XXVIII

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Es muy temprano. Louis lo sabe por la forma en que la luz del sol se ve pálida, deslizándose en la habitación y chispeando en el aire con partículas de polvo.

Se da cuenta por la forma en que ilumina las cortinas, incendiando la tela cremosa y vaporosa.

Lo sabe por la forma en que la pálida piel de Harry brilla bajo ella, lo sabe por la forma en que su pelo está rodeado de una luz brillante y encrespada, y por la forma en que su respiración se funde perfectamente con las nubes que empiezan a rodar en el cielo azul pastel.

Louis ha dormido, quizás, un total de cincuenta minutos en toda la noche. Y fueron cincuenta minutos tumultuosos.

Porque incluso en sueños pensó en Harry (siempre en Harry), y sus brazos solo se aferraron a la estructura dormida del chico con más fuerza, con miedo a que se le escapara de nuevo. Porque, joder, Harry literalmente apareció en su puerta de la nada. En un parpadeo podría desaparecer, engullido por su mundo frío y cruel una vez más, dejando los brazos de Louis estériles y la cabeza nublada. Y, realmente, eso como que asusta a Louis porque hay algo terriblemente mal en esa imagen y tiene mucho que ver con las bolsas bajo los ojos de Louis y su agarre fuerte sobre un chico inconsciente y emocionalmente limitado.

Definitivamente, así no es como imaginaba que sería la universidad.

Lo cual. Oh, bueno.

Se queda así, agarrado a un Harry felizmente dormido mientras la luz del sol se hace más fuerte, hasta que por fin su vejiga interviene, y no se puede discutir con esa perra. Con cuidado, se retira de Harry, que tiene los brazos rodeando su pecho y cuyo ceño se frunce inmediatamente al perder el contacto. Louis no puede evitar sonreír ante eso mientras sus pies golpean el frío suelo de madera, sus manos calientes y suave en donde se han perdido en la tela de la camisa de Harry. Observa a Harry acurrucarse en sí mismo, callado y pequeño y joven, y joder, Harry no está hecho para dormir solo, simplemente no lo está, necesita a Louis ahí dentro con él, envolviendo sus miembros demasiado largos y sus pequeños huesos. Louis necesita volver a esa cama ahora mismo.

Pero.

Pero realmente tiene que mear, ahora mismo. Odia a su vejiga.

Así que sale de la habitación en silencio, con el corazón en llamas.

Es cuando se arrastra hasta su dormitorio, su piel helada y sus brazos ardiendo por abrazar de nuevo la dulce y dormida figura de Harry (se niega a sentirse espeluznante por esto: los gatitos se acurrucan juntos y nadie dice nada, ¿verdad?) que hay otro golpe en la puerta principal.

Louis parpadea.

¿Una visita? ¿A estas horas? Ni siquiera reciben visitas.

Abre la puerta con desconfianza, lentamente, antes de que una bola de energía rubia se abalance sobre él.

-¡Hola, amigo! Buenos días -Niall entra atronando en el piso y rompiendo la serenidad-. Siento no haber venido a casa anoche, pensé que estarías durmiendo de todos modos. Pero ya estoy aquí. Tengo que hacer otra llave de repuesto y que Rory se quede con un juego -sus claros ojos azules y su pálido pelo dorado parecen la mañana, su sonrisa dispara rayos de sol, su jersey verde arrugado y su chaqueta de ante negro suave y limpia como la hierba fresca.

Pero Louis sigue queriendo matarlo. Con una pala.

-¡Shh! -le reprende, mirándole fijamente-. Baja la puta voz, ¿quieres? Todavía está durmiendo.

Es justo cuando Louis se golpea a sí mismo con una pala (no tenía intención de informar a Niall de la elección de Harry para dormir porque eso se va a convertