Mal padre!

En el cafe.

La ropa de sakura era demasiado sencilla, un par de jeans que le quedaban un poco aguados y una camisa blanca. Se arremangó para poder mojarse las manos y darle un poco de volumen a su cabello.
En realidad se veía igual que con el uniforme.
Esperaba no verse tan joven, de lo contrario nadie querría emplearla.
Terminó por meter su uniforme en su mochila y se dispuso a salir del baño de la escuela.
Era la hora de la salida.
Había llenado un par de solicitudes de empleo y aunque no tenía ninguna experiencia tenía esperanza.
El recorrido comenzó muy cerca de la escuela. Un par de locales sin anuncio donde desafortunadamente no empleaban a nadie.
Y así estuvo dando vueltas a lo tonto hasta las 5 de la tarde.
Miró el reloj de mano frustrada. Ya era tarde debía volver a casa.
Y así sin más regreso a su hogar. Sin un empleo ni nada.
Llevaba una larga semana intentándolo.
Aquel lunes había podido evadir la mirada acusadora de kurenai respecto al proyecto del hijo. Aun así sakura sabía que aquello era una bomba de tiempo.
Tal vez traer a taisei y a la mochila cargando a todos lados le restaba seriedad.
En realidad nadie quiere contratar estudiantes en ningún lado.
-porque tan desanimada?
Los amigos de ino estaban allí de nuevo en casa de la rubia.
Sakura miró al pelirrojo acercarse.
-ah? Hola.
Al mismo tiempo tomó la solicitud que pendía en sus manos.
Le dio una rápida leída.
-asi que quieres trabajar?
-si... pero nadie me contrata.
-la historia de cualquier estudiante de preparatoria.
-entre más joven es más difícil.
-tienes una pluma?
Sakura sacó una pluma de su mochila y se la dio al pelirrojo.
-aquí no pongas esto... aquí debes agregar cosas como esto... escribe este empleo.
-pero es mentira.
-y que?! Ni siquiera lo revisan.
-ohhh gracias.
El chico de cabello rojo, como se llamaba?
-sasori... ese es mi nombre... has de nuevo la solicitud y ve a esta dirección.
Di que vienes de parte mía. La ansiana que trabaja allí seguro te contratará.
-ohh de verdad?!- pregunto sakura emocionada.
-claro... deberás pagarme.
-espero que me contraten para pagarte.
-con un café de tu primer sueldo.
Sakura había sonreído contenta a pesar de que no sabía qué clase de trabajo podía tratarse.
Ella era inocente demasiado y eso le encantó a sasori. El brillo de inocencia de sakura era tan intenso que le hizo latir aprisa su corazón.
-Gracias por todo... debo entrar.
-está bien... tal vez deberíamos intercambiar números.
-números?! Oh claro que si- respondió sakura al acto correspondiendo tal amabilidad.
Y así sakura escribió su número en un pedazo de aquella solicitud de empleo. Luego lo corto con sus manos.
Sasori se rio ante la ocurrencia. Él tenía su teléfono en la mano para teclearlo pero ella le había dado un papel roto.
"Sakura Haruno" su caligrafía era perfecta.
-nos vemos luego- Dijo el chico sonriendo.
Sasori era tragaaños. A sakura le pareció que tendría unos 18 a lo más. Cuando en realidad tenía 26 casi 27 años. Sin embargo eso nunca lo hubiera creído.
Tenía cara de bebe como dicen por allí.
Será que era un trabajo serio!? Ese pensamiento le emocionó un poco.
Si o si tenía que pagar aquel muñeco.
Lo que resto del día la paso atendiendo situaciones de la escuela.
Tareas, apuntes y un poco de limpieza.
Y al final del día quiso llamar a sasuke. Pero no lo hizo. Se sintió apenada de alzar la bocina y llamarle. Incluso un mensaje.
Se tomaría un tiempo para buscarlo. Eso pensó aquella noche.
La mañana siguiente fue a la dirección acordada después de la escuela. 
Era un café a las afueras de una estación muy concurrida, estaba muy cerca al cabo de 20 minutos.
En la entrada de aquel lugar un gran cartel llamaba la atención. "Café de suna"
Era un lugar sencillo pero agradable. Un par de mesas y muchas plantas, paredes color arena... seguramente al dueño le encantaban las plantas.
-disculpe!- sakura se adentró al lugar de manera tímida.
Había una anciana atrás del mostrador, parecía estar limpiando aquí y aya.
-buen di...a- musitó sin obtener respuesta.
La anciana parecía un poco cascarrabias.
Pero sakura no titubeó, no se rindió, sino que se armó de valor y entregó la solicitud de empleo.
-no estoy solicitando.
-lo siento mucho. Sasori dijo que tenía un empleo.
-sasori? Conoces a sasori!!??
-si. Dijo que viniera.
La vieja tomó el teléfono y marco.
-está aquí una niña con una solicitud.
No se escucho nada de aquella conversación pues se había metido a la parte trasera del local.
La señora maneteo un poco y lanzo un par de amenazas. Luego colgó y suspiró con tedio para volver a donde la pelirrosa.
-bien sakura, ven a trabajar mañana después de la escuela.
-de verdad?
-si.
-Gracias señora, no se arrepentirá. Trabajaré muy duro!!
-si claro!... si no das el ancho te correre al terminar la semana.
-no lo hará, ya lo verá.

