Capítulo 1

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Mañana nublada con brisa fresca. Provocaba quedarse en cama durmiendo y tomando una taza de chocolate caliente. Cosa que no puedo, ya que tengo clase a las ocho am. Que fastidio.

Me levanté con toda la flojera del mundo. Me dirigí al baño para lavarme la cara, cepillarme los dientes y darme una ducha.

Hacía un poco de frío así que decidí ponerme un jersey gris, unos jeans y unos converse.

Me coloqué un poco de crema hidratante en mi piel caucásica, luego un poco de máscara de pestañas para que mis ojos marrones se vieran grandes. Y finalmente peiné mi cabello marrón café.

Bajé las escaleras y encontré a papá y mamá en el comedor desayunando.

-Buenos días cariño- saludó mamá.

-Buenos días mamá, buenos días papá
- incorporándome a la mesa los saludé.

-¿Tomarás el bus cariño?- me preguntó papá.

-Sí, tranquilo.

-Bueno, entonces...-dejando la taza de café en la mesa-...me voy al trabajo. Que tengan un lindo día mis amores- se despide mientras nos da un abrazo a mamá y a mí como siempre.

-Diez minutos para las ocho, ya se me hace tarde. Adiós mamá- me levanté y le dí un abrazo.

-Adiós cariño.

Agarro mi mochila. Bebo un sorbo de agua y me dirijo a la entrada. Al tocar la manija de la puerta, mamá habla:

-Te quiero Tammy.

-Y yo a tí mamá.

Cierro la puerta. Me doy la vuelta y empiezo a caminar hacia la parada.

Mis padres son muy cariñosos. Éramos solo nosotros tres. Papá era alto, delgado- con algo de panza- cabello oscuro y bigote. Mamá, era bajita, casi de mi tamaño, con una cabellera larga del mismo color al mío.

***

Al llegar, ya hacían los estudiantes en la entrada y en los pasillos. La universidad era alta y ancha de un color marfil con grandes ventanales que daban vista al campus y a el estacionamiento. Tenía bonito césped.

Fui por los pasillos a mi casillero. Allí estaba parada mi mejor amiga, Dahlia. Más alta que yo, con el cabello negro acompañado de un mechón morado en la parte izquierda. Siempre vestía de negro con colores pasteles junto con sus cadenitas, nunca le faltaba una.

-Hasta que por fin te dignas a llegar- quejándose.

-Hola Dahlia buenos días para ti también, yo no dormí contigo- hablo, divertida.

-Si sí hola

Tan linda ella ¿verdad?

Silencio consciencia.

-No quería venir.

-A mi me da igual sinceramente- bajo el tono de voz al darme cuenta que Omar- nuestro amigo- no estaba- ¿Omar no ha llegado?- le pregunto.

-Debe estar por ahí coqueteandole
a alguien.

Y... Hablando del rey de Roma mira quién se asoma.

-¿Dónde están mis chicas favoritas?- refiriéndose a nosotras claro.

-Pues aquí no- dice Dahlia secamente.

-Hola Omar, ¿cómo te va?

-Bien querida amiga, bien- con una sonrisa de oreja a oreja.

Omar era mucho más alto. Moreno y musculoso. Practicaba baloncesto. Se vestía deportivo con un toque de elegancia y su carisma nunca faltaba.

Los tres íbamos en el último semestre, solo que yo estudiaba diseño gráfico, Dahlia informática y tecnología, y Omar aunque no lo creas, medicina.

La universidad era conjunta. Habían tres salones para una misma carrera. Y porsupuesto, tres profesores para cada salón de esta. Mis amigos y yo nos veíamos en los pasillos, en la cafetería o en la entrada.

Sonó la campana y cada uno fue al aula.
Al yo llegar ya estaba la profesora Carmen y algunos alumnos. Finalmente cuando el aula se llenó, empezó a dar el primer tema. Diseño editorial.

De pequeña odiaba dibujar, me estresaba demasiado. Al entrar en la pubertad, mis gustos fueron cambiando, y, básicamente, me terminó gustando lo que odiaba. Que irónico.

Después de esa clase, fuimos a la cafetería para almorzar. Vimos más clases, tomamos un receso. Más clase y último pero no menos importante, irse a la casita.

Llegué. Papá y mamá seguían en el trabajo. Los dos trabajaban en una empresa por separado. Me dí un baño, me vestí, me tumbé en la cama a leer. Cerré los ojos y dormida quedé.

Cuando la Imaginación se DesbordaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora