capítulo 12, heraldo devastado.

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Scaramouche se mantuvo callado luego de ser arrullado en su cama, no quería hablar, su garganta tenía un nudo de desesperación que impedía que incluso el menor de los ruidos saliera de él, lo único que llegaba a producir eran lamentos no audibles.

El tipo de reacción que tuvo su subordinado no era para nada lo que esperaba, de hecho ahora mismo estaba preparando algo de ropa cómoda para él luego de haber ido a ordenar que le trajeran comida, también pudo sentir como el ave del mismo se acurruco en su pecho, aprovechando que estaba sumisamente quieto en donde lo dejo el pelirrojo, no lo alejó porque el animal le estaba proporcionando algo de calor, y realmente lo apreciaba, de cierta forma lo hacía olvidar su soledad.

- ¿Ya trajeron su alimento? - cuestionó logrando gesticular por fin algo que no fueran lamentos silenciosos, mientras rascaba con su pulgar la cabeza del halcón, quería alimentarlo, comenzaba a agradarle, y si se ganaba su confianza era probable que no tuviera que luchar con él para que le cediera las cartas de Diluc, además quería olvidarse de todo ese asunto.

Así que como de costumbre comenzó a hacer como si el abuso reciente nunca hubiera pasado, lo prefería así, de nada le servía llorar por algo que probablemente a la semana siguiente volvería a pasar, tenía cosas más importantes de que preocuparse, como su cargo de heraldo, según palabras de la misma Diosa a la que servía, aunque eso no evitará que cada vez que esté suceso se repetía, su alma se iba pudriendo más ante la amargura, el nunca deseo eso, para este punto, luego de todo lo que ha pasado, la única conclusión a la que puede llegar es que el tener sentimientos humanos lo llevo a eso, el ser débil lo hace merecedor de eso, porque por mucho que fuera capaz de soñar y sentir emociones, a ojos de todos no era más que la marioneta cínica y sádica que no temía a matar, y tampoco iba a mentir, eso era él, ella lo hizo ser así, pero le gustaba creer que algo de su antiguo ser soñador que se horrorizó antes la verdad de la gnosis seguía escondido en algún lugar de él..

- Si mi señor, ya recogí la bandeja - interrumpió la voz de Diluc sus deprimentes pensamientos - la mantuvieron guardada mientras iba a reclamarla, ya que usted no la acepto cuando vinieron a traerla, también ya tengo su cena de esta noche - Explicó mientras se acercaba con las bandejas y la ropa ya preparada para que el heraldo se la pusiera.

Scaramouche solo asintió, en medio de su baño, mientras se hundía en su desgracia, nunca escucho el llamado a su puerta, suspiró aliviado de que solo Diluc supiera de eso, no quería volver a los rumores de que solo era un heraldo por haber abierto sus piernas como una perra, aunque podía matarlos para callar esa acusación, el dolor de la humillación pública era algo que nunca olvidaría.

Extendió su mano tomando la bandeja, distrayendo su mente en alimentar al animal, quedando así la habitación en silencio.

- Mi Lord, debería cambiarse por algo más cómodo, y también debería comer algo - ofreció mostrando uno de los conjuntos de cama junto a la bata de seda, escogió ropa cómoda consciente de que tal vez el cuerpo del baladista estuviera irritado, sabía cuál zona estaba mayoritariamente herida, pero no había podido descubrir si había alguna otra lastimada, por lo que prendas suaves y gustosas al tacto fueron su mejor elección.

El silencio volvió a reinar luego de eso, un minuto, luego dos, y esos dos se convirtieron en diez pesados minutos donde Scaramouche le ignoró vilmente para así poder alimentar al ave, hacerlo de cierta forma lo hizo estar más calmado.

- ¿Hablaras de lo que viste? - cuestionó por fin rompiendo ese pesado ambiente, mientras se levantaba para así poder vestirse - Date la vuelta - gruñó de nuevo luego de tomar la ropa, rechazando la bandeja de comida para él, no tenía hambre.

No se levantó de su lugar, solo dejo a la tela de su bata de baño deslizarse delicadamente de sus hombres mientras tomaba la camisa, cubriéndose rápidamente con ella.

- Claro que no mi señor - aseguró el pelirrojo mientras miraba a la pared para darle privacidad al heraldo, si bien en otro contexto estaría completamente indispuesto a hacer eso, y ahora realmente se odiaba por lo que estaba a punto de hacer, esa era la oportunidad de oro que estaba buscando, debía aprovecharla para ganarse la confianza de Scaramouche - Aunque si me permite el atrevimiento, realmente no creo estar cómodo con que ese heraldo vuelva a acercarse a usted - lanzó su primera jugada sin saber cómo sería la reacción.

Su orgullo se sintió quebrado y su consciencia se removió de asco, aprovecharse de la vulneración de alguien recién abusado era bajo, incluso si era con alguien con el histórico de Scaramouche, pero para esta situación era necesario, por lo menos podía calmar el dolor de su moral quebrada con la idea de que mientras estuviera allí podría evitar que el baladista tuviera que lidear con esos abusos el solo.

- No es algo que realmente podamos evitar - fue lo último que susurró esa noche el heraldo antes de abrigarse en la frialdad de su cama, quedándose dormido en poco tiempo, se sentía exhausto.

Diluc no menciono nada más, solo se dio la vuelta luego de 10 minutos cuando notó que no había más movimiento por parte del baladista, se acercó a la cama abrigandolo bien con la manta, tomando la bata de baño para hacerla un lado.

Decidió no irse, por lo que tomo una silla para ponerla al lado de la cama y poder sentarse en ella, cruzó sus brazos mirando la pequeña figura acurrucada en el centro de la cama, Scaramouche era un ser despreciable en muchos aspectos, sin duda merecía un castigo por sus actos, pero ciertamente no pensaba permitir que siguiera sufriendo algo así, ese acto era uno de los más bajos y despreciables, que ni el estaría dispuesto a practicarlo.

Sus ojos se cerraron luego de que su mente dispersara los pensamientos sobre la situación, aunque las preguntas seguían flotando en su mente, ¿Desde hace cuanto sucedía?, ¿Alguien más sabía?, ¿La Diosa cryo lo permitía en caso tal de estar enterada?, Tenía muchas dudas pero sabía que no podría encontrar las respuestas a su cuestionamiento, por lo menos no esa noche.

Suspiró pesadamente, al ver a Scaramouche dar quejidos se alertó, levantandose de su silla para ir a revisarlo, espantandose al darse cuenta lo terriblemente frío que estaba, fue rápido para el darse cuenta de que lo perturbaba, por lo que con algo de dudas saco del lugar donde tenía escondida su visión y la coloco dentro de una de las almohadas cercanas del heraldo, permitiéndole al mismo robar la calor que desprendía.

Estando ya cansado y aún adolorido por el rayo que atravesó su cuerpo, decidió sentarse de nuevo, cerrando sus ojos rápidamente para poder dormir un rato, aún teniendo sus sentidos alerta por si ese cínico volvía a por una segunda ronda.

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Headcannon del día: Cuando Diluc se dio cuenta que Scaramouche tenía una relación tóxica con Dottore y este quería terminarla pero no sabía cómo, le ofreció su hogar junto con su protección para que estuviera a salvo.

permítame servile - Diluc / ScaramoucheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora