Los ojos del baladista se abrieron con fuerza mientras sus dedos frotaban con más fuerza el mechón, mirando la tinta manchar con más fuerza sus dedos, mordió sus labios sin saber que hacer, mucho menos que decir, sintió su corazón latir con fuerza, el dolor apresó su pecho haciéndolo llorar.
Perlas amargas comenzaron a caer mientras sus manos se dirigían hacia la máscara de su inferior, necesitaba removerla, ver quién estaba debajo de ella, debía de saber quién estaba a su lado, a lo mejor había alguna explicación a la tintura, tal vez no era un engaño, ¿Un capricho de su subordinado?, No era raro que la gente quisiera cambiar su aspecto físico por inconformidad con el mismo, incluso el mismo odiaba gran parte de su aparecía física, porque le recordaba a ella.
Pero eso no quitaba el hecho de que doliera, porque ya había probado la tradición, aunque una cosa cómo está pudiera no tener nada que ver con un indicio de deslealtad, no podía negar el hecho de que había la posibilidad, y mientras existiera, no podría sentirse en paz, por lo que poco a poco sintió su respiración volverse más pesada.
Con la angustia invadiendo su pecho, puso sus dedos debajo de la máscara, iba a arrancarla de una vez por todas para ver quién estaba debajo de ella, sus manos picaban por saber la verdad, con suerte podría identificar a alguno de los aliados del viajero, o para alivio de su corazón solo sería una persona normal, común y corriente que solo se inscribió a Fatui por trabajo, oh cuanto anhelaba su corazón que fuera esa la respuesta, su cabeza comenzaba a dar vueltas, se sentía tan mareado.
Su labio tembló en un sollozo, sus dedos dudaron, se sentía tan cómodo con aquel subordinado, sabía uno de sus secretos más vergonzosos y lo había guardado tan bien, cuidaba de él como si valiera la pena mirarlo como algo más que una marioneta fallida, se preocupaba por él como si fuera una persona que valiera la pena amor, no quería arruinarlo, tal vez solo se estaba alterando por nada, tan solo podría ser su paranoia jugando una mala broma, o tal vez comenzaba a volverse dependiente a una falsa amabilidad de una manera que lo hizo incapaz de atreverse a comprobar que había debajo de esa enigmática máscara
Fuera lo que fuera, quebró en llanto antes de poder hacer nada, el pánico y el dolor le impidieron hacer algún movimiento más allá del de dejarse caer sobre su contrario, llorando desesperadamente sin saber que hacer, el contrario había atravesado sin esfuerzo unos muros que había mantenido inquebrantables por años, y ahora que estaban hechos añicos se sentía tan desesperado a la idea de que el de visión pyro se fuera.
Su pecho dolía, de la misma manera que dolió cuando Ei lo rechazo por ser una falla, no quería volver a estar solo de nuevo, gustaba tanto de poder esconderse detrás del más alto y dejar que el encare una situación a la que él no podía hacerle frente, como cuando Dottore intentaba sobrepasarse con él.
- ¿Mi señor? - intento llamar Diluc.
Tenía miedo, de la misma manera que la tuvo cuando Dottore lo tomo a la fuerza y no pudo hacer nada.
- ¡¿Mi señor?! - intento llamar de nuevo, guiar la atención del heraldo hacia él.
Cada vez más le estaba costando respirar correctamente, una tos insoportable junto a una acumulación de saliva evitaron que el aire entrará correctamente a sus pulmones, haciéndolo jadear en busca de oxígeno mientras fuertes alaridos escapaban de él, dolía tanto la idea de saber que confío tanto en tan poco tiempo, y que el hombre frente a él fuera a dejarlo en cualquier momento, que no era más que un juguete que iba a desechar una vez que obtuviera lo que deseaba de él.
- Por favor mi señor reaccione - sintió como si alguien le sacudiera, pero para este punto sentía que todo comenzaba a ser tan irreal.
Su cuerpo preso del pánico temblaba mientras intentaba articular alguna palabra, su cabeza daba vueltas, ¿Por qué?, De verdad no quería perder a la única persona a la que le había permitido probar algo de su confianza, ¿Estaba exagerando?, Su cabeza presa de mareos solo podía distinguir manchas al frente de él mientras fuertes lloros salían de su boca, a este punto ni siquiera podía reconocer si los jadeos desesperados que reclamaban aire eran de él.
Llevo sus manos a su pecho, apretando la arrugada tela entre sus manos, pesadas gotas de sudor bajaban de su frente mientras sentía que su mundo se derrumbaba, era una estupidez, la poca consciencia que le quedaba sobre lo que estaba pasando se lo indicaba, estaba sobre reaccionando ante un escenario al que normalmente hubiera resuelto con simplemente haber matado al que generaba su temor.
Pero esto no era simple miedo, no, su cuerpo estaba lideando con un ataque de pánico, la angustia impidió que pudiera ver con claridad todo lo que estaba pasando, cada vez podía respirar menos, sus ojos estaban completamente desorbitados antes de que finalmente su cuerpo cediera al agotamiento provocado por su propio temor a la traición, y antes de que pudiera darse cuenta, se desmayó.
………
Diluc no sabía que había sucedido, solo podía sentir el electro recorrer su cuerpo mientras intentaba hacer reaccionar al heraldo.
Estaba verdaderamente preocupado, nunca lo había estar mínimamente cerca a ese estado, su hombro estaba empapado por las lágrimas del contrario, su pequeño cuerpo aún temblaba mientras su pecho subía y bajaba dolorosamente, en un intento mediocre por respirar.
Sabía que esto tendría que resolverlo por su cuenta, por ningún motivo recurriría a la opinión médica de Dottore, a no ser que fuera extremadamente necesario.
Tomo algo de agua en un cuenco junto a un paño, para así limpiar rápidamente la frente sudorosa de su superior, intento acomodarlo en una pose cómoda para que pudiera por lo menos respirar.
Sus ojos buscaban con rapidez respuesta al ataque de pánico que estaba sufriendo el baladista, necesitaba saber que lo provocó para corregirlo y evitar que al despertar el contrario volviera a sufrir por lo mismo.
Y oh, sin duda debía de buscar una buena excusa, porque esos dedos tintados de negro no sería algo fácil de hacer olvidar a la memoria del heraldo.
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Headcannons del día:
Raiden Shogun y Scaramouche llevan una relación de amor odio, pero normalmente se llevan bien, lo suficientemente como para que le permita jugar con sus hijos siempre que ella desee.
Scaramouche es propenso a ataques de pánico cuando sufre un shock,
En el evento de las escondidas (en el hipotético caso de que suceda cuando haya nacido el primer hijo de Scara y Diluc), más de un viajero se llevó una descarga eléctrica por despertar a Scaramouche o su bebé.
Diluc tuvo que abandonar su trabajo varias veces para sacar a los viajeros de Viñedo porque Scara le pidió el "favor" para que su hijo tuviera un descanso adecuado, por no mencionar que si no seguía la orden dormía esa noche en el sofá.
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permítame servile - Diluc / Scaramouche
FanfictionLa mejor manera de poder ayudar al viajero y recolectar información de manera precisa era infiltrarse en Fatui directamente, para desgracia de Diluc debía de lidear con el heraldo perteneciente a inazuma. [Nota: Aquí no sé sabe que Scaramouche robo...