Y así pasó una rápida semana, lo fue para sakura. Pero no para sasuke.

Sasuke estaba sentado sobre la cama, los rayos de sol habían caído directamente en sus ojos. Estaba cansado de estar en cama. Llevaba una semana y media sin salir de su cuarto.
Miro el celular, nadie llamaba.
Ni nadie lo había visitado.
Al parecer hasta sakura se había olvidado de él.
Ni siquiera había llevado los apuntes de la semana que tanto había prometido.

"Mujeres. Todas son iguales. Una total decepción".
Se sintió frustrado al pensarlo.

-aggg- estaba harto de pensar y esperar.
Así que pese a los dolores terribles de brazo. Se dispuso a arreglarse para asistir a su consulta de revisión.
Aun no se encontraba bien. Era lógico, eso le desanimaba en sobremanera, estaba harto de no tener una vida social normal.
Aquella mañana sasuke asistió al hospital solo.
El taxi le dejo justo en la puerta y se encamino al consultorio de revisión.
La doctora era amable.
Le quito el vendaje y le reviso de manera minuciosa.
-la herida se ve que está sanando bien.  Cómo te has sentido?
-tengo un dolor frío. No me siento tan bien. Tampoco puedo moverme.
-es normal. Aunque si necesitaremos hacer terapia. Me preocupa como quedaron los tendones del brazo. Debemos rehabilitarlos para que tu brazo siga trabajando correctamente.
-está bien.  Lo haré.
-nos vemos entonces la próxima semana. Toma el medicamento porfavor.
Había sido una consulta rápida, el taxi seguía esperando por el para devolverlo a la puerta de su casa.
Un viaje corto y aburrido.
Seguro se metería a las cobijas de nuevo  y vería series aburridas.
Estaba desanimado.
Eran ya las 2:30 cuando estaba de regreso en casa.
Pago el taxi y caminó a la puerta.
Para sorpresa suya había alguien esperando.
Sakura estaba sentada en el quisio de la puerta. Se encontraba con el cuaderno en el regazo y escribía unas notas.
-sakura? Qué haces aquí!?
-sasuke-Kun... vine a ver cómo estabas... no tuvimos clase la última hora.
Sasuke miró a sakura sin darle importancia.
Tal vez esa última frase le molesto aún más.
Se sintió como un "estoy aquí porque no tenía nada que hacer"
-estoy bien- dijo entrando a la casa.
-espera sasuke.
Sasuke subió las escaleras y se dirigió a su cuarto y sakura lo siguió.
Colocó las placas en su escritorio y se recostó en la cama. Luego procedió a encender el televisor que pendía del techo con un control remoto.
Sakura miró a sasuke desde la entrada.
Era obvio que no le había echo gracia que estuviera allí. Se sintió apenada.
-cómo estás?
-como quieres que esté?
Y también se sintió triste de esa actitud.
-yo... vine a traerte los apuntes de estás casi dos semanas.
-no es necesario. No los leeré.
-pe...pero necesitas estar al corriente.
-sakura igual. Tampoco volveré la siguiente semana.
Sakura sacó las notas que había hecho para sasuke eran muchas hojas. Se había desvelado por hacerlas. Al menos treinta hojas... Detallaban muchas cosas. Se había esforzado tanto en ello.
-sabes sasuke. En verdad espero que te mejores... no puedo quedarme más tiempo. Debo irme.
Por favor llámame si necesitas algo.
Vendré después con más apuntes.

Pero sasuke no contestó. Ni siquiera le dio las gracias.
Sakura había salido del cuarto de sasuke Tan deprimida.
El por su parte estaba muy irritable debido a Su salud, pero sobre todo a sakura. Ella tenía la culpa de que su malestar fuese aún peor.

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