Rengoku Kyojuro es un profesor de Historia que da clases en la prestigiosa academia Kimetsu, todos sus alumnos y compañeros lo aman, es un hombre responsable y demasiado apuesto. Sin embargo un día después de clases, un viernes decide ir a un bar ce...
— Señor Muzan. Ya no quiero ser parte de la mafia...
El hombre de mirada rojiza detuvo su tarea de contar el dinero de aquella deuda que había realizado el rosado y observando al más joven soltó un risa incrédula.
— ¿Cómo dices?
— Ya no quiero ser parte de esto. Quiero una mejor vida para mi novio y para mí, así como lo hizo con mi hermano, quiero la oportunidad de irme sin dejar nada pendiente aquí...
— ¿Y tú acaso crees que así de fácil es dejar esto? — se retiró los lentes que tenía y suspirando recargo sus brazos sobre el escritorio.— ¿Sabes porqué le permití a Hakuji que se alejara de esto? Porqué se iba a casar con la hija de un importante proveedor. Ustedes no pueden hacer lo que se les plazca, pues yo tengo todo de ustedes, tengo sus nombres, sus edades, sus virtudes, sus metas...— se levantó de su asiento y caminando hasta el rosado, quedaron cara a cara. Una sonrisa burlona salió de los labios del pelinegro y cruzando sus brazos, continúo.— Sus debilidades... Sus miedos... Todo.
— Señor Muzan, lo admiro y respeto por todo lo que hizo por mi y por mi hermano, sin embargo no voy a dejar que me intimide, usted sabe que se todos sus sucios secretos, si quiere jugar sucio, jugaremos sucio.— el rosado sin apartar la mirada de aquellos ojos de sangre, se cruzó de brazos para respirar hondo.— Además, ¿No cree que ya debería darme un merecido descanso? Eh estado a su servicio durante toda mi vida..
— Haha... Tienes agallas, Akaza...
— Mmh, yo creo que la palabra correcta sería, huevos. Tengo los huevos suficientes para venir a decirle que me voy a retirar.
— No lo creo... Soyama, no te irás... No hasta que consiga un cobrador de confianza, pues ¿Crees que dejaré ir fácilmente a uno de mis mejores cobradores? Aunque tenga a Douma, ese tonto le encanta jugar con sus presas antes de cobrar, no podría dejarle el mando de los cobradores...— el hombre le dio la espalda para irse a sentarse a su escritorio, tomo sus anteojos y colocándolos sobre el puente de su nariz, continuo con su tarea de contar dinero.— Hasta que consiga un cobrador de confianza te irás, tienes mi palabra.
— ¿No tardará mucho... Verdad?
— La confianza no se gana de un día a otro, Akaza, mucho menos en un mundo como este donde las traiciones son necesarias para crecer. Y tú lo sabes.
— Ah...— el rosado soltó un suspiro y caminando hasta el sillón de la oficina cerró sus ojos.— Escoja a un hombre... A quién quiera y yo me encargaré de revisarlo, si no cumple con sus expectativas lo elimino y conseguimos otro...
— Hahaha, ¿Quieres trabajo de casa~? Enserio que ese rubio te trae loco, Akaza...
— Quiero lo mejor para el chico que amo, señor Muzan... Usted me enseñó a cuidar a los que más queremos y amamos...
— Está bien, sin embargo si fallan más de 5 personas. Te quedas.
— Ah... Está bien...— el rosado abrió sus ojos y mirando de reojo al hombre de mirada rojiza, soltó una sonrisa burlona.— Vera que me iré de aquí~
— Ya veremos, Akaza...~
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