Después de dejar a Jungwon en la puerta de su casa decidió ir a caminar un rato más, se iría en unos días, se sentía muy nostálgico, había pasado la mayor parte de su vida en Corea, conoció a su mejor amigo ahí, había hecho muchos recuerdos en ese país, pero no podía mentir, estaba feliz de volver a pasar tiempo con sus padres y Layla, llevaba tiempo de no verla, le hacía ilusión pensar en llegar a casa y ver a su cachorra brincar sobre él.
Decidió ir a comprar algo de comer, no tenía ganas de cocinar, se le antojaba pollo frito, no podía comer algo más coreano en ese momento, ya casi se iba y se antojaba de pollo frito, continuó su camino hasta el negocio donde compraría su cena, no contaba con que habría tanta gente en el lugar, chocaban unos con otros, pero él no saldría de ahí sin su cena, así que se metió en la fila, llegó a la caja donde debía pagar, pero no encontraba su billetera, sin pena alguna puso libros, cuadernos, calculadora, llaves sobre el mostrador hasta que dió con lo que buscaba, volvió a meter todo rápidamente en su bolso y pago su comida, sentía muchos ojos sobre él, así que decidió salir rápido del lugar.
- Pero esto se fue de las manos, todo lo que hago por ti- Acariciaba la cajita en sus manos pensando en lo rico que debía saber, ya deseaba llegar a casa, apresuró su paso cuando comenzó a sentir gotas frías caer del cielo, lo que le faltaba ¿En serio iba a llover en ese momento? Pensó que no podía tener más mala suerte.
Cómo método rápido decidió buscar sus llaves para meterlas en el bolsillo trasero de su pantalón, así las tendría cerca, pero no las encontró en el bolso, sintió como su corazón quería salir de su pecho por el susto, su compañero de cuarto no volvía hasta mañana, antes de salir corriendo de vuelta al negocio de dónde salió su futura cena, sintió como alguien agarraba su muñeca, cuando volteó creyó ver un ángel, definitivamente tenía que ser un ángel.
- Hey, se te olvidó esto allá donde compraste.
- ¡Oh! Muchas gracias, justo estaba por devolverme a buscarlas. - Si era un ángel, había traído sus llaves, ya no tendría que volver a aquel lugar lleno de gente.
-No es nada, está por llover ¿No andas paraguas?
- No, no pensé que fuera a llover en estos tiempos, de todas formas mi casa queda cerca de aquí, gracias por las llaves, me iré antes de que llueva más fuerte, un gusto - Un Jake dispuesto a correr se despedía del aquel ángel perfecto, pero nuevamente sintió el agarre en su muñeca.
- No te vas a ir mojando, ves eso de allá- Dijo señalando a lo lejos por el camino que Jake debía tomar - Es lluvia, si te vas así, te vas a mojar, dijiste que tu casa no queda lejos de aquí, yo ando paraguas, te llevo.
- Pero eso sería mucha molestia, ya trajo mis llaves, es suficiente, de nuevo gracias por ofrecerse. - Jake hacía una pequeña reverencia esperando que aquel chico soltara su muñeca.
- Definitivamente te llevaré, anda enséñame el camino - Sacó aquel artículo que los cubriría de la lluvia y se acercó a Jake para que no recibiera más de aquellas gotas frías que caían del oscuro cielo.
Para Jake el camino estaba siendo un poco incómodo, agradecía la amabilidad de aquel extraño pero no entendía a qué se debía, era la primera vez que lo veía y ya se había ofrecido a llevarlo a su casa, incluso le puso un abrigo que tenía para que no tuviera frío y su pollito no llegara mojado a casa, en serio ese chico debía ser un ángel, tenía facciones hermosas, su rostro era esculpido por los mismos angeles, es más, pensaba que él había sido el boceto que había usado Dios para crear a sus ángeles, esa belleza debía ser ilegal; estaba tan perdido en sus pensamientos que no se dió cuenta que aquel chico lo veía fijamente.
- Es aquí, perdón por las molestias que causé, muchas gracias por traerme hasta mi casa, ¿Hay alguna forma en la que pueda agradecer su bondad? - Ofreció sinceramente esperando que le pidiera que llamara un taxi para devolverse o algo parecido.
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What is your choice? | Sungwon | JakeHoon | Jakewon
RandomYang Jungwon, un chico de 23 años, para los demás resultaba ser casi un ángel, su bondad y su cálida sonrisa podía ser cegador, sin embargo su corazón siempre había sido cerrado al amor, lo único que amaba con todo su ser, Jake Shim, su mejor amigo...