Después de dialogar y negociar, papá aceptó la invitación. Bueno, aceptó que fuera. Mamá tuvo que convencerlo también.
En fin, padres sobreprotectores.
De niña solía ir al circo en vestidos florales. Esta vez, iría en pantalón y sudadera. No me puedo ir tan arreglada porque no es una cita, sino una simple salida de amigos conversando sobre la vida.
Zander iba llegando.
Dando los últimos retoques a mi delineado. Suena el timbre.
Bajo asegurándome de tener mi teléfono en el bolso, las llaves y de no tener mal olor en las axilas. Compren desodorante para estas ocasiones. Ya en la sala, desenredo el cabello con los dedos y abro la puerta.
—Hola, Zander— saludo, amistosa.
—Hola, Lady Maravilla. Buenas tardes señor y señora McCloud.
Mamá y papá estaban detrás de mí.
—Hola Zander, ¿cómo te va?— saluda mamá.
—Muy bien la verdad.
Mamá asiente. Pero papá...
—Buenas tardes, jóven. No se vayan a tardar y no hagan nada imprudente.
—Papá.
—Diviértanse chicos— interviene mamá.
Nos despedimos de mis padres y subimos al coche de Zander. Olía a colonia varonil. Exquisito.
—Me caen muy bien tus padres.
—Oh, si, sobretodo papá. Si alguna vez te hace elegir entre Messi y Cristiano Ronaldo, elige a Messi.
—Soy de CR7. Pero entre esos dos, elijo a Tammy McCloud. Alias Lady Maravilla.
—Que cómico linterna verde— hablo entre risas.
—Por cierto, te vez más linda de lo normal. Prometo cuidarte de los payasos.
No respondo. Me sonrojo.
Finamente llegamos al lugar. Hectárea verdosa con la carpa roja en el centro. Globos en cada esquina, payasos— terroríficos— saltando y haciendo reír a los niños de caritas pintadas. Olor a palomitas, algodones de azúcar y churros recién sacados de la freidora.
Zander estaba en la cabina comprando las dos entradas. Yo esperaba afuera.
Observaba un aro gigante con un hombre adentro dando vueltas por la hectárea vacía. Supongo que está practicando para su show. Es impresionante el trabajo que hacen los acróbatas. Jamás podría hacer algo así.
—¡Tammy!.
Gritaron mi nombre de lejos. Instantáneamente supe que Zander no era. Conozco perfectamente su voz. Me volteo y era el chico pelirrojo. Saludo con la mano, a lo que viene corriendo a mi dirección.
—Hola, Néstor.
—¡Tammy! No sabía que vendrías.
—Ni yo. ¿Viniste solo?— indago, frotando las manos. La brisa de la noche estaba pegando.
—Vine con unos amigos del curso. ¿Viniste con...Dahlia?— susurra el nombre.
—Zander.
Quedamos en silencio, escuchando la voz del presentador anunciando los minutos para el espectáculo. Y ya que Néstor mencionó a mi amiga. ¿Por qué no indagar?.
—Oye Nes, ¿cómo te empezó a gustar o llamar la atención Dahlia?. Digo, que yo sepa ustedes nunca han hablado, ¿o sí?.
Se encoge de hombros.
—Es diferente. No lo sé, no es como el tipo de chica que haya conocido alguna vez. Dahlia es tan simple y directa, fría y amable. Sus estudios sobre la tecnología son interesantes. Creo que la...
—¿Admiras?— interrumpo.
—¿Dudas de lo que siento?— retrocede.
—Nes, al hablar de ella se escucha como admiración y no como amor. Es lo que pienso, no te lo tomes a mal— me acerco y coloco mi mano en su hombro.
—Quizás tienes razón, no lo sé.
—¿Todo bien?— la voz de Zander.
—Si, Néstor también vino al show.
Levantan la cabeza en forma de saludo.
Los amigos del pelirrojo lo estaban buscando. Se despide de nosotros y se va. Nos dirigimos rápidamente a las sillas. Zander compró lo esencial para sentirse en un verdadero circo. Siento pena por no pagar nada. Es incómodo. No quiero que Zander piense que soy una interesada o algo así. Tengo pensado en invitarlo a algún lugar que le agrade un día de estos.
La voz de la presentadora comienza a dar la bienvenida a todos los presentes. Un vestido muy llamativo y una peluca fucsia la hacían lucir increíblemente escandalosa.
La hora pasó volando. Primero salieron los acróbatas que habíamos visto anteriormente con sus aros gigantes y pelotas por los aires. Luego en la cuerda floja, casi me da un infarto cuando el hombre saltó sobre ella. Procedieron a salir los tigres saltando por un aro de fuego; cada vez más grande el aro. Las garotas no se quedaron atrás, estas son bailarinas de samba. Estuvo movido su show, incluso escogieron a dos espectadores masculinos para bailar con ellos. Fue gracioso.
A Zander le gustó mucho las acrobacias en moto, a mi también. El mago, que nunca puede faltar, hizo trucos impresionantes. Me encanta la magia, algunos dicen que es mentira, otros dicen que es verdad. Yo prefiero dejarme llevar y disfrutar del show de como desaparece y aparecen los objetos y personas.
El comediante hizo reír a los espectadores. Zander no paraba de reírse. El increíble spiderman— que tristemente, no era Tom Holland— Realizaba parkour en todos lados, en sillas, en cajones.
El show terminó con los dos presentadores agradeciendo por nuestra pequeña estancia.
Saliendo de la carpa, encontramos a Néstor. Conversamos un poco sobre el espectáculo para después despedirnos.
—Necesito una moto justo ahora.
—Para eso debes tener mucho dinero— le digo a Zander, masticando un pedazo de algodón de azúcar.
—Necesito practicar motocross.
—Yo necesito aprender a bailar como las garotas.
—Y yo te necesito a tí.
Dejé de masticar.
¿Escuché bien?
Si amiga, sí
—¿Eh?— fue lo único que pude decir.
—Que te necesito Tammy— se acerca más a mi— En este poco tiempo ha sido fabuloso estar a tu lado, eres hermosa y asombrosa. Esto que siento por ti es muy raro y a lo mejor es muy temprano para decirlo pero me gustas.
—¿T-te gusto?— digo, nerviosa.
—Si, y mucho. ¿También te gusto Tammy?— tomando mis manos.
—Creo que...si.
—¿Si qué?.
Frunzo el ceño.
—¿Cómo que qué?, ¿Si sabes lo que me acabas de decir Walker?.
—¿Que te necesito?.
—¡Si!.
—Pues claro, te necesito para ir a más circos.
—¿Qué?. P-pero no dijiste que...?.
—¿Qué dije? ¿Algo malo?.
—No, olvídalo, no sabía que estaba incluida como payasita— río.
—Debemos hablar con el gerente sobre tu contrato entonces.
Casi, casi...la riego.
Inhalo y exhalo.
Buena jugada la tuya de ilusionarme y casi meter la pata mentesita.
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Cuando la Imaginación se Desborda
RomanceHay cosas buenas como otras malas. Hay personas que les gusta adentrarse en otra realidad para salir de la suya. Hay veces que es mejor solo imaginar. Esta es la historia de Tammy McCloud y Zander Walker. Unos jóvenes viviendo la vida al máximo y am...