Prólogo

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N/A: De acuerdo, esto ha estado en mi mente desde siempre, y ahora lo estoy escribiendo. Fue vagamente basado en Brideshead Revisited (inicialmente), pero luego tiene mente propia, y ahora es básicamente una historia ridícula con la que quiero divertirme. Todos los lugares son inventados para la conveniencia de la historia. He cambiado [la mayoría] de los nombres de las familias de los chicos porque, en cierto modo, arrastro sus nombres por el barro y no quería asociar estos personajes con las personas reales. De ninguna manera esta historia refleja a los individuos reales en los que se basa.

Esto probablemente será una locura. Disculpas por adelantado ;)

(Para la escritura y las emociones altamente cargadas, tumblr = mizzwilde)

Esto es una especie de prólogo.

****EDIT (mayo de 2020): Actualmente no estoy vendiendo este libro en lulu. La persona que lo puso
lo subió sin mi permiso, y mientras intento que lo quiten, te pido que te abstengas de darles tu dinero. Gracias. ¡Feliz lectura! Sigo leyendo y amando todos vuestros comentarios, y espero avanzar para regalaros un libro de tapa dura de mí misma :)

Amor, Claire

**

La habitación está amueblada en exceso, huele a abrillantador, y casi jodidamente brilla en la luz de la tarde. Es prácticamente un anuncio para una web de casas y jardinería. Es preciosa, seguro, con sus suelos de madera color miel y sus paredes crema, las ventanas pintorescas adornando cada habitación, y el mobiliario más lujoso y decorado (de estilo barroco, por el amor de Dios), agrupados en los patrones más artísticos.

Es lujoso y pijo. Y Louis lo detesta jodidamente. No porque no sea bonito (no es un idiota), sino por lo que es. Por lo que significa. Ahí está él, habiendo llevado una vida tediosamente normal y económicamente responsable sin el dinero de su padre (muchas gracias) y ahora, por el acuerdo entre su madre y su querido padre en ese divorcio desagradable hace unos años, el último ha insistido en que Louis acuda a la más incómodamente prestigiosa universidad que Inglaterra podía ofrecer.

Sin presiones, por supuesto.

E incluso mejor, su querido padre no reparó en gastos; insistió en forzar a Louis dentro de una de las excesivamente compensadas suites de lujo. Las que requerían un compañero de habitación.

Así que...

No solo Louis ha sido obligado a entrar a una escuela completamente fuera de su ámbito de experiencia (porque era una mariposa social en el mundo natural, era conocido por hacer demasiados amigos, en cualquier caso), sino que ahora está obligado por contrato a compartir SU espacio con algún idiota pretencioso que caga dinero y que juega a un juego de apenas disimulada superioridad. (No, no ha conocido a dicho compañero de habitación todavía, y no, no necesita hacerlo para formarse una opinión). Louis nunca ha sido capaz de manejar ese tipo de situaciones con mucha elegancia. Su madre siempre decía que su lengua de fuego sería su perdición, si no era capaz de controlarla. Y "controlarla" es algo que Louis no hace.

Con un ruido que desentona con la delicada localización, Louis suelta su montón de bolsas y demás, suspirando dramáticamente mientras observa sus alrededores. Sintiéndose algo poético (esta es, después de todo, la escena inicial de su tragedia) se dirige a la ventana, mirando fuera a los antiguos edificios entrelazados con hiedra, colocados en la brillante hierba verde ante él. Su habitación se encuentra en el suelo, nota una vez más con desagrado. Sus ventanas están increíblemente bajas, permitiendo una fácil entrada para cualquier intruso cabrón que quiera entrar sin apenas dificultad. Uno podría, casi literalmente, tan solo pasar una pierna por encima y estarían dentro del piso.

Lo cual es excelente.

No es que Louis posea nada que esos pequeños Midas quisieran. (Excluyendo un estilo impecable, gracia y una personalidad completa. Por no mencionar código moral y una sólida ética de trabajo.) (Bueno. Más o menos sólida.)

-Oh, Dios mío -dice una voz sorprendida desde la puerta, y Louis se gira para ver a su madre boqueando ante sus alrededores, con los ojos intentando verlo todo.

-Lo sé. Es un poco demasiado, ¿no? -Louis remarca sin darle importancia, con las manos en los bolsillos.

-Es... Es algo... -ella respira en un tono bajo, y Louis nota el rencor que hay bajo la superficie-. Tu padre desde luego tiene un don para elegir las cosas más vistosas -una pausa-. Cuando se trata de la percepción pública.

Louis levanta una ceja.

-Sí, Charles es así, ¿no? -responde con delicadeza, enfatizando especialmente el nombre.

Nunca se ha sentido particularmente cómodo con el término "padre".

Con un último vistazo poco impresionado a través de la ventana, suspira y pasea hacia delante.

-Vamos, entonces. Pongamos todo aquí dentro.

Su madre asiente, todavía boquiabierta con los ojos entrecerrados, antes de seguirle fuera de la puerta.

*

Su madre se va después de que hayan metido caja tras caja en la nueva mirada de Louis, el cartón sucio contrastando contra los marcos dorados y el ébano barnizado que no tenía lugar en una suite de escuela del siglo XXI.

En serio, ¿por qué todo era dorado? Era la uni, no Versalles.

-¿Te veré pronto? -pregunta su madre antes de irse, la voz temblando al borde de quebrarse.

Louis asintió, haciendo un esfuerzo para no rodar los ojos en un sufrimiento exagerado. Era una buena persona, de verdad lo era (abría la puerta para las ancianitas y todo eso), pero su madre tenía una predilección por la debilidad y las distracciones autoindulgentes, algo que ni él, ni sus hermanas, podían permitirse en realidad.

-Claro, mamá. Estaré de vuelta antes de que te des cuenta. Una mañana te despertarás y estaré allí, sentado en la mesa pidiendo el desayuno.

-¿O podría visitarte? -pronunció con esperanza infantil.

-Mamá -suspiró Louis, enlazando sus palabras con fingida paciencia-, ya te lo haré saber. El trimestre ni siquiera ha empezado, ¿vale?

Ella asintió, con los ojos tristes mirando a los suyos, suplicando.

Sí. Momento de irse.

Sin transición, Louis rodeó brazos impacientes en torno a su madre.

-Gracias otra vez por todo. Adiós. Te quiero -le dio un beso en la mejilla-. Dile a las chicas que las echaré de menos, pero solo a veces. Prohíbeles entrar a mi habitación. Y estate pendiente, ¿vale? No te olvides de ellas.

Ella asintió, con los ojos aún tristes.

-No lo haré. Adiós, Boo. Te echaré de menos, cariño.

-¡Es mejor que te vayas! ¡El tiempo es oro! -fue su respuesta, cantada con un tono excesivamente animado.

La observó irse durante un momento antes de volver a la tarea que tenía entre manos, con la mente aún ocupada en las maletas que cubrían los suelos relucientes.

Así que ahora, Louis está solo, enfrentado a cajas con cinta, paredes vistosas que se burlan de él y sus zapatos sin marca, sin compañero (aún) y un sentimiento muy real de estar ahogándose.

-Bueno... -murmura, inhalando mientras observa sus lujosos alrededores sin esperanza-. Supongo que aquí es donde comienza todo.

Young & Beautiful - Larry Stylinson (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora