Diluc se mantuvo dormitando en su habitación, tenía el sueño muy ligero desde el incidente que le arrebató su padre,por lo que fue completamente capaz de escuchar de forma consciente cuando la puerta que llevaba hacia adentro de su cuarto se abrió, junto al ingreso de ligeros y casi imperceptibles pasos lentos que se detuvieron hasta haber llegado a su lado, si no fuera por el poco espacio de su pequeña de su habitación y su buen oído, probablemente ni siquiera hubiera notado aquel intruso en su recámara.
Mantuvo su respiración lenta para evitar levantar sospechas a su visitante inesperado, respirando de forma tan normal como los minutos antes de que tuviera un nuevo acompañante, intentaba adivinar cuáles serían sus siguientes movimientos o saber siquiera quién era, o que quería hacer en su habitación, colocándose cada vez más ansioso cuando escucho el movimiento de las hojas en su escritorio, agradeciendo a su arconte que no eran más que borradores rayados y arrugados de la carta que envió.
Iba a levantarse hasta escuchar como la persona desconocida soltó un quejido, junto al sonido de su tintero de vidrio romperse contra el suelo con brusquedad, luego de eso pudo identificar los murmullos quejumbrosos que solía soltar Scaramouche luego de ver una racha seguida de soldados Fatuis siendo unos ineptos en su trabajo. Se removió en la cama lo mejor que pudo intentando asustar al baladista, agradeciendo no haber removido su máscara ni su traje, de haberlo hecho estaría en riesgo de ser identificado por su identidad real.
Para su desgracia pudo escuchar como el heraldo camino lentamente a él, casi atraído por su movimiento irregular, pudo notar que hubo un momento de completo silencio, que parecía solo ser contrarrestado por su respiración, incluso la del baladista estaba casi apagada, por lo que reinaba un silencio sepulcral.
Intento mantener la calma hasta que sintió una suave caricia esporádica en su mejilla, delineando el borde de su máscara, luego algo de silencio de nuevo, no podía entender este comportamiento por parte de su superior, pero al sentir que esos delgados, finos y largos dedos tuvieron la intención de levantar su máscara reaccionó con rapidez, sujetando con una fuerza casi brutal la muñeca del heraldo, aplicando una pequeña llave sin medir la presión ejercida, sabía que Scaramouche era delgado y de contextura muy delicada, pero no pudo evitar sorprenderse cuando el hueso bajo su fuerte agarre trono.
Sabiendo que había lastimado al heraldo lo soltó inmediatamente, abriendo sus ojos para encontrarse con la mirada lagrimeante del de menor estatura, junto a suaves jadeos de dolor, podía notar como mordía su labio inferior en un intento de contener el grito que su garganta anhelaba por sacar, no logrando aguantar mucho tiempo antes de hacerlo, era un grito agudo y quebrado de dolor.
- Mi heraldo, lo siento mucho, no sabía que era usted - habló con un tartamudeo fingido, levantándose e intentando acercarse a él, notando como el hombre más pequeño sujetaba su muñeca, ya hinchada por la posible fractura que le ocasionó.
No pudo avanzar mucho antes de que un rayo lo alcanzará, como si el tiempo se hubiera detenido pudo sentir como la corriente eléctrica lo recorría nervio por nervio, haciendo a sus músculos retraerse de manera dolorosa, por el shock solo pudo dar un grito ahogado, teniendo que sujetarse a la cama para no caer de golpe al suelo.
- ¡ERES UN ESTÚPIDO! - grito con rabia mientras una bofetada llegaba a la mejilla del pelirrojo, quién se mantuvo en su lugar, sabía que fue arriesgado lo que hizo.
Tuvo que aguantar unos minutos antes de levantarse, mirando a Scaramouche salir con rapidez del cuarto, por lo que le siguió lo mejor que pudo, anotando mentalmente el hecho de que hacer enojar al baladista no era la mejor de sus opciones, esta vez el rayo que llegó a él con suerte no alcanzó su corazón, pero no podía asegurar lo mismo la próxima vez.
Tuvo que correr para poder seguir al de ojos índigos, que habían tomado varios atajados para poder irse a esconderse y curar su nueva herida.
- ¡Lord Scaramouche! - llamo logrando por fin llegar a su lado, mirando como se detenía y gruñía en su lugar, haciendo que pequeñas corrientes eléctricas aparecieran a su alrededor, era una clara señal de que si su siguiente movimiento era errado lo pagará caro - Lamentó mucho este incidente, por favor perdóneme - mencionó arrodillándose y agachando su cabeza, deseando su perdón de la manera más servicial posible.
Scaramouche se meció en su lugar mirando a su lacayo, nunca espero que tuviera una reacción tan agresiva a estímulos desconocidos, la fuerza y reflejos no le sorprendía, ahora su muñeca estaba lo suficientemente herida como para tener que dejarla en reposo al menos dos días, mientras su curación natural hacia su efecto.
- tsk, más te vale remediar esto - mencionó sintiendo su músculo palpitar de dolor, junto las pequeñas griegas que se alcanzó a formar por el fuerte agarre, por cosas como esas odiaba ser tan delgado y frágil, toda una muñeca delicada como lo describía Dottore, y el hecho de ser usuario de catalizador no ayudaba a tener una mejor forma física.
Llegó a tener un reflejo de susto al ver como el pelirrojo se levantó para acercarse poco a poco a él, tomando con lentitud el brazo de su superior, palpando poco a poco la zona lastimada.
- Permítame curarlo por favor mi Lord - suplicó tomando suavemente su mano para guiarlo hacia adentro del cuarto, mirando la zona lastimada - aceptaré cualquier castigo que me imponga mi señor, pero antes dejeme y permítame curarle - le miró fijamente, esperando un asentimiento o cualquier signo de aceptación a su petición.
El baladista dudó, mirando fijamente al hombre parado frente a él, solo soltó un quejido antes de desviar su mirada, alzando su mentón altanera mente, apretando sus labios.
- Por lo que queda de semana vas a tener que cumplir hasta mi último capricho personal - gruñó con una fuerza voraz en sus ojos, sentandose en su cama sin dignarse a mirar fijamente al dueño del viñedo amanecer, como si no mereciera ni tuviera derecho a recibir una solo fragmento de su mirada - el botiquín está en mi baño personal - gruñó acomodándose en su lugar en la cama, era difícil de pensar que esa gran habitación estaba llena de almohadas y mantas, además de varios cojines enormes en los que se podía recostar tranquilamente.
- si mi señor Lord - hizo una reverencia antes de ir en busca de lo necesario para poder curar la muñeca del baladista.
Hizo un masaje suave, antes de comenzar a vendar delicadamente su muñeca, hubo un silencio sepulcral de nuevo entre ambos, manteniendo un ambiente lo suficientemente tenso para hacer que los hombros del portador de pyro se pongan tensos, casi a la defensiva, ese pequeño desliz en su manejo de fuerza le costaría tener que aguantar la pataleta de Scaramouche por el resto de la semana.
- Luego de esto, quiero un masaje de pies - susurró altanero, removiendo su zapato para así poder recorrer con su pie la pierna del más alto de una manera seductora.
Diluc solo asintió, besando delicadamente la muñeca de su heraldo asignado para así tomar con torpeza lenta el pequeño pie que se había colocado en su muslo, comenzando con un masaje dulce, ganándose una mirada de satisfacción de Scaramouche.
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Dato curioso sobre este fic, el castillo donde se ubica la organización Fatui para mí tiene distribución del tipo harem como los castillos otomanos, además de que Scaramouche le gusta acurrucarse como un gato gruñón en un espacio cálido rodeado de almohadas ✨
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permítame servile - Diluc / Scaramouche
FanfictionLa mejor manera de poder ayudar al viajero y recolectar información de manera precisa era infiltrarse en Fatui directamente, para desgracia de Diluc debía de lidear con el heraldo perteneciente a inazuma. [Nota: Aquí no sé sabe que Scaramouche robo...