Arrepentimiento (16)

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🌈

Amelie Wesley

Tarte de disculaparme muchas veces con Thomás pero realmente se me hizo imposible. Luego de los fuegos artificiales el director lo suspendió un mes. Hubiera sido útil tener su número, pero ni de riesgos lo tenía, nadie en la universidad lo conocía aparte de Jan.

— Jan, necesito pedirte un favor.

— Si es acerca de mi hermano, no puedo ayudarte — dice masticando un chicle

— ¿Como sabias que era eso?

— Oye Ame, eres la primera chica que destroza a mi hermano obviamente tenía que saberlo – dice con entusiasmo — Le hubieras visto la cara, por fin Thomas pudo sentir el dolor de un corazón roto — dice burlándose de él.

— Debes ser un maravilloso hermano, Jan — digo con ironía. — Thomas tiene suerte de tenerte

— Eso le repito siempre, pero nunca me hace caso

— Era sarcasmo

— Oh, enserio? Sabes que no entiendo las cosas de inteligentes.

Alguien matelo.

Cómo dije, fue inútil

No me quedaba de otra que sentarme a esperar que regresará a la universidad y mientras eso pasaba, yo organizaba mi discurso de agradecimiento en la azotea del departamento de medicina. Aún habían rastros de los fuegos artificiales y el olor a cigarrillo se notaba levemente.

Lo extraño

¿Lo extraño?

Me la pase jugando con el encendedor de Walle-e, viendo como la llama salía de el, una y otra vez en repetición. Me daban ganas de encender un cigarrillo y dejarlo consumirse únicamente para ver el humo.
Me sentía culpable.

En el momento en el que Roy dejó de venir a la universidad los rumores empezaron a cesar y todo volvía a la normalidad, como si nada hubiera pasado. Era como si nunca lo hubiera conocido.

Tal vez, estoy exagerando

Tal vez, suene como una adolescente de 16 extrañando a su novio futbolista o algún otro cliché de película jovenil

O tal vez simplemente Thomas Roy me importaba mas de lo que creía.

— Ame? Ameeeeeeee, despierta

Eso me saca de mi trance y regreso a la realidad en donde me encontraba en la cafetería almorzando con Jonathan

— Ah, lo siento, hoy amanecí un poco perdida

— Claro... El premio Wiston se acerca,¿te inscribiste?

De todos los temas de conversación que teníamos Jonathan y yo, ese era el peor. El no podía hablar de videojuegos o de moral tenía que ser del premio y de si me había inscrito

Te odio, universo

— Si lo hize — digo con desgano — y tu?

— Yo? No seas absurda Ame, ese premio no es para humanos es para máquinas. Yo un simple mortal no podría ganarlo, por eso me siento orgulloso que mi mejor amiga lo gane — finje el llanto de un padre orgulloso de su hija.

— Aún no le ha ganado

— Por favor, ese premio tiene tu nombre escrito, el suspenso de un mes, es solo una formalidad

Un mes

Eso era lo que faltaba para la entrega del premio, que justamente era el mismo día que Thomas regresaría de su suspensión.

El Cielo De Van GoghDonde viven las historias. Descúbrelo ahora