Capítulo 23: "Traitor"

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El cielo se había tornado gris y el frío en Tokio parecía calarle los huesos aquella chica quien se acurrucaba sobre su bufanda. Salió del banco y suspirando observo las nubes grises.

— Aah... Espero que los chicos lleguen a tiempo para el nacimiento...—  tomo el vientre y acariciando con ternura cerró sus ojos, durante los 8 meses, casi 9, ella se había acostumbrado a la buena vida que le habían otorgado la pareja que todo el dinero que le habían seguía en su cuenta —  ¿Qué hago madre...? ¿Cómo les digo que tu moriste hace 4 años...? En verdad me gustaría quedarme con esta niña... Sus genes son muy hermosos, tanto de Kyojuro como de Akaza...— comenzó a caminar sin destino alguno y acariciando con ternura su vientre se detuvo en un cruce mientras veía a la multitud teniendo una vida normal —  Tengo demasiado dinero que si lo administro bien podría vivir de eso hasta el día de mi muerte... Pero di mi palabra...— alzo su rostro para admirar el cielo de aquella tarde y mordiendo sus labios, suspiro.— ¿Qué hago mamá...? ¿Cómo puedo decirle a los señores Rengoku que soy parte de la familia Kibutsuji...?

Cerró sus ojos con fuerza y pensando en aquella mafia negó con la cabeza. Regreso a su punto inicial y cruzando aquella gran avenida decidió regresar a la casa con esas buenas personas que la trataban con amor y respeto, mientras pensaba en aquella tarea que le habían otorgado.

— Tú eres la indicada Mia, si ellos lo que quieren es hacer su estúpida familia, tú serás nuestra gran aliada...— la mirada siniestra de aquel hombre la aterraba, la verdad es que ella se había unido a la familia por su madre, le prometieron tanto dinero que al final jamás le dieron perdiendo así a su única familia.— ¿Alguna objeción?

— Ni-Ninguna señor...—  contesto mientras agachaba su mirada y pensando en que es lo que haría un terrible sentir se instalo en su pecho.—  So-Solo que tengo una duda señor...

— ¿Cuál es...? —  pregunto con voz tenebrosa haciendo sudar a la pobre chica quien se encontraba haciéndole una reverencia. 

— ¿Akaza no me reconocerá...? alzo su rostro para ver aquellos ojos color sangre que la veían con superioridad.En varias ocasiones conviví con él...

— ¿Y tú piensas que él recordara a gentuza como tú? Él a trabajado con mucha gente incluso la ha matado sin haberse dado cuenta que era de su bando, no te preocupes por ello, él no reconoce a gente como la mierda...respondió dejando a la chica en un estado de dolor por aquella crueles palabras.— Ahora, te enviaré toda la información que nos paso una chica en el centro gestación, esa chica enserio es increíble, se hizo pasar por recepcionista y el estúpido doctor nunca se dio cuenta que no era su recepcionista de antes... En cuanto hagan todo el proceso y estés a punto de dar a luz, envía una carta a esta dirección y te llevaremos a un hospital, luego nos darás al bebé, ¿De acuerdo?

— S-Si... A sus ordenes señor Muzan...

Entró al metro y suspirando cerró sus ojos. Aquellos chicos le habían dado su confianza en todo incluso para cargar a su futura hija, no podía fallarles, mucho menos a unos de los mejores de la mafia, saco el papel que le había dado el señor Muzan y mirando con odio susurró:

— Eres un maldito bastardo Kibutsuji... Siempre queriendo que te limpien el culo...—  llegó a la estación deseada y saliendo hacia el andén camino hasta un bote de basura para romper el papel y lanzarlo dentro de este.— Después de que nazca Aiko-chan... Me iré de aquí... Espero te jodas... Kibutsuji.

Soltó un suspiro aliviado y dirigiéndose a su destino ignoro por completo aquel hombre de cabello platinado que entraba a la estación mientras sacaba su celular y observaba el chat que tenía con su ex esposa Hinatsuru, chasqueo la lengua al ver que llevaban meses que no hablaban y con algo de enojo metió su celular en su bolsillo. 

The demon's lamentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora