Capítulo 18

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Pensé que papá diría No a mis peticiones.

Jugué mal mis cartas. Hubiese pedido más dinero para entrar en un coma diabético gracias a las golosinas que hubiese comprado.

Felipe, es amigo de papá desde la secundaria. Al graduarse, cada uno siguió sus sueños, separándose de sus compañeros.

Los alumnos del último año— papá y sus amigos—, cada año se reúnen a pasarla bien. Arrendando una finca. Cada persona, lleva a su familia; la más cercana.

La hija de Felipe, Penélope...

Esa chica tiene problemas. Sufre de bipolaridad e hipocresía. A simple vista, parece alguien amigable. La conoces y hasta ahí queda la amabilidad. Lo que tiene de bonita lo tiene de mala.

Hace unos años, viajamos a San Francisco. Dónde vive otro amigo de papá. En su gran mansión con muchas personas. La mansión contaba con una piscina exótica. Mientras papá, sus amigos y los acompañantes charlaban, varios hijos de ellos también, jugaban o nadaban. Penélope, llamó mi nombre para que me acercara a las escaleras de la piscina. Porsupuesto, me acerqué. En una de esas que hablábamos. La muy descarada me empuja.

Afortunadamente, sé nadar.

Ella, y todos los demás adolescentes o niños que se encontraban allí, se reían de mi caída al agua. Nadia, fue la única que me ayudó con una toalla, hija de una compañera de papá. Desde entonces, hablamos.

Y como llevo a mi combo familiar. Se comerá las uñas de la envidia. Je Je.

Una vez me dijo que siempre estaría sola y que nadie estará conmigo, ya sea en momentos buenos o malos. Simplemente, estaré sola. Cuando vea a los chicos recordará que jamás lo voy a estar. Y será ella quien sí, lo estará.

Hablo con los chicos y dicen que sí. Les encantó la idea. Papá y mamá conversaron con los padres de mis amigos, para que estuvieran tranquilos. Bueno, ustedes saben. Ellos estuvieron de acuerdo. El sábado por la mañana, los estábamos pasando a buscar en casa de Dahlia.

Mi amiga vestía de negro— como siempre— Omar de blue jean. Zander iba deportivo. Y yo, con vestido deportivo.

—¡Buenos días chicos!— saluda mamá.

—Buenos días Señora Katherine— todos le devuelven el saludo.

Suben al carro, saludando a papá y luego a mí. El hombre procede a manejar nuevamente.

—¿Cómo va el equipo?, Capitán— papá le pregunta a Omar.

—Bien señor Thomas, la llevo bien. Trato de no hacer los ejercicios tan complicados y darle a los chicos su tiempo de descanso.

—Excelente. ¿Ya sabes hackear las computadoras Dahlia?.

—-Entré a la suya pero no conseguí nada interesante.

—¿¡Disculpa!?.

Reímos a carcajadas al ver la cara de susto de papá.

—Buen chiste— termina de reírse y ve hacia el retrovisor. Preparándose para preguntarle a su próxima víctima— Ehh... Zander, ¿cierto?.

Zander asiente.

—¿Estás estudiando?.

—Medicina. Soy el compañero de Omar.

—Interesante. ¿Y amigo de mi hija?.

—Papá, no empieces— ruedo los ojos.

—No pasa nada McCloud, y respondiendo a su pregunta señor Thomas, podría decirse que sí.

Cuando la Imaginación se DesbordaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora