🌈Amelie Wesley
- Adivina lo que llevo en mi bolsillo
Todo era un desastre. Jonathan me odiaba por razones que no terminaba de entender. Mamá y papá peleaban sobre el lugar donde celebrarian navidad. El director me había expulsado del equipo de las olimpiadas matemáticas y Becky parecía enferma. Lo único positivo de todo esto, era que por fin había conseguido mi tarjeta de identificación.
Una cosa menos que solucionar
Ya se me ocurrirá algo para las demás.
- Un enano con sombrero rosa?
Ah, y también lo tenía a el.
- No, por fin tengo mi tarjeta de identificación
- Eso es una buena noticia, ya podemos quemar algunas cosas
- Jajaja, sigue soñando, cariño
- Cobarde
- Imprudente- le refuto
- No soy imprudente, solo no se cuando parar - dice con una sonrisa
- Esa es una buena definición de imprudencia
- Sabionda - dice girando los ojos
- Infantil
Cómo ya era costumbre de Thomas, había desaparecido durante una semana. Al principio realmente me molestaba, pero con el tiempo llegué a aceptarlo. Cada vez que se esfumaba dejaba un mensaje de texto, diciendo que estaba vivo y cuando reaparecia, lo hacía con una caja de chocolates. No puedo quejarme.
- Lo había olvidado- dice - habrá una obra de teatro está noche ¿Quieres venir?
- Obra de teatro? No pensé que te gustaran esas cosas - digo levantando una ceja
- No me gustan, es por una buena causa
- Caridad?
- Que?- me mira con desconcierto - Ah si, caridad, eso y una amiga quiere conocerte
- Amiga? No sabia que tenías amigas
- Ninguna de la que debas estar celosa
El se acerca a mi y con una sonrisa pícara, agarra mi mano para seguir caminando.
- Celosa? Yo? No hay ningún riesgo de eso
- Claro- arquea las cejas
- Lo digo en serio
- Yo no dije nada
La obra de teatro terminó siendo en un parque del Callejón de las brujas. En muchos sentidos era mala idea, la última vez que había visitado ese lugar, terminé sin tarjetas de crédito o de cualquier otro tipo. Me había costado mucho sacar una nueva, así que no quería perderla de nuevo. Pero siendo Thomas, no podía negarme. El tenía algo, un hechizo hipnótico, que me impedía decirle que no.
Después de varias horas buscando ropa antibalas y después de no encontrarla, terminé utilizando lo mismo de siempre. Antes de salir me mire por última vez en el espejo y por alguna razón, en el reflejo del espejo vi a lo lejos el listón dorado que utilize la vez que visite el parque de diversiones. Una presión apareció en mi pecho y por unos segundos vi fragmentos del pasado aparecer como ráfagas en mi cabeza, retrocedí un poco hasta terminar sentada en la cama.
Vi una mano con una pulsera negra sobre mi brazo
Vi una sonrisa.
Vi al listón dorado manchado con sangre
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El Cielo De Van Gogh
Teen FictionAmelie había decidido no volver a enamorarse, luego de que su primer amor se suicidara tras un malentendido que la involucraba. Sus ganas de vivir y de amar se desvanecieron con la llamada que anunciaba su muerte y desde ese entonces la culpa había...