Capítulo 6: "Amor y odio"

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Los gemidos del rubio y el rosado chocaban entre las paredes haciendo que el sonido del celular de Akaza se perdiera por completo en aquellos eróticos sonidos, la cadera de Rengoku bajaba y subía con rapidez haciendo movimientos circulares dejando indefenso al rosado, las manos de este sostenían sus piernas y apretando su piel cada que su amante realizaba un movimiento satisfactorio, echó su cabeza atrás. 

Aquel chico lo había presado obligando que su cuerpo estuviera acostado por un gran rato dejando al rubio montando sobre su miembro. 

— A-Aka... Akaza...— la ronca voz del rubio lo aturdió sintiendo como su cuerpo temblaba constantemente y miraba al chico brincar sobre él con mucho gozo, las fuertes manos del rosado recorrieron su pecho hasta llegar a sus pezones donde ahí los acariciaba con un poco de rudeza jalando y apretando aquellos capullos, retorciéndose sobre él sintió su cuerpo temblar con violencia, sin poder sostenerse llevo ambas manos al pecho del rosado sintiendo como sus piernas ya no respondían a su llamado, sonrió con gozo y mordiendo sus labios se alejó de aquel miembro que lo estaba volviendo loco escuchando un quejido por parte de su amante.— L-Lo siento... Ah... Se que es cansado estar tanto tiempo abajo...

— N-No te preocupes... Aunque... Así ya puedo hacer esto~ — tomo la muñeca del rubio y recostandolo sobre el colchón lo apreso sosteniendo su propio peso para no lastimarlo y con una sonrisa en sus labios bajo a su suave cuello dónde enterró sus colmillos provocándole un fuerte escalofrío al rubio, sus labios no paraban de recorrer esa adictiva piel succionando y dejando pequeñas marcas se alejó suspirando con satisfacción viendo su obra de arte.— Listo, ya marque lo que es mío~

— ¿M-Mngh~? ¿Solo mi cuello es tuyo...~?

— Nop, todo tú eres mío... Esa hermosa sonrisa es mía, esos deliciosos gemidos son míos, estas hermosas piernas son para mí, estos deliciosos pezones son para mí.... Tus labios son para mí, todo tú me perteneces~ — tomo su miembro y guiando hasta la entrada del rubio fue detenido por su muñeca sorprendiéndose.— ¿Ocurre algo precioso?

— Y-Yo... ¡N-No tengo ninguna enfermedad, ¿Y tú?!

— ¿A-Ah? ¡Oh! No, siempre estoy cuidándome...

— Bien... Entonces... ¿Podrías hacerlo sin condón...~?

— ¿Estás segu..~?

No tuvo tiempo para responder pues sus labios fueron atacados por los de Rengoku el cuál acercaba su cadera hasta el erecto miembro sintiendo un dolor gustoso y punzante sobre su entrada haciéndolo gemir entre el beso. Amando cada centímetro de aquel miembro fornido, siendo su primera vez con un hombre agradecía haber encontrado al rosado, pues no solo le llenaba su vacío existencial, la satisfacción que sentía al ser acariciado por esas suaves y grandes manos, la satisfacción de sentir ese miembro dentro de él tocando un punto el cuál nunca creyó qué sería tocado le nublaba la mente de completa lujuria. Estaba demasiado excitado como para pensar en otras cosas, sus piernas temblaban con cada embestida, las lágrimas de placer caían sobre sus mejillas haciéndolo sonreír de felicidad, su miembro erecto dolía sin embargo aquel caballeroso rosado sabía sus necesidades y no paraba de consentirlo masturbandolo para no sentir tanto dolor por querer eyacular pronto.

— ¡M-Mmngh~! A-Akaza...~ más rápido~ — rodeó sus brazos sobre el cuello del rosado arañando su espalda al sentir aquel punto dulce ser estimulado, no podía más, quería eyacular sin embargo también quería sentir más el miembro del chico.— ¡A-Ah~! Más... Más... Así..~

— ¿T-Te gu-gusta ahí...~? — sus voces entrecortadas eran inicio del clímax, sus cuerpos entre violentos espasmos se abrazaban al punto de sentirse uno solo, sus miradas chocaron y con una extasiada sonrisa, el rosado acomodó al rubio sentando su cuerpo sobre sus piernas para aumentar la velocidad de su cadera haciendo brincar al profesor.

The demon's lamentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora