Aquel chico no podía conciliar el sueño, el frío pasillo de aquel hospital comenzaba a perturbarlo, las vendas sobre su cabeza comenzaba a picarle la cabeza y con desesperación rascaba sus brazos, minutos antes los oficiales de policía habían ido a comunicarle que aquel hombre que interrumpió su hogar no se encontraba en la escena, dejándole un mal sabor de boca. Algo no estaba bien, se levanto de su lugar y mirando la puerta de la habitación donde se encontraba reposando su amante soltó un brinco al escuchar la puerta abrirse, del interior salía un imponente hombre de cabellera negra, traje de sastre y mirada rojiza quién parecía realmente molesto, el rubio fui ignorado por aquel hombre, sin embargo Rengoku necesitaba quitarse aquella mala espina que tenía incrustada sobre él. Se levantó de su lugar y caminando detrás del hombre a paso firme aclaro su garganta.
— Disculpé, señor Kibutsuji... Me presento, soy el profesor de historia del instituto Kimetsu, Rengoku Kyojuro y tengo que decirle algo importante...— el hombre de traje se detuvo frente al elevador y presionando el botón para bajar, el rubio decidió continuar, pues no tendría otra oportunidad de estar frente a frente con aquel hombre.— Hay algo extraño ocurriendo con aquel hombre, tal vez no crea en la palabra de un maestro, pero las palabras son la arma mas poderosa que tiene el ser humano y es por eso que debo decirle esto, ¡Alguien de la policía esta encubriendo a ese pervertido!
La mirada rojiza de aquel hombre se clavo sobre sus ojos flameantes y sintiendo un escalofrío no rompió su postura pues lo que menos quería era verse débil ante una figura importante dentro del mundo de la mafia.
— Continua...
— ¡A sus ordenes! Como le decía, alguien de la policía esta encubriendo aquel enfermo, siempre que llegan sus aliados, nunca encuentran a ese hombre. No entiendo si es incompetencia de la seguridad pública, sin embargo, puedo asegurar que siempre esta mal herido. El comandante Fukohei me dijo que no lo encontró, ¡Y llegaron en 10 minutos! En 10 minutos un hombre inconsciente y mal herido no puede salir de aquel lugar...
— Tsk... Ese tipo siempre me dio mala espina...— la tenebrosa voz del hombre de traje le hizo enchinar cada centímetro de su piel. Se volteó y cruzando sus brazos frunció el ceño enojado.— Sin embargo, siempre trabajó bien con Akaza por lo cuál me parece extraño esta deducción tuya... ¿Te dijeron algo sobre las cámaras?
— No... Sin embargo el hermano de un amigo es oficial, le diré que vaya a mi departamento para pedir las grabaciones...
— Podrías mandarlas con uno de mis manos derechas, se llama Kokushibo, le pasaré tu dirección para que vaya a tu departamento, de ese momento en adelante quiero que te alejes de Akaza.
— ¿Dis... Disculpe? — aquello lo había sorprendido, apretó sus puños y desviando su mirada al suelo, mordió sus labios.
— Aunque estemos trabajando juntos, esto no le quita el hecho de que sigamos siendo enemigos, hijo de Rengoku Shinjuro, para evitar mas conflictos aléjate de todos. No me parece coincidencia que todo empeorara cuando ustedes se revolcaron en su cama.
El corazón de Rengoku se estrujo y con una incomodidad suspiró.
— Pero no estamos haciendo nada malo...
— No, no están haciendo nada malo, solo están amando, pero la peor maldición que puede caer en un humano es el amor. El amor te entorpece, te hace más inútil, te hace dependiente... Akaza es uno de mis favoritos y verlo tan vulnerable me hace sentir lastima por él, ¿Sabes como es apodado?
— ... No...
— El niño demonio... ¿Sabes el motivo?
— ... No lo sé, señor...
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The demon's lament
FanficRengoku Kyojuro es un profesor de Historia que da clases en la prestigiosa academia Kimetsu, todos sus alumnos y compañeros lo aman, es un hombre responsable y demasiado apuesto. Sin embargo un día después de clases, un viernes decide ir a un bar ce...