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Los primeros días habían pasado en casa de los padres de Ni-Ki, saludando y pasando tiempo con ellos, recibieron a Jungwon de una forma muy cálida, su hijo llevaba casi tres años sin ir a Japón y cuando llegaba traía un amigo, eso era mucho que celebrar, aquellos días estaba siendo para Ni-Ki los que más recordaría en su vida.
Aunque la casa era grande y habían habitaciones de sobra Jungwon había dormido en el cuarto del mayor, por alguna razón esos días no quería estar solo, la compañía del mayor le hacía bien.

Cómo le había dicho también fueron a la ciudad de Shimabara, el camino había Sido curioso para Jungwon, tomaron dos trenes, el último era amarillo con unas figuras animadas en él, le gustaba como se veía y lo cómodo que era todo ahí, se sentía como en otro mundo, su mayor reía al verlo tan feliz de conocer aquellas cosas que para él eran normales.
Lo llevó a ver el Castillo de Shimabara, estando en las afueras del lugar Ni-Ki le contó como aquel castillo había Sido construido en 1618 y que el mismo fue el escenario donde se produjo la antigua rebelión, Jungwon estaba realmente impresionado con todo lo que el mayor sabía, a veces olvidaba que era japonés.

También le enseñó el gran buda que está en la ciudad, media unos 8 metros de largo, lo curioso es que estaba acostado, Ni-Ki le contó la creencia de que no se debería estar cerca de su cabeza porque se podía enfadar y Jungwon al ser como un niño solo se alejó lo más que pudo de la gran estatua, el mayor solo reía ante la actitud del chico, Jungwon se excusaba en que ya tenía suficiente mala suerte para que un Buda también se enojara con él, Niki en serio podía jurar que aquel chico lo iba a matar de ternura.

La última parada de ese día había Sido la razón principal por la que habían ido, los peces Koi, Jungwon había quedado totalmente ilusionado con ver peces en los drenajes, parecía increíble que eso se pudiera ver en vivo, así que Ni-Ki lo llevó a ese entramado de calles donde podías ver a los peces Koi nadar, el agua era cristalina, por las calles más personas caminaban tranquilamente ignorando o acostumbrados a ver a los peces hacerles compañía, sin embargo Jungwon no dejaba de tomar fotos y perseguir desde afuera a los peces, parecía increíble como aquello podía ser tan lindo y tranquilizante.

Se tomaban pequeños descansos entre las visitas a lugares, ya que los viajes eran largos, además de un poco cansados por el tránsito y la multitud a la que se enfrentaban diariamente para llegar hasta el lugar, si bien Niki podía solo pedir un carro quiso que los primero viajes fueran en transporte público para que Jungwon conociera como era todo allá.

- Quiero llevarte a otro lugar - Decía el mayor algo ilusionado.

- ¿Cómo se llama nuestro próximo destino?

- Vamos al hermoso Jardín Kenrokuen, queda un poco lejos pero hoy si vamos en carro. - El menor solo sonreía aceptando la idea, ver al mayor tan ilusionado de mostrarle lo que sabía del país le alegraba.

No mentía cuando decía que quedaba un poco lejos, llevaban unas 3 horas manejando, en las que habían hecho paradas a comer, al baño y para estirarse un poco. Cuando llegaron al lugar Jungwon quedó totalmente impresionado con la belleza.

- ¡Pero esto es hermoso! - Estaba tan emocionado de ver aquel lugar tan precioso.

- Adentro es mucho más lindo, este lugar es considerado uno de los 3 jardines más bonitos de Japón.

- El Jardín Kenrokuen - Jungwon analizaba, sabía japonés pero habían palabras que desconocía - ¿Qué significa?

- El Jardín de los 6 aspectos combinados, combina los seis atributos de un jardín paisajístico perfecto, pero ¿Sabes que le falta para ser tan perfecto como dicen? - Jungwon solo respondió a un ¿Qué? - Evidentemente, le falta la belleza del chico que está a mi lado, en este momento se vuelve el Jardín perfecto porque estás en él.