Felicidad, era lo único que podían sentir la joven pareja al enterarse mediante a la madre del rubio y la chica que al fin estaba embarazada, después de unas semanas al fin había dado la esperada noticia a los jóvenes. Algo dentro del rosado le hizo sentir felizmente melancólico, al ver la felicidad que emanaba el rubio cada que estaba con Mia le hacía recordar a su querido hermano y a su cuñada, ellos también estarían felices por la maravillosa noticia. Cada día que pasaba, el rosado se sentía extrañamente feliz, tanto así que había olvidado por completo que era... Un mafioso...
Era de día, el rosado había sido solicitado por aquel chico idéntico a su antiguo compañero, tendrían que cobrar a la familia de aquellos panaderos que eran muy conocidos por sus delicias, además de ser amigos del pequeño hermano de su prometido, salió de su departamento no sin antes haberse despedido del rubio quien aún dormía plácidamente sobre su colchón. Entro al auto y pensando sobre su hermano un extraño sentimiento lo invadió, ¿Por qué todo iba de maravilla? ¿Por qué todo estaba resultando perfecto? Algo lo estaba poniendo nervioso.
Las cobranzas habían resultado un éxito, él sabía que muy pocas veces se enfrentaba a hombres armados cosa que seguía sorprendiéndole de la familia Ubuyashiki, era tanto el respeto que le tenían aquel elegante hombre que muy pocos eran estúpidos para enfrentarlo. Se dirigió a su auto y escuchando la suave voz de su compañero, volteó sobre sus talones para ver al chico quién le entregaba una bolsa con pan.
— El señor Kamado me dio mucho pan pero... Yo no como mucho y... Si dejo este pan mi novia es capaz de comerlo todo en una sola noche...
— Pfft, Kyojuro es igual~ — el rosado acepto la bolsa y mirando el rostro pacífico de aquel chico, sus mejillas se sonrojaron.— O-Oye... Yorichii...
— ¿Si...?
— ¿Realmente podré salir de la mafia...? Yo... Ya estoy cansado de todo esto, me gustaría ser un gran dentista...
— ¿Dentista...? — el joven se acercó hasta el rosado y recargando su cuerpo en el auto del rosado observo el cielo.— Yo no te veo como dentista, si te soy sincero...
Silencio. El rosado bajo la cabeza y con algo de timidez, escucho una sutil risa por parte del joven.
— ¿Quién quería ser dentista...?
— Mi hermano mayor...
— Aah... Siempre los hermanos mayores nos dejan influenciados hacía algo... ¿No lo crees...? — cerro sus ojos y sintiendo el suave aire chocar contra su rostro, sonrió.— Yo te veo más como un doctor... Eres un chico muy atento, eres prudente, sabes comunicarte con las personas, no importa su edad, sabes como hacerlo, eres igualitario y eres un chico que genera confianza... Cuando salgas de esto yo me encargaré de que entres a la mejor escuela de medicina, no importa si es en otro lado del mundo...
— ¿Harías eso por... Mi?
— Claro... Después de todo, te quiero como un pequeño hermano...— el joven saco un lindo collar de su bolsillo y mirando fijamente aquel cristal blanco suspiro — Yo no tengo una muy buena relación con Michikatsu oh... Kokushibo, como lo conoces tú... Cuando el quiso seguir con la tradición de ser parte de los Kibutsuji dejo de hablarme, en un principio creí que era para protegerme, pues él sabía que odio este tipo de temas al punto de ser un bastardo para mi padre, pero después de un tiempo... Me di cuenta que no era por eso, si no porque sabía que el señor Muzan me prefería a mi antes que él, sentía celos de que fuera solicitado y yo rechazara las tareas pero... Aún así yo jamás pude odiarlo... Jamás... — el joven guardo el collar y soltando un suspiro cerro sus ojos — Se lo solo que te sentías antes de conocer al joven Rengoku... Te arrebataron a tu única familia de una forma tan vil y cruel que no lograbas entender el mal que hacías, por eso quiero que sepas lo mucho que quiero que estés bien... Todos tenemos mala suerte, pero solo muy pocos arrastramos esa mala fortuna hasta el fin de nuestros días, eres muy joven, Akaza, tú no mereces morir tan joven, tienes que estar en paz con la persona que amas, claro que habrá veces donde tu mente te dará malas jugadas y no seremos capaces de perdonar nuestros pecados pero... Se que serás feliz... A parte, la familia Rengoku me agrada bastante y son personas extremadamente buenas... Mereces lo mejor... Akaza...~ — ambos se observaron por un rato y sintiendo las mejillas calientes, el rosado choco su hombro con la del chico mientras disfrutaban el suave aire de la primavera.— Mi hermano me contó mucho sobre ti... A pesar de que no hablábamos bastante, siempre aparecías en las conversaciones... Has pasado por mucho, desde que te encontraron hasta hace unos meses que eres parte de la familia Ubuyashiki... Mereces una retirada digna...
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The demon's lament
FanfictionRengoku Kyojuro es un profesor de Historia que da clases en la prestigiosa academia Kimetsu, todos sus alumnos y compañeros lo aman, es un hombre responsable y demasiado apuesto. Sin embargo un día después de clases, un viernes decide ir a un bar ce...