Capítulo 6

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¿Tienen alguna tradición familiar?

No tengo idea de si esto es una tradición familiar pero tenemos un ¡Jueves de Sal y Azúcar!. Obviamente toodos los días devoramos comidas con estos condimentos. O los bebemos, en algunos casos. Un jueves de cada mes, compramos comida chatarra en exceso. Papitas, donas, hamburguesas, pizzas. A veces mamá invita a mis abuelos maternos o a los vecinos de al lado. Hoy, venían de visita los abuelos. Ellos residían en San Diego. Nosotros en California.

De pronto se escuchó la corneta de un carro. Posteriormente sonó el timbre.

-¡Tammy!- alzó la voz mamá desde la cocina preparando el almuerzo.

-¡Voy!- respondí.

Calcé mis chancletas. Puse pausa a la película que veía y abrí la puerta. Allí estaba la abuela, tan elegante pero casual con su sonrisa de punta a punta.

-¡Nieta bella!- extendió los brazos para un abrazo.

-Hola abue- correspondo el abrazo.

-¡Mírate!- manifestó con alegría y asombro- estás tan alta y bonita. ¿Cuándo fue la última vez que nos vimos?, ¿Hace un año?.

-El mes pasado abuela.

-A mi me pareció un año.

Un poquito exagerada.

El abuelo casi arrastraba los dos bolsos donde supuse que estaba la ropa de los dos.

-Hola abuelo, ¿Te ayudo?

-¡Tammy!. Si hija, gracias.

Después del abrazo me tendió el bolso. Seguía vistiendo deportivo con su boina gris favorita.

-Abuelo, esto no pesa.

-¿Vas a comparar tu edad con la mía?.

-Bueno, bueno. Pasemos.

Cruzamos el umbral y cerré la puerta a espaldas. Mamá y papá saludaron a los abuelos. Subí a la habitación de huéspedes para dejar los dos bolsos en la cama y bajar nuevamente.

-¿Que tal el viaje Carl?- pregunta mi papá al abuelo.

-Estuvo bien, no hubo tanto tráfico.

-¿Vino?- ofreció mamá.

-Por favor hija.

-¿Y a tu madre no le ofreces?.

-¿Kate aún bebe?- la cara de mi papá fue de total asombro.

-Claro Thomas. No soy tan vieja. ¿O sí?.

-No, yo...- toció papá al no saber que responder- Eh...

-Mamá- poniendo los ojos en blanco y sirviendo vino a la abuela.

-Katherine querida, Thomas sabe que es bromeando- mira la copa con el líquido vinotinto más abajo de lo debido-¿Tan poquito?.

-Sabes que no puedes tomar mucho. Es eso o nada.

Mi abuela frunció el seño bebiendo de su poco vino. Nos sentamos en el comedor. Mamá preparó pasticho, más conocido como lasaña. Todos conversamos, sobre la universidad, el trabajo, la vejez.
En resumen: de la vida.

Mamá se quedó en la cocina con la abuela. Papá y el abuelo en el patio conversando sobre los autos de fórmula uno. Y yo, le puse play a la película que estaba viendo antes de que llegaran los abus.

Una hora después y a la película le faltaban unos minutos para terminar.
En eso, una voz sonó.

-¿Rápidos y furiosos?- la voz del abuelo.

-Sí, ¿Te gusta?.

-¿Bromeas verdad?. Yo amo a
Vin Diesel.

Enseguida solté una carcajada fuerte. Al abuelo le gustaban los carros, sí. ¿Pero películas sobre estas?, y aparte ¿modernas?.

-¿Vin Diesel?.

-Sii, es un gran actor.

-Soy más de la roca- cuestioné.

El abuelo hizo un gesto del actor muy chistoso que volví a soltar una carcajada más alta. Trataré de explicárselos. Alzó una ceja y la cara seria.

-Lo que más me gusta son los carros.

-Ya me extrañaba que la veías solo por Toreto.

Ambos nos reímos a carcajadas. Un poquito más y nos meamos encima.

Ya en la noche. Preparamos la mesita de la sala para distribuir la comida en platos y servimos el refresco en los vasos.

Ya instalados.

-¿Qué género quieren ver?- consulté.

-Romance- dijo la abuela.

-¡Acción!- comentaron papá y el abuelo.

-Veamos aventura. Jumanji puede ser.

-Hija actualízate, estamos en el siglo XXI. Ya nadie ve jumanji.

-Yo si- aclaramos papá, el abuelo y yo.

-¿Por qué no vemos una de comedia?- propuse.

-Paso- respondieron sin entusiasmo.

-¡Ay vamos!. Pondré una genial, ya verán que les causará risa.

Al final puse guerra de papas. Y les terminó encantado que quisieron ver la segunda parte. Estuvimos riéndonos en toda la película.

La mesita quedó casi vacía. Los abuelos no comieron mucho. Son de la tercera edad y tienen que cuidarse más, no pueden comer grasa, sal o azúcar en exceso. Los cinco nos comimos una mini hamburguesa, una rebanada de pizza y snacks, pasándolos con refresco. Papá, mamá y yo, acabamos con las donas glaseadas, papas fritas y alitas de pollo.

Mamá y papá estaban rellenitos por los jueves de chatarra. Yo no tanto, ya que trotaba y hacía ejercicio de vez en cuando. Siendo sincera hacía ejercicio cuando veía unos cauchitos asomándose por la barriga. Del resto no.

Y calabaza, calabaza.
Cada quien para su cama.

Cuando la Imaginación se DesbordaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora