Diluc no podía evitar reconocer que el heraldo se había vuelto un experto en hacerlo sorprenderse por sus diferentes formas de reaccionar y actuar.
Scaramouche ahora se encontraba lavando su cabello, había un silencio cómodo entre ellos mientras el heraldo tomaba con calma el proceso de teñir su cabello, sorprendentemente el más bajo tendía a quedarse callado cuando estaban en un momento "íntimo", no había mucho por mencionar, y comenzaba a adormecerse con los pequeños masajes capilares que le estaba dando, aunque hacia todo su esfuerzo por no caer a la tentación de Morfeo.
Los dedos del contrario frotaban en círculos su cuero cabelludo de manera agradable y gentil, esparciendo el producto para asegurarse de que la tintura quedará bien aplicada.
- ¿Cuanto dura aproximadamente? - cuestionó el heraldo, no era buen conversador fuera de sus monólogos egocéntricos, y cuando se trataba del contrario prefería dejar su pedante actitud de lado, no quería alejarlo, no quería perderlo.
Y era aquel miedo a estar completamente solo de nuevo lo que lo hizo callar, no iba a arriesgarse que su molesta voz enfadara a él contrario y lo hiciera dejarlo.
Diluc tarareo, intentando alejar su somnolencia de él, el haber estudiado tanto al heraldo antes de comenzar a servirle le permitía poder relajarse a su alrededor, siempre sabría cómo reaccionar frente a la mayoría de situaciones y reacciones que pudiera tener Scaramouche, aunque eso no significaba que bajaría la guardia con él.
- Casi una semana y media - se acomodó mejor en la tina, no estaba llena, pero tuvieron que hacerlo así para poder aplicar la tintura cómodamente, especialmente porque le sacaba casi dos cabezas de diferencia al heraldo y sería incómodo estar agachado tanto tiempo.
Aquella escena le hizo curvar una suave sonrisa burlona en sus labios, sobre todo al recordar cómo aún sentado en la tina el heraldo tuvo que conseguir un banco alto para que su cabeza quedará lo suficientemente baja en el regazo del contrario.
Scaramouche por su parte suspiró, miró el tinte con curiosidad, si el contrario tendría que repetir ese proceso en tan pocos lapsos de tiempo podría permitirse pasar más momentos íntimos con el contrario sin tener que pedirlos.
- Debes ser cuidadoso con esto para que se no pase el tiempo de la tintura - con una suave sonrisa dio una caricia especialmente tierna, peinando hacia atrás el cabello largo del contrario.
Diluc asintió, intentando que sus ojos se mantuvieran abiertos, era riesgoso volver a dormir con el heraldo en frente, ya descubrió su cabello, la próxima vez podría descubrir su rostro o identidad por completo.
- Partiremos en una misión pronto mi señor, no se preocupe por detalles mínimos como estos, yo me haré cargo - prometió con una voz en calma, mantener a raya los momentos íntimos con el contrario era algo que debía comenzar a hacer, no eran amantes que se amarían toda la vida, tarde o temprano alguno sería la perdición del otro y era un hecho que por nada del mundo debía de olvidar.
Scaramouche gruñó retirando sus manos para poder limpiarlas, haciendo una mueca al ver la punta de sus dedos levemente oscurecidos, abrió la llave del lavamanos de su baño para frotar sus dedos con jabón, intentando remover la tintura.
- Yo... - hizo silencio sin atreverse a terminar la frase, mordiendo sus labios con nerviosismo - no me molestaría hacerme cargo de eso - susurró con temor, sintiendo un sonrojo suave apoderarse de sus mejillas paulatinamente, cada vez más estaba caminando hacia una neblina de sinrazón que lo llevaría directo a lo incierto de su futuro junto a aquel hombre que cada vez más suspirós robaba de sus labios.
Y para el hombre más alto en toda la pequeña sala aquel comentario sembró cierta sorpresa entre su cuerpo, haciendo su pecho doler, aprovecharse de la vulnerabilidad de Scaramouche para lograr sus objetivos no solo era un acto inmoral, sino bajo, más sabiendo que al convertirse en su única figura de apoyo frente a la terrible situación que solía rodear al heraldo podía llevarlo a un enamoramiento muy prematuro, y no podía estar más acertado en ese pensamiento.
- Si así lo desea no tengo ninguna objeción - respondió sintiéndose cada vez más asqueado ante la idea de que estaba jugando de manera cruel con el corazón de alguien, su moral cada vez más destruida y traicionada gritaba desesperada, conocer el lado más débil y vulnerable que tenía el heraldo, junto a las dulces caricias que era capaz de dedicar de manera delicada le causaba cada vez más conflicto, cada minuto que pasaba a su lado lo convencía un poco más que no era solo un victimario cruel más de Fatui, había algo más que lo llevó a eso, y quería saber que fue el suceso que lo llevó a terminar así, a sufrir todo un tormento sin atreverse a pedir un mísero grito de auxilió.
Y en medio de su tormento por sus acciones doble caras, sentir los pequeños labios sedosos del más bajo hicieron estallar la amargura en su pecho, no importaba como lo viera, era un beso sincero, podía saborear el cariño y la dulzura tímida que con delicadeza el heraldo dejo en sus labios descubiertos por su antifaz.
- La noche ya se ha hecho presente, cena algo antes de que vayas a descansar - una súplica tierna, como si el heraldo le estuviera susurrando con cariño a un amante, o peor aún, a una persona adorada que apreciaba con fuerza, llegó a su adolorida mente, comenzaba a pensar que está misión suicida acabaría con él por motivos muy diferentes a los que pensó en un principio.
Sin más, con la elegancia y gracia que siempre había estado presente en él, Scaramouche se retiró del baño en silencio luego de lavar cuidadosamente el tinte en el cabello de su inferior, dejando la habitación en un silencio tormentoso que mortificada cada vez más a Diluc.
Cuanto deseaba ahora poder atrasar el momento en que tuviera que traicionar al heraldo y dejarlo de nuevo en aquel infierno, pero para su desgracia era algo que no podía detener, debía recuperar la gnosis para poder volver a su vida normal.
Incluso si esa vida sonará tan amarga en la propia soledad a la que él mismo se sometió luego de la perdida de su padre.
Y para ese momento, incluso aunque tuviera al heraldo en la habitación continua, comenzaba a extrañar esas sonrisas egocéntricas que escondían un alma amarga capaz de dar dulces caricias amorosas.
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Dios, mueran de amor conmigo
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Ahora sí, volviendo a mis notas normales:
Headcannon del día: el ser tan bajito le ha permitido a Scaramouche no tener que agacharse tanto para seguirle el ritmo a sus niños, así que ha evitado más de la mitad de dolores de espalda que ha sufrido Diluc por tener que agacharse para alzar o caminar al dado de sus hijos.
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permítame servile - Diluc / Scaramouche
FanfictionLa mejor manera de poder ayudar al viajero y recolectar información de manera precisa era infiltrarse en Fatui directamente, para desgracia de Diluc debía de lidear con el heraldo perteneciente a inazuma. [Nota: Aquí no sé sabe que Scaramouche robo...