nunca imaginó que usaría, le quedaba bastante bien a pesar de que estaba agujereado de un lado de su pecho.

Este caminó al frente, pero se paró en seco en cuanto sus ojos se cruzaron con los de ella, ninguno parecía creerse lo que estaba viendo, ella no podría creérselo, realmente era ese viejo amigo que perdió hace tanto tiempo, ese era...

—...Toffee...— susurró Emerald, su cuerpo le pidió que se moviera para correr a él, pero un extraño portal en el cielo llamó su atención impidiéndoselo, una enorme mariposa dorada dirigió su vista hacia Toffee y le apuntó con su varita para después disparar un rayo que iba directo a él.

—¡TOFFEE, CUIDADO! — vociferó la septariana tratando de advertirle, pero fue inútil, ese rayo lo alcanzó y desintegró su cuerpo casi por completo. 

Emerald se hizo hacia atrás y se cubrió la boca para contener su grito de horror, todo fue tan rápido que necesitó un momento para procesar lo sucedido.

De un segundo a otro, se había reencontrado con su viejo amigo para que luego este fuera asesinado de una forma espantosa frente a ella, tenía que despertar, eso no podía ser la realidad, tenía que estar durmiendo, tenía que ser una pesadilla.

Después de unos minutos tratando de clamarse y una vez que la princesa Star y sus acompañantes se fueron, Emerald entró al cráter donde vio a Toffee caer y con todas sus fuerzas retiró el pilar con el que el septariano fue aplastado por un kappa enano. 

Vio como los huesos de Toffee estaban destrozados y cubiertos por una baba verde oscura, uno de sus ojos estaba en el suelo mientras que otro apenas se mantuvo en su cuenca.

La bruja sentía como las lágrimas se acumulaban en sus ojos mientras que le empezaban a dar arcadas, su piel se erizó al tratar de tocar los huesos del difunto, su cuerpo le imploraba que se alejase, pero ella no podía dejarlo así nada más, sentía la necesidad de hacer algo.

Se tomó un minuto para respirar mientras que sus cuervos le consiguieron una tela gruesa en la cual poner los restos del lagarto, ella recogió todo lo que pudo con el mayor cuidado posible de no romperlo más, puesto que los huesos eran frágiles y no había mucha carne que levantar.

Tomó su escoba y con ayuda de sus cuervos cargó el saco durante todo el camino de regreso a Septarsis, no supo cómo, pero logró contener el llanto mientras llegaba a su destino.

Estando ahí, entró al castillo de la forma más cautelosa posible para que no la vieran en el trayecto hacia su habitación mientras que uno de sus cuervos fue a buscar a Jason y Angélica por orden de la bruja. 

El cuervo llegó a un salón repleto de instrumentos musicales y libreros, Jason se encontraba sentado en un sofá mientras que Angélica tocaba el piano junto a un joven septariano.

El cuervo se posó en el piano y bramó —Emerald los necesita, Emerald los necesita— el muchacho junto a Angelica lo miró extrañado mientras que Jason se puso de pie junto al piano.