Capítulo 39: Partida

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Notas de MizukyChan: Muchas gracias a todos los que han seguido la lectura hasta aquí. Solo queda un capi más, así que espero les guste lo que tengo planeado. Besos.

Perfect Love 3: The Last Day

Capítulo 39: Partida

—¡Tom! —Gritó Rolf—. ¡Bill debe partir!

Adam escuchó las palabras dirigidas a su padre y volteó, tratando de ubicar de donde provenían, pero no hubo necesidad de buscar demasiado, una luz intensa brillaba directamente desde el cielo, tocando tierra en algún lugar dentro del pueblo.

Tras cumplir la orden de su padre de revisar las calles, eliminando a todos los soldados que quedaban, corrieron en su forma humana en busca de sus padres, para ayudarles con el resto de la lucha. Todo era un caos, había más enemigos de lo que habían pensado, pero con ayuda de las trampas y los guerreros licántropos, estaba nivelando la situación. Sin embargo, la prioridad de los chicos era velar por el bienestar de sus padres, así que ese grito de Rolf, encendió las alarmas en el rubio, quien de inmediato buscó apoyo en quien más confiaba.

—¡Pepe! —Gritó lo más fuerte que pudo. Sabía que el moreno estaba cerca de él, jamás se separaban en situaciones de peligro.

—Aquí —respondió el chico, dando una estocada mortal a un soldado fuertemente armado—. ¿Qué sucede?

—Es Rolf, ha llamado a mi padre. Dice que Bill debe irse —explicó el rubio, quitándose a un soldado de encima, con una patada—. Mira hacia al pueblo —mandó, tomando su espada y terminando con su atacante.

Pepe giró y vio la luz descendiendo del cielo—. ¡Vamos! —Gritó y con la espada en mano, se abrieron paso, moviéndose lo más rápido que pudieron, asestando golpes de espada contra cualquier soldado cruzado que interfiriera en su camino—. Deben estar en la plaza, donde mi padre Tom les mandó quedarse.

—Thomas, debe estar con papá Bill.

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Tom corrió a toda velocidad, saltando sobre los cuerpos derribados, pateando a otros, su único objetivo era llegar a Bill antes de perderlo para siempre. Si iba a morir en esa batalla, lo último que debía hacer para morir feliz, era despedirse de su amado y asegurarse de que partiera bien. Debía besar sus labios y disfrutar de su cálido abrazo, una última vez.

Sin querer, su visión se nubló, lágrimas indiscretas empañaron su vista. No quería morir, nadie querría morir teniendo el amor de alguien tan maravilloso como Bill, pero si debía hacerlo porque estuviera bien, lo haría, eso se hacía por la familia.

—¡Bill! —Gritó fuerte.

Thomas fue el primero en asomar la cabeza desde el lugar en el que estaban ocultos. Tom notó que había más personas con ellos. Aumentó la velocidad hasta que estuvo solo a pasos del escondite.

—¡Bill! —Llamó otra vez y respiró aliviado cuando la cabeza de rastas bicolores se asomó.

—¡Tom! —Gritó igual de fuerte el joven médico y salió, casi a rastras, para correr y abrazar a su adorado lobo—. Oh, Tom, tenía tanto miedo. Escuché los gritos, los llantos, el fuego, maldición, creí que los habían matado a todos.

Tom correspondió el abrazo con fuerza y, delicadamente, pasó sus manos por la espalda delgada de su pareja, calmándolo con ese simple acto—. Tranquilo, mi amor. Hemos sacado a la mayoría de los soldados, ahora la batalla es en las afueras.

—Gus, está aquí —dijo Bill, señalando con la cabeza, el escondite, que tenía una parte semi destruida, razón por la cual, salió gateando de allí.

Perfect Love 3: The Last Day (Tokio Hotel Twc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora