Capítulo 44 "La Princesa en el Bosque"

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—¡Suficiente por hoy! Tómense un descanso— ordenó el lagarto. 

Toffee se encontraba en un campo con un grupo de jóvenes monstruos que Batwin le había encargado, todos eran nuevos soldados que tenían pocas semanas en el campamento y por lo tanto poca experiencia en combate. Incluso si quisiera, Toffee no podría hacer que entrenaran en exceso hasta que se hiciera de noche.

El septariano caminó a su mochila recargada en una piedra y buscó algo para comer, esperaba hacer puesto algo mas no había nada. 

—¿Tienes hambre? — preguntó una chica a sus espaldas, sonrió de satisfacción al reconocer quién estaba detrás de él. 

—¿Tienes alguna sobra? No he comido nada hace una semana— preguntó a su amiga acercándosele. 

—Yo tampoco tengo comida, estaba por ir a buscar algo, pero Seth me pidió que le ayudara con unas cartas, al parecer también soy su secretaría— bromeó Emerald —en fin, voy a ir al bosque a buscar comida, ¿vienes conmigo? — la septariana se sentó en el palo de su escoba. 

—No tienes que preguntarlo dos veces— Toffee se subió detrás de ella y se sostuvo fuerte de su amiga sin llegar a lastimarla. 

Sobre la escoba se elevaron encima del campamento y los árboles —¿qué tal los chicos nuevos? — Emerald alzó la voz para que Toffee la escuchara en medio del aire. 

—No van mal, pero siento que los monstruos tienen un entrenamiento algo ligero y lento.

—Obviamente, los monstruos no pueden regenerarse como nosotros, no puedes entrenarlos como si fueran septarianos— replicó la septariana esquivando un par de árboles en el camino. 

Conforme recorrían el bosque, Toffee trataba de encontrar algún animal para atrapar, pero parecía que la naturaleza conspiraba contra ellos para que no encontrasen comida.

Aun así, eso no les impedía divertirse durante el paseo, contaban cosas que les pasaron recientemente o hacían bromas ocasionales, Emerald era la que principalmente carcajeaba por lo divertida que estaba. 

Toffee notó que se estaban acercando a un lugar conocido, aunque era muy rara vez visitado por ellos, el río de Mewni, más específicamente era la Corredera del Diablo.

—¡¿Hay alguien ahí?! ¡ayuda, por favor! — suplicó una voz joven desde tierra. 

—¿Oíste eso? —Emerald guardó silencio al verse interrumpida por un extraño pedido de ayuda. 

—¡Por favor, alguien ayúdeme! — la voz volvió a sonar, esta vez con más desesperación que antes.

—Vamos— Emerald apuntó la mirada al lugar de dónde venían los gritos. 

—Espera— Toffee le presionó los hombros haciendo que le mirara a la cara —no sabemos quién está gritando, no sé si debamos meternos.

—Pero...— Emerald intentó protestar, pero él no dejó que siguiera. 

—Mira, vamos a acercarnos en silencio a ver qué sucede, ¿está bien? 

Emerald asintió, en seguida bajaron en picada al lugar guiados por un par de gritos y pedidos de auxilio más hasta que se bajaron detrás de uno de los árboles cercanos al río. 

—¿Ves algo? — los lagartos se asomaron buscando el origen de los gritos.

—Emerald, vámonos— ordenó Toffee dándose la vuelta y jalándola del brazo. 

—Espera, ¿viste algo? ¿qué era? — cuestionó zafándose del agarre de su amigo. 

—Tenemos que irnos, ella...

Toffee: El Último Guerrero de Septarsis - El Legado de Mewni Vol. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora