Pasando las horas, los jóvenes habían llegado al departamento del rosado quien se encontraba cansado física y mentalmente, Akaza se dirigió a la cocina para tomar una copa y sacar una botella de vino pues deseando descansar mejor tener alcohol en su sangre era la mejor opción que daba en ese momento. El rubio miraba desde el umbral de la puerta y sintiendo su corazón oprimirse llevo su mano a su cuello donde poco a poco desaparecían aquellas asquerosas marcas, respiró hondo y aclarando su garganta, preguntó en un susurró:
— ¿Akaza... Crees que pueda tomar una ducha...? Me siento algo sucio...
— ¿Eh...? Ah claro...
— Gracias...
El rubio le dio la espalda y caminando hasta el baño de la habitación, abrió la puerta encendiendo la luz no sin antes echar un vistazo a la enorme cama de este donde sintió su corazón detenerse. Un delgado cuerpo se encontraba descansando plácidamente sobre el colchón tapado con la suave cobija de seda, un dolor en su pecho le hizo tapar su boca y entrando sin hacer ruido cerró la puerta detrás de si cerrando con seguro. Recargo su espalda en la puerta y resbalando hasta sentarse, una ola de lágrimas apareció en sus ojos, dejando con un nudo en la garganta trato de levantarse más sin embargo sus piernas no le respondían.
¿Por qué se sentía de está manera si él también se había acostado con otros? ¿Por qué un dolor inexplicable lo golpeaban en el pecho si ellos no eran... Nada?
— Tra-Tra-Tranquilo Kyojuro... Ustedes nunca fueron nada... Nu-Nunca... Fue-Fueron... Nada...— los susurros crecían cada vez dejando aturdido al dueño de la voz, llevo sus manos a sus oídos y cerrando los ojos con fuerza su cuerpo optó una posición fetal sintiendo el palpitar de su pecho contra sus piernas. Las lágrimas no paraban de salir y sus pulmones exigían más oxígeno pues aquellos llantos lo hacía a base de jadeos logrando marear al rubio, quitó sus manos de sus oídos y estirando su mano al interruptor de luz la apagó quedándose sentado por unos segundos hasta que su vista logrará acostumbrarse a la oscuridad, con el cuerpo temblando gateo hasta la bañera y adentrándose a esta, con las lágrimas mojando sus mejillas sintiendo los ojos hinchados los cerró sintiendo un terrible dolor en su cabeza deseando nunca haber conocido aquel chico.
El rosado había pasado una hora tomando aquella botella de vino y cansado de estar solo en su propia cocina, se levantó torpemente de la mesa mareado por el licor, caminó entre tropiezos hasta su habitación, observó un bulto en su cama y con una sonrisa embriagada fue hasta su colchón quitándose toda su ropa, dejando claro, solo la ropa interior. Se subió con un tropiezo a su cama y rodando hasta el cuerpo delgado lo atrajo hacia él para darle pequeños besos en su cabello y abrazando el cuerpo sonrió cerrando sus ojos gustoso.
— Descansa precioso..~
El pequeño cuerpo se removió entre los brazos fuertes del rosado y abrazando gustoso aquel cuerpo, Akaza soltó una risita divertida mientras se acurrucaban quedando plenamente dormidos sin saber que en su bañera se encontraba un joven sintiendo culpa y con el corazón roto.
El sol trataba de salir de aquellas nubes grisáceas dando paso a pequeños rayos de luz, aquel día los pájaros no realizaban sus cantos pues el frío era evidente. Un dolor punzante en la cabeza del rosado le hizo soltar un fastidioso gruñido, estiró su cuerpo sobre el colchón y sintiendo un peso a lado de él, sonrió feliz pues se encontraba su querido amante cerca de él, aún con los ojos cerrados rodeó nuevamente el delgado cuerpo quedándose quieto por unos segundos.
— Precioso... Te siento algo delgado... ¿Acaso no has comido? — preguntó somnoliento mientras tocaba aquellos brazos en busca de la característica masa muscular del rubio.
— Todos los días como, cariño mío~ — una melosa pero chillona voz hizo que sus ojos se abrieran de un golpe, alejándose de aquel chico observó perplejo al pequeño intruso que tenía en su cama.— ¿Qué ocurre cariño~? ¿Acaso esperabas alguien más~?
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The demon's lament
FanfictionRengoku Kyojuro es un profesor de Historia que da clases en la prestigiosa academia Kimetsu, todos sus alumnos y compañeros lo aman, es un hombre responsable y demasiado apuesto. Sin embargo un día después de clases, un viernes decide ir a un bar ce...