Capítulo 9: Fiesta Pagana

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Perfect Love 3: The Last Day

Capítulo 9: Fiesta Pagana

Los días siguientes de la llegada de la invitación, fueron muy amenos para la familia Kaulitz. Bill estaba recuperando sus fuerzas, regresó al hospital a hacer rondas de media jornada, mientras Tom lo complacía y llenaba de besos cuando lo llevaba de regreso a casa. Los hijos mayores estaban ayudando en las tareas de reparación y reforzamiento del albergue, pues el invierno se acercaba, ganándose el cariño de la gente y la amistad del monaguillo de la iglesia, quien no paraba de ensuciarse las ropas eclesiásticas, tratando de ayudarles. Thomas, pese a estar en su adolescencia, no mostraba rasgos de rebeldía, sino por el contrario, le gustaba ayudar en casa, siempre se le veía en los campos, atendiendo los cultivos y plantaciones que la gran mansión tenía en los alrededores.

Al finalizar la semana, cuando las mujeres se retiraban a descansar temprano para visitar la iglesia en el día del Señor y cuando los hombres iban a la taberna para refrescar sus gargantas, fue cuando empezó todo.

Tres hombres entraron a la taberna, dos provistos de flautas y uno de un instrumento de cuerdas. Los tres portaban sonrisas en sus rostros y se sentaron en una mesa central, llamando la atención de todos con sus risas, para luego iniciar una suave melodía. Las conversaciones cesaron y todos los rostros se volvieron hacia los músicos.

—¡Sí!  —Gritaron algunos y levantándose de las mesas, cogieron los brazos de las mozas e iniciaron una tambaleante danza. Las mujeres se reían al ver como los hombres apenas se mantenían en pie, para caer penosamente al final.

Las melodías continuaron, no solo en esa, sino en cinco diferentes tabernas de Berlín, hasta que al llegar la medianoche, los diferentes juglares se levantaron para retirarse, dejando vibrar una última nota, que fue la clave para que aquellos “fieles a la causa” los siguieran.

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En la mansión Kaulitz, el aleteo de un águila oscura, llamó la atención de Bill y Tom, que jadeantes, habían terminado de hacer el amor.

—Creo que ya es hora —dijo Tom, dejando un dulce beso en la frente de su amado.

—No pensé que Rolf estaría aquí.

—Es su ave, no sabemos si él estará allí —respondió el lobo, tenía el cabello revuelto, ese día había deshecho sus trenzas para lavarlo y Bill se aprovechó de la situación para acariciarlo mientras se daban placer—. ¿Qué hago con mi pelo?

—Átalo con esto. —Le entregó un lazo negro, con el que procedió a atarse una coleta baja.

Se vistieron con agilidad y se dispusieron a llamar a sus hijos, pero no hubo necesidad, pues Adam y Pepe estaban en la primera planta, escuchando cantar a Kami.

—Ya es hora, chicos —dijo Tom—. Pepe, las antorchas.

—Sí  —respondió y, de un salto, salió en busca de lo pedido.

—¿Kami, te decidiste a venir? —Preguntó Bill con una sonrisa.

—No, me quedaré con Amanda.

—Entonces, yo me quedaré a vigilar —intervino Thomas, sin que le preguntaran.

—Pero podrías divertirte allá —dijo la nodriza, animando al chico a salir.

—No es bueno que la casa quede sin vigilancia —respondió, haciendo sonreír a sus padres.

—Entonces, Thomas, tú serás el hombre de la casa esta noche —afirmó Tom.

—Sí señor.

Los tres lobos más Bill, salieron de la mansión, guiados por el ave que volaba lentamente y cerca de ellos.

Perfect Love 3: The Last Day (Tokio Hotel Twc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora