capítulo 18, heraldo y pesadillas.

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Podía sentir como sus pies se arrastraban por la nieve espesa de snezhnaya, su pecho impedido por una presión constante comenzó a doler, sus ojos cubiertos por cristalinas lágrimas ardieron como el infierno, no sabía hacia donde estaba caminando, estaba completamente solo, mirará a donde mirara solo había blanco, sus piernas temblaban por el sobre esfuerzo de ir hacia adelante, podía sentir como la nieve poco a poco lo hundía de manera tortuosa, no importaba cuanto intentara moverse, apenas podía avanzar algunos centímetros con lentitud.

Escucho un sollozo, no podía reconocer de quién era, pero sonaba tan desesperado, tan familiar, pero incluso sin saber de quién provenía ese lloro lastimero sintió que debía correr hacia él, no podía simplemente dejarlo, intento mover sus pies más rápido, con más fuerza, pero simplemente no podía, las lágrimas de impotencia salían con fuerza mientras pataleaba con fuerza por salir de esa espesa blancura que parecía tragarlo, grito, intento llamar a la persona de la que provino el sollozo, quería saber cómo estaba, pero su voz simplemente no salió, su garganta se sentía desgarrada, seca, incapaz de alcanzar a quien necesitaba su ayuda, tosió con fuerza intentando producir una mínima oración, pero solo jadeos roncos pudieron escapar de su boca, comenzó a moverse con más fuerza, estaba desesperado, se sentía importante, se sentía culpable.

Podía escuchar un suave tic tac, cada vez más fuerte, como si cada vez quedará menos tiempo, no sabía porque, pero estaba seguro de que la razón de ese sollozo no era nadie más que él.

Intento gritar de nuevo, su cabeza daba vueltas, quería salir, necesitaba salir, aquel sollozo escaló en fuertes gritos de dolor que hicieron su cuerpo vibrar en sufrimiento, la nieve cada vez más lo iba tragando, jalandolo hacia abajo, ya no podía respirar, las lágrimas le impidieron ver, sus dedos se aferraron dolorosamente a lo que pudieron, grito adolorido cuando sintió como sus uñas comenzaron a levantarse de su carne, el carmín pinto la pálida blancura que tanto sufrimiento le causaba, intento empujarse hacia arriba con toda sus fuerzas, realmente estaba poniendo todo su empeño en eso.

Quiso gritar para calmar los alaridos que atormentaban su mente, de verdad deseaba alcanzar a aquella voz, pero simplemente no podía, sintió como la nieve entro abruptamente en su garganta, la amargura lo lleno junto la sensación de ahogo, ya no tenía fuerzas, quería salvar al dueño de la voz, pero ya era demasiado tarde.

El cansancio le impidió seguir luchando, ya no tenía fuerzas, la nieve cubrió completamente su cabeza y sintió como la caída al vacío comenzó, era incapaz de salvarlo, y eso lo hizo enloquecer.

Sus ojos se cerraron, no quería abrirlos, el vacío en su pecho comenzó, no podía sentir nada, su largo cabello pesaba como nunca antes lo hizo, de hecho todo su cuerpo pesaba, sintió el tiempo detenerse, ya no podía escuchar nada, ya no había nada.

Los gritos agónicos pararon.

......traidor......

Sus labios temblaron, conocía esa voz.

......Traidor......

Las lágrimas volvieron, cada vez escuchaba con más claridad de donde venía.

......¡TRAIDOR!......

Su corazón peso, no supo cuando, pero la aceleración de su caída aumento, no quería abrir los ojos, no quería ver lo que le espera, lo que causó.

......¡ERES UN MALDITO TRAIDOR!......

Su mente ya no pudo esquivar el hecho, sabía perfectamente de quién era esa voz.

- ¿Scaramouche? -

Un golpe en seco dio por terminada su caída, el dolor infernal que invadió su cuerpo fue uno que nunca antes había experimentado, podía sentir como si se quemará, todo en él estaba en llamas.

- Este es el castigo que reciben los mentirosos -

Y la risa maniaca de su heraldo hizo presencia a medida que su cuerpo se quemaba cada vez más, sus lágrimas salieron desesperadas, se sentía ahogado, no quería esto, odiaba esto, cuanto deseaba poder salvar a Scaramouche.

...............

Su cuerpo se enderezo de golpe, estaba sudoroso y respiraba con rapidez, estaba gritando, su garganta dolía horrores.

- Shhh, está bien, todo estará bien - una voz dulce llegó a él, dándole una calma que había ansiado toda la noche.

Unas pequeñas y suaves manos tomaron delicadamente los costados de su cabeza, un suave jalón lo volvió a recostar, pero esta vez en el regazo de la persona que brindaba esa tranquilidad que se le fue arrebatada esa noche.

- Solo fue una pesadilla, ya pasó - suaves caricias en su cuero cabelludo disipó toda las dudas sobre quién estaba calmando su alborotado corazón.

Un jadeo lastimero salió de sus labios, llevaba años sin tener una sola pesadilla, la última que tuvo fue cuando superó la muerte de su padre.

- ¿Mi Lord? - preguntó temeroso, abriendo suavemente sus ojos, agradeció mentalmente el haberse impuesto el dormir con antifaz, por muy incómodo que fuera, de no haberlo hecho Scaramouche ahora podría descubrir su identidad - ¿Qué hace aquí? - elevó su brazo limpiando su sudor, sin duda debía de bañarse.

El heraldo tarareo, dejo un beso en la frente de su inferior, estaba aún nervioso, le había dado un beso la noche anterior a su contrario y no fue correspondido, quería creer que fue por la sorpresa, pero no quería volver a arriesgarse.

- Tu habitación está seguida a la mía, así que pude escucharte gritar - envolvió sus brazos alrededor del cuello del pelirrojos - me preocupe y vine a revisar que sucedió - dejo otro beso en su mejilla.

Scaramouche no se consideraba especialmente bueno consolando, pero hizo lo que pudo para calmar el miedo en su contrario.

Hubo un silencio breve en el cuarto, ambos disfrutaron de la presencia del contrario, Diluc no supo cuando paso, pero cada vez más eran más constantes lo momentos íntimos entre ambos.

- está bien mi señor, solo fue una pesadilla - acarició los brazos del más bajo, haciendo de nuevo silencio, estaba mintiendo y lo sabía.

Este era el castigo que su consciencia le daría por sus asquerosas acciones, dudaba que mientras toda esta misión durará pudiera volver a dormir tranquilo, de hecho, para este punto se preguntaba si siquiera podría volver a dormir.

Pero sin importar nada, iba a aceptarlo, lo merecía después de todo, y si quería remediar el daño que sus mentiras tarde o temprano iban a causar, debía comenzar a buscar una manera de sanar la herida que iba a dejar.

Su mente dolía y no podía pensar en soluciones coherentes, pero había una idea en especial que quería hacer, por muy descabellada que fuera...

...¿Qué tan complicado sería darle una vida humana común y corriente a un heraldo con el historial de Scaramouche?...

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Headcannon del día: Cuando se embarazo, Scaramouche estaba reacio a tener el bebé, no se veía siendo madre, incluso llegó a pensar en abortar, pero luego de hablar con Diluc y sentir que este lo apoyaría en la decisión que tomase sin importar cual sea, decidió seguir en pie con el embarazo

Esta historia tendrá un final feliz, pero me gusta ser dramática, posiblemente también agregué bebés a esta historia, porque, vamos, ¿qué me lo impide?, Ignorando el hecho de que no se qué nombres ponerles, seguramente lo haga.

permítame servile - Diluc / ScaramoucheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora