Perfect Love 3: The Last Day (Tokio Hotel Twc)

Capítulo 21: Autopsia

Notas de MizukyChan: Me muero de la emoción, ya terminé la última temporada de Perfect love. Son 40 capítulos en total y estoy segura que, pese a que perderán las esperanzas en varias escenas, les encantará el final que escribí. O al menos eso espero. Gracias por seguir apoyándome en esta saga lobuna. Besos a todos.

Perfect Love 3: The Last Day

Capítulo 21: Autopsia

Dos días habían pasado desde la muerte de Amanda, Todos los habitantes de la mansión estaban abatidos por su repentina partida, ni siquiera las palabras del padre Tannen lograban darles consuelo. Ni Pepe, ni Adam, volvieron a mencionar la extraña promesa del monaguillo, quien no los dejó ningún momento a solas, hasta que la anciana recibió santa sepultura.

Tom estaba muy preocupado por Bill, quien apenas hablaba, sintiéndose culpable de no haber sido capaz de curar a la mujer que amaba y lo cuidaba como una madre. Finalmente recurrió a una medida desesperada.

—Necesito que hagas la autopsia del cadáver del padre de Nuray. Ya han pasado dos días y descompuesto no nos será útil. —Su voz sonó fría, tanto que Bill levantó la mirada de su taza de té y achinó los ojos.

—Creí que Gustav estaba en ello —respondió con suavidad.

—Mira Bill, confío en Gustav y en el doctor Hans, pero eres tú quien ha convivido con un licántropo todos estos años, eres tú quien puede resolver este misterio. —Tom cogió sus manos y le dio un beso a cada una—. Eres el único a quien le confío mi vida y si puedes descubrir algún medio para no salir tan lastimados cuando seamos atacados con esa aleación de plata y ácido, sería perfecto. Descubrir una forma de protegernos de su letal ataque sería nuestro plan de contingencia.

Bill escuchó con atención y asintió, Tom tenía toda la razón. Su amado lobo ya le había contado a grandes rasgos lo sucedido con el padre de Nuray, pero no hizo presiones, lo dejó sufrir su duelo por la muerte de Amanda, pero parecía que el tiempo los estaba apremiando, y que el destino estaba soltando una bomba tras otra, así que no habría paz hasta que toda esa guerra llegara a su fin.

—Lo haré. Iré por mi abrigo y cabalgaré al hospital.

Tom sintió una puntada de dolor al ver como su pareja dejaba la taza sobre la mesa y se levantaba débilmente. Lucía más pálido de lo habitual, seguramente por la tristeza que lo embargaba. Tomó su mano y lo acercó a su cuerpo, para abrazarlo y aspirar el aroma de su cuello. Sintió como se estremecía y lo apretó más.

—Lo siento mucho.

—Lo sé, la vamos a extrañar tanto... —Su voz se quebró y un sollozo escapó de sus labios. Tom le permitió llorar en su hombro y acarició su espalda hasta que cesó.

—Papá —dijo Pepe entrando en la cocina—. Los caballos están listos.

—Bill, debo acompañar a Pepe a la herrería, la entrega de espadas para las cruzadas se ha retrasado y debemos terminar. —Bill se soltó del abrazo y asintió.

—Vayan, yo iré al hospital, no te preocupes.

—Dejaré a Adam aquí, estoy esperando que Thomas llegue en el transcurso del día y quiero que haya alguien en casa para recibirlo en caso de tener que transmitir malas noticias. —Bill asintió y besó la mejilla de su lobo y luego la frente de su hijo y se retiró.

Al ver partir al rastudo, Tom soltó un suspiro—. Me preocupa tu padre.

—Adam no está mucho mejor —comentó Pepe mirando el piso.

La puerta de la cocina se abrió y Hanna, otra de las empleadas de los Kaulitz entró con una cesta de frutillas del huerto.

—Sé que no soy ella, pero me dejó su libro de recetas y poco a poco espero poder cocinar tan bien como solía hacerlo —dijo con la voz suave.