Diario de una canción ✔️

Prólogo

Dedicatoria:

A todos los amores eternos que murieron.
A todas esas flores que el viento se llevó.
A todas las heridas que no cicatrizaron.
A aquellas esperanzas que nadie rescató.
A los dias que lloramos...
A las tardes que mentimos...
Y a las noches que morimos por temor a despertar...
Dedicado a las canciones que jamás tendrán sentido.
Y a millones de latidos que no tienen un hogar.

Para ti que no llegas ni temprano ni tarde, sino en el justo momento en el que esta historia te necesitaba.

(...)

Kang Seong es una chica de ascendencia latina que por circunstancias bastante extrañas termina naciendo en Corea del Sur. Quedando huérfana de madre desde que llegó al mundo y siendo abandonada por su padre biológico días después. A los cinco años es adoptada por un matrimonio de magnífica posición económica y sin hijos; y llevada a la ciudad de Daegu donde pasará el resto de su vida.

Su niñes transcurre sin mucho problema aunque ya se puede notar su carácter fuerte y contrario al resto de los que la rodean. Con esto intenta ocultar sus verdaderos temores ya que siendo rechazada constantemente por su familia adoptiva paterna, en el fondo, sus sentimientos y metas giran en torno a lograr esa empatía y aprobación que necesita de todos a su alrededor. Se engaña a sí misma afirmando que no quiere ni necesita el cariño de nadie, pero a lo largo de la historia se podrá descubrir que es todo un necio camuflaje.

Semanas antes de cumplir sus diesiseis, su camino y su coraza se verán amenazados por la figura de otro joven que, en condiciones emocionales similares, llegará a desestabilizar, u ordenar todo su mundo..., según se mire.

Min Yeongu: un rapero hoy mundialmente conocido, no ha negado nunca sus muchos altibajos emotivos, sus diversos enfrentamientos con la sociedad y la falta de apoyo que siempre obtuvo de su propio círculo familiar, pero nunca habló de esta parte de su historia. El episodio más doloroso que soportaría: conocer el significado del amor y el sentido del sacrificio, todo gracias a una misma persona.

Ambos se enamorarán por primera vez, tomarán desiciones apresuradas. Se encontrarán en encrucijadas en cuanto al amor, el destino, el profesionalismo, el futuro... No sabrán como mantener lo que sentían y sufrirán una absurda, pero dolorosa ruptura, que les costará años de intentar aceptarse a sí mismos, pero también, por qué no, a cada uno.

Diario de una canción es una historia de amor, superación, caídas, recuperación... Es una anécdota contada desde el punto de vista de alguien que fue su propio enemigo, el propio antagonista de esta historia. La niña que luchó por ser atípica en este mundo, sin embargo, resultó ser demasiado común; tanto, que terminó convirtiéndose en un gran cliché romántico.

Algunos dirán que no creció, que continuó siendo una tonta chiquilla que por un accidental golpe de suerte, consiguió todo lo que quiso y aún más, pero la idea del camino es precisamente esa: caminar...

El final es un feliz rencuentro, un genuino perdón, una comprensiva segunda oportunidad, una fidelidad duradera a pesar de todo. Dos adolescentes que en el amanecer de su vida se encontraron, se amaron, se separaron y después de correr por senderos diferentes, se volvieron a unir; más mayores, más responsables, más humanos... Y entonces sí supieron tomar las decisiones correctas...

¿Te animas a adentrarte en el inmenso y doloroso universo de estos protagonistas?

                           

Infinitas gracias a mi querida beta, que a pesar de no querer reconocimiento alguno, hizo esta emotiva reseña para mi novela.
Con lectores como tú, mi hermosa princesa, ningún escritor estará solo jamás.
Deseo que todos los autores puedan contar con alguien así en algún momento de su vida.
¡De nuevo un millón de gracias!
Y a todo el que llegue por aquí solo resta decirles: ¡bienvenidos y que disfruten!

Agradecida también con Zassazy la hermosa creadora de la nueva portada y el mockup de mi bebé.  Vayan a apoyarla en su cuenta y hacerle pedidos cuando abra tandas. Les garantizo que trabaja con mucho orden y profesionalidad ¡y es un amor!