No podían salir en aquel auto, la policía que no eran aliados lo reconocería fácilmente, además de que ya había sido visto por todos lados. Bajando por el elevador tomado de la mano del rubio pensó en que tal vez estarían los policías ahí. Con un puchero pensaba en que decirle a su amante, no quería perder su oportunidad para estar con alguien como él.
La campana del elevador sonó indicando el destino de ambos y con un poco de nervios por parte del rosado, se sorprendió al ver que no había ni una patrulla o algún oficial, caminaron hasta dónde se supone que estaría el auto y para su sorpresa, no estaba.
— ¿Y tú auto...?
— Olvidé ponerle seguro... Ni siquiera cerré la puerta...-
— ¿LO ROBARON? — el joven profesor suspiro con decepción por aquel acto tan indignante.— ¿Cómo puede existir gente tan deshonesta?
— No te preocupes precioso... Podemos irnos en este...— el rosado saco una llaves de su pantalón y caminando hasta llegar a una camioneta negra, esta era alta y con un tapizado elegante.— No la uso mucho porqué solo me permiten llevarla a mi trabajo cuando hay reuniones grandes pero... Creo que es una emergencia llevarte a tu casa, ¿No?
— Bu-Bueno... La verdad es que tengo que ir con mis padres, hoy es el cumpleaños número 14 de mi hermano... Y olvidé comprarle su regalo... Si podrías llevarme a un centro comercial sería genial...— sus mejillas estaban rojas por la vergüenza y desviando la mirada escucho una risa eufórica, su rostro se torno rojo por completo.
— Con mucho gusto te llevo mi lindo príncipe~ — le guiño un ojo y sintiendo sus manos temblorosas trato de no comportarse como un adolescente, el rubio corrió hasta la camioneta y abriendo la puerta se adentró para colocarse el cinturón, las carcajadas del joven rosado no se hicieron esperar y entrando a la camioneta se colocó el cinturón preparándose para manejar, el rosado observó al rubio y con una sonrisa inocente vio su suave cabello que caía como una ardiente cascada, era tan adictivo ver aquellos hilos de oro moverse que le recordaban unos deliciosos fideos.— Mmmh... ¿Qué te parece si vamos a comer un poco?
— ¿Mh? ¡Me parece bien! Hay un lugar al cuál me gusta mucho ir con mis amigos, la comida es muy deliciosa y... Muy especial para mí...— sonrió con ternura al recordar de quien era el restaurante.— Me gustaría que alguien tan especial como tú, conozca mi lugar especial, hahaha~
El joven rosado sonrió satisfecho y encendiendo el motor, salieron del estacionamiento, en todo el camino sus risas eran la dulce melodía que al rosado le gustaba escuchar, olvidando por completo en dónde o en que trabajaba, en ocasiones tomaba la mano del alto para darle tiernos besos. El rubio prendió el radio de la camioneta y tan pronto se encendió, la voz liviana de una mujer provoco en el rubio un sutil baile.
— Hahaha, que bien bailas hermoso, ¿Te gusta esa canción? — preguntó mientras le subía al radio dejando que el rubio siguiera bailando.
— ¡Si! Esa chica es una de las cantantes favoritas de mi mejor amiga~ — respondió inspirado por el ritmo ochentero de la canción.— Deberías escucharla, su nombre es Yubin tiene canciones muy pegajosas~
— Hahaha si lo veo~ — el día era soleado y con una sonrisa dibujada en sus labios siguió disfrutando la canción. El aire acariciaba sus rostros alejando los malos ratos de sus vidas.
Ambos se sentían felices, habían acordado tener diversas citas antes de llegar a ser algo más, al rubio le pareció una buena idea el conocerse y ver la química que podía florecer en ellos, pero algo le seguía dando curiosidad, ¿Por qué el rosado había dicho esas palabras? Observó el moderno edificio y con una sonrisa de oreja a oreja pensó en que podría gustarle a su hermano pequeño.
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The demon's lament
FanfictionRengoku Kyojuro es un profesor de Historia que da clases en la prestigiosa academia Kimetsu, todos sus alumnos y compañeros lo aman, es un hombre responsable y demasiado apuesto. Sin embargo un día después de clases, un viernes decide ir a un bar ce...