Capítulo 3

29 9 0
                                    

Tomé el domingo para hacer mi propio logo de una de las marcas más reconocidas en el mundo. Elegí el team Coca-cola. Pienso hacer un logo que tenga dibujos o figuras, no sólo letras. Aún vestía pijama, franela blanca y un aguacate kwai en el centro. Junto con el short amarillo con minis aguacates. Tenía mi laptop encendida con diferentes logos para realizar en la pantalla, una hoja en blanco, colores, compás, lápiz y demás en el escritorio. Abrí la ventana. Se oían los pajaritos cantar.

Pasó una hora aproximadamente tratando de conseguir el logo perfecto. Hasta que por fin lo tenía. Aleluya. Era una ola negra— reflejando el líquido de la gaseosa— una botella de tapa roja surfeando y llevando una mini botella en la mano izquierda. Suena un poco raro pero bueno, no se me ocurrió nada más. Lo pinté y lo pasé a PDF. Listo, había terminado con una actividad. Ahora faltan las demás.

Mientras respondía un cuestionario relacionado a la carrera. Se me vino a la mente Moly.

Moly

Moly

¿Quién rayos era Moly?

Desde pequeña nunca le dí importancia a las cosas. A excepción de mis estudios, que no era una cosa, sino mi futuro. Pero del resto nada. Solo que esta vez me ganó la intriga. Llamada Moly por cierto.

Le escribí a Omar preguntándole si se vió con ella. Me dijo que sí, que solo conversaron y se tomaron algo— ujum— Le pregunté si sabía su apellido o tenía sus redes sociales, Omar me envió el usuario de Instagram de la chica. Su apellido era García. El hombre no cuestionó a mi curiosidad. Siempre fue muy relajado en ese sentido.

Le di las gracias a mi querido amigo y salí de Whatsapp para adentrarme en Instagram y buscar a la misteriosa y extraña mujer.

Aparecía como Moly_García.enf. Okey. Su cuenta era pública, tenía unos cinco mil seguidores, sus publicaciones eran frases sobre la vida, su descripción tenía una lupa y una inyección. Rarísimo.
Tres teorías sobre los emojis:

1. Eran sus emojis favoritos— cosa que dudo mucho.

2. Le gustaba la ¿medicina? O la estudiaba. La vimos trabajando, más no estudiando.

3. Es medio turuloca y lo puso sin ningún motivo.

Yo me quedo con la segundo opción que es más probable. No tengo pruebas pero tampoco dudas. En su perfil no se vió nada sospechoso, así que dejé el tema a un lado. No le conté a nadie sobre eso, ni si quiera a Dahlia, confíaba en ella pero hay veces que es mejor dejar algunas cosas solo para nosotros mismos.

Quizás sólo comentó sobre la escenita del chico lindo. Quizás si fue un error, un muy, pero muy vergonzoso error. Tropesarse con alguien le pasa a todos ¿cierto?.

Bajé a la cocina por unas galletas de vainilla y fresa. Abrí la nevera y encontré el cartón de leche, así que me serví en un vaso. Papá y mamá estaban viendo una película en la sala. Subiendo rumbo a mi habitación, llegó una notificación al celular. Era del grupo de todo Clarksin; la universidad. Una imágen que decía:

Queridos estudiantes de Clarksin.
Todos están invitados a la mejor fiesta de sus vidas. Será el 28 de este mes— en tres semanas exactas— Vistan su mejor y brillante ropa de noche.
Hora: 8 pm.
Las mejores bebidas y comidas.
Anfitriona y cumpleañera: Beatriz Calix. Lugar: en mi fabulosa mansión.
Besitos mis No amores.

Genial. Una fiesta en la mansión Calix. Un pequeño y fastidioso detalle. Beatriz Calix, la típica chica bonita y popular de la universidad. Nadie la soportaba, demasiado arrogante. El ego lo tenía bien alto, y más presumida que mono con su banana.

Al minuto ya todos estaban confirmando su asistencia. En Clarksin no se calificaban de que año, sino de materia, desde las más básicas hasta las más complicadas, desde las más conocidas hasta las menos apreciadas.

Me quedé un rato viendo el chat del grupo a chismosear quién iba y quién no. Al instante, ví que Omar escribía, dejó de escribir y el mensaje se envió. Sí iba. El condenado asistiría sin consultarnos. Seguramente Dahlia no iría, ella no es de fiesta, prefiere quedarse en su casa organizando su habitación. Dato curioso, ella es la más pulcra de los tres.

Por mi parte, no iré.

Eso dices tú.

Es la verdad consciencia, no iré.

Si claro, ya te veré.

Terminé de subir los últimos escalones que me faltaban y entré a mi habitación. Seguí continuando con mis tareas. Faltaban tres para terminar, pero esas las hacía entre mañana y el martes.





Cuando la Imaginación se DesbordaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora