Yang Jungwon, un chico de 23 años, para los demás resultaba ser casi un ángel, su bondad y su cálida sonrisa podía ser cegador, sin embargo su corazón siempre había sido cerrado al amor, lo único que amaba con todo su ser, Jake Shim, su mejor amigo...
"Fuiste al único que quise ¿Ahora qué debería hacer? ¿Por qué lo hiciste de esta forma?"
10 años antes
Aún adormilado, apenas con ganas abría sus pequeños ojitos, los cuales rogaban por unas horas más de sueño, las cuales tenía pero no contaba con que su mejor amigo Jake Shim haría de las suyas este año también, brincando y gritando sobre su cama para ser el primero en decir feliz cumpleaños a su pequeño mejor amigo que yacía bajo las cobijas aún.
- ¡Yang Vamos! Despierta ya. Es tu cumpleaños número 13, ¡Deberíamos estar yendo al parque de diversiones hace una hora! - Gritaba Jake a su amigo que aún no caía en la realidad, mientras el castaño lo despojaba de sus calientitas cobijas.
- Jake, son las 6:00 de la mañana ¿Quién se despierta a esta hora el día de su cumpleaños? - Reclamaba el pelinegro intentando cobijarse de nuevo y seguir con su hermoso sueño. Amaba a Jake, era un pequeño ángel que había llegado a su vida hace ya 2 años, con tanta energía y amabilidad, parecía que brillaba cuando lo veía sonreír, pero no era el amor que todos piensan, adoraba a su mejor amigo como un hermano, quizás el amor más grande que había sentido pero no pasaba aquella frontera a lo romántico.
- ¡Claramente tú! Juro que si no te levantas en este momento iré por agua helada y te bañaré aquí mismo Wonnie - La sonrisa tan siniestra hizo que Jungwon se levantara de su cama en ese momento, sabía que su amigo era capaz hasta de ir donde el vecino con tal de conseguir el agua, a veces se preguntaba si de verdad el ángel que lo salvó hace dos años era ese mismo niño de sonrisa siniestra que veía en ese momento.
- Eres cruel Shim, mira que hacerme madrugar cuando hace unas horas eras el que no me dejaba dormir ¿Cómo puedes tener tanta energía si dormiste menos?
- Fácil, es tu cumpleaños y nada me emociona más que poder ver a mi niño cumplir un añito más - Dijo poniendo una expresión dulce.
- ¡Oh Dios! ¡Me llevas un año anciano! Anda, báñate primero, iré a ver si mamá nos dejó algo para desayunar - Sin más bajó a la sala dejando a su amigo solo en el cuarto.
Jake sabía que Jungwon no era el tipo de persona cariñosa, no amaba el contacto físico o las muestras de amor, Sin embargo podía ser extremadamente cariñoso cuando quería, Jungwon era más un chico atento, bondadoso, tenía aquel corazón tan noble y a veces pensaba que su amigo fuera tan empático podía ser uno de sus defectos, podían tirarle una piedra en el ojo y él se disculparía por estorbar en el camino de la piedra.
Pensaba que su amigo merecía toda aquella felicidad que en algún momento le fue arrebatada, ahora que Jake estaba en la vida de Jungwon no permitiría que nadie le hiciera daño.
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Jungwon bajó a la sala sin extrañarse por no encontrar a nadie en casa el día de su cumpleaños, siempre había sido de esa forma desde que tiene recuerdos, incluso desde que Jake llegó a su vida le resultaba extraño celebrar su cumpleaños como si fuera el día más especial del mundo, para él siempre había sido un día más, no lo consideraba la fortuna pero ver a su amigo tan emocionado lo hacía sentir especial, además de que no podía ser tan cruel de romper las iluciones de ese ángel brillante que brincaba sobre su cama hace un momento, así que ya se había hecho a la idea de celebrar este año también su cumpleaños.
