Perfect Love 3: The Last Day (Tokio Hotel Twc)

Capítulo 6: Propósito (Parte 1)

Notas de MizukyChan: Esta semana hubo inundaciones en el norte de Chile y parte de mi familia quedó incomunicada, por eso no actualicé en la semana, no porque no tuviera capítulo, sino por los nervios. Pero les compensaré los próximos días. Besos.

Perfect Love 3: The Last Day

Capítulo 6: Propósito (Parte 1)

Mientras Tom hablaba con el padre Tannen, Pepe y Thomas continuaban compitiendo sobre quién cortaba más leña y con mayor velocidad.

—¿No crees que se pueden hacer daño? —Preguntó Joseph, el monaguillo ayudante del padre Tannen.

—Nah —respondió Adam, sin mirar, continuaba cogiendo trozos de leña, apilándolos ordenadamente en la casucha donde los guardaban para evitar que se mojaran con las lluvias. 

—Pero están cortando muy rápido y con mucha fuerza. —Insistió el joven, que tenía la misma edad del rubio.

Adam se detuvo y se enderezó, para observar a sus hermanos—. Lo hacen más rápido cuando papá está con ellos —dijo con una sonrisa—, siempre tratan de impresionarlo.

Joseph sabía que los Kaulitz no eran normales, no tenía claro el secreto de su metamorfosis, pero lo intuía. El padre Tannen nunca hablaba de ello, solo de los aspectos positivos de cada uno de los miembros de esa familia. A veces moría de ganas por preguntarles, pero la verdad es que no tenía necesidad de hacerlo, con solo saber que ellos eran gente buena y que el padre Tannen confiaba en su amistad, para él era suficiente.

—¿Quieres que te ayude a apilar?  —Preguntó, notando como Adam volvía a su labor.

—No es necesario, te vas a ensuciar la túnica.

—La mugre se lava  —respondió el chico y cogió en las manos algunos maderos, para proceder a ordenarlos.

Mientras el ruido de cortes continuaba, el rubio se percató que su acompañante se hacía más lento. Desvió la mirada para verlo de reojo y vio algunas manchas de sangre. Se detuvo en seco.

—¡Detente!  —Mandó y con rapidez se acercó al chico, tomando sus manos.

—¿Qué pasa?  —Gritó Pepe, dejando su hacha, corriendo hasta su Adam.

—Se lastimó las manos —contestó el rubio—. ¿Por qué no paraste cuando te lastimaste?

El joven monaguillo sintió sus mejillas arder—. Quería seguir ayudándolos.

—Voy por agua —dijo Pepe, sin titubear y luego gritó—. Thomas, ve dentro por unas vendas.

—Enseguida  —respondió el pequeño lobo, emprendiendo la marcha.

Joseph vio la coordinación de los hermanos y sonrió—. ¿Siempre son así?

—A veces somos peores  —dijo Adam, con una sonrisa, pero luego arrugó el ceño—. No había necesidad de hacerte esto. —Señaló sus manos lastimadas.

—Esta leña es para el albergue y la iglesia. Yo vivo en la iglesia, debo al menos tratar de ganarme el sustento. —Alegó el chico, un poco incómodo.

—Pero la iglesia te mantiene a ti y al padre Tannen.

—Pero…

—Esto es algo que mi familia hace como ofrenda, no debes sentir que nos debes nada.

—Aun así, me gustaría ser más útil. —Hundió los hombros.

—Cada ser vivo tiene un propósito en el mundo —comentó Adam con una sonrisa—, el tuyo, es cuidar del padre Tannen, ahora que está mayor.