Capítulo 9 - Parte 1

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Una vez me preguntaron si era extrovertida o introvertida. Yo respondí que las dos.

Debo admitir que me encanta estar con mi familia y mis amigos. De vez en cuando salir a reuniones o fiestas. Me encanta colaborar con lo que puedo. Hablo demasiado. Parezco un presidente que habla y no se le entiende lo que quiere dar a expresar.

Pero por otro lado. Siento una paz y tranquilidad al estar sola, sentada en mi habitación leyendo un libro. Hablando conmigo misma. Pensativa. Y de vez en cuando soy reservada con algunas cosas.

Asi que sí.

Soy extrovertidamente introvertida.

El viernes por la noche. Beatriz, la niña rica y popular. Envió por el grupo de Clarksin, un mensaje diciendo: No se olviden de tener un look elegante y brillante para mi fiesta de mañana. Claro, no para opacarme, eso jamás. Es para que se vean un poquito más normales. Besitos mis No amores.

¿Un poquito más normales?.

¿Acaso ella es la única humana o qué?.

En fin.

Estuve un rato chateando con Dahlia. Le recomendé la serie que estaba viendo, llamada Los oscuros secretos de mi vida. Le gustó tanto que casi la termina en un día. ¿Cómo hace la gente para terminarse una serie de dos temporadas en menos de una semana? O mejor dicho, en menos de tres días. Me esperó en el capítulo ocho de la temporada uno, que era por donde yo iba. Hicimos teorías locas sobre los otros siete secretos que faltaban por decirse. ¿Cuáles eran? ¿De qué trataban? ¿Su amado los soportaría?.

Con el poder del amor todo se puede.

Que asco.

Cuando te enamores lo comprenderás.

Sí, cuando te enamores tú, querrás decir.

X.

Y.

La notificación del chat de Dahlia sonó. Regresandome a la realidad y terminando la tonta batalla conmigo misma.

¿Me acabas de llamar tonta?.

Shitoo

Dahlia: Oye —escribiendo—
¿Irás a la fiesta de Beatriz?

Yo: No, ¿Y tú?

Dahlia: Ah, yo sí

Queeee.

Yo: ¿Tú?, ¿Yendo a una fiesta de Beatriz?.
Dime que estás bromeando porfavor

Dahlia: ¿Tanto te sorprende?.
Voy por la comida gratis, nada más

Yo: En ese caso, también iré

Dahlia: Bipolar :l

Yo: Si soy ;)

Dije que no iba a ir, lo sé. Las fiestas de Beatriz por muy elegantes y hermosas que sean, no le quitan lo odiosa y caprichosa que es. Pero mis amigos asistirían. Toda la universidad de Clarksin iría.

Mi habitación blanco y rosa pálido, estaba hecha un desastre. La ropa se encontraba tirada en la cerámica. No sabía que ponerme. La temática era elegancia, no tenía lentejuelas en ninguna camiseta, mucho menos un vestido.

De pronto tocaron la puerta de la habitación. Me calmé. Estoy estresada con esta temática.

—Cariño, ¿Todo bien?— pregunta mamá.

—Estoy viendo que me pongo. Ah sí, ¿Me das permiso para ir a la fiesta de Beatriz?.

—¿La chica que te cae mal?.

—No...Esa es Betania— mentí.

—Ajá. ¿Irás con los chicos?— indaga.

—Si mamá.

—Bien, yo te llevaré, solo no llegues tan tarde a casa. Dahlia está abajo.

Dahlia, al entrar y ver el reguero de ropa. Casi se desmaya.

No seas exagerada, eso no pasó.

Es un decir consciencia, no es literal.

—Volveré a la sala— echándole un último vistazo a la ropa regada para irse.

—Ayúdame.

—Ayudemonos.

—¿Tampoco sabes que ponerte?.

Del bolso que llevaba en la mano— el cuál no me fijé muy bien— enseñó cuatro vestidos, luego otros cuatro.

—Traje vestidos para probarnos.

—Si te soy sincera, pensé que iríamos en blue jeans.

—¿Para ser el hazme reír de todos el lunes? No gracias, yo paso.

Dahlia ordenó la ropa que estaba en la cama desorganizada, la metió en los cajones y acomodó los vestidos encima de esta para detallarlos mejor.

Los que yo debía probarme eran:
1. Rosa palo.
2. Dorado con escote en V.
3. Negro con encaje.
4. Vinotinto con escote en V y abertura en la parte frontal de la pierna derecha.

Todos eran largos, a excepción del negro, que este era corto.

Me los probé. Mi cuerpo era normal, no era el mejor pero tampoco el peor. Los vestidos me quedaron muy bien, me veía hermosa, muy poderosa.

—¿Tú qué opinas Dahli?— no me dejo llevar por los comentarios de los demás, pero una segunda opinión, a veces es necesaria.

—Me gusta como te quedan— hizo una pausa observando el vinotinto—Amo como luces con el vinotinto.

—Y gana el vinotinto. También me encantó como me veo con el.

Ahora, es turno de la pelinegra. Tenía tres negros y uno rojo. El primer vestido negro no le gustó, el segundo le encantó, el tercero le quedó muy grande— extrajo el que no era— y el cuarto le gustó.

Al final, eligió el segundo vestido negro en forma de caída hacia atrás con cuello cerrado. Dejando ver los hombros.

Eran las siete de la noche. Nos estábamos alistando. Dahlia se hizo ondas en el cabello. Yo por mi parte, lo recogí en un moño con algunos mechones sueltos adelante. Ella se maquillo dark con un toque elegante. Yo, añadí delineado y labial vinotinto. Mi amiga con accesorios plateados y botas negras de tacón. Yo, accesorios dorados y tacones dorados.

Joder.

Pero que bellas nos vemos.

—¡Dahliaa! que bellaa— halagandola.

—No te quedas atrás Tam. Te ves guapísima.

—¿De dónde sacaste todo esto?— pregunto acomodando las brochas.

—De la boutique de mi prima Candace.

Una corneta suena. Me asomo por la ventana. Omar.

—¿No nos iba a llevar tu mamá?— pregunta.

—Eso creí— la jalo del brazo— vamos.

—Vamos por unos bombones.

—Dime que son los de chocolate porfavor.

—Obviamente.

Cuando la Imaginación se DesbordaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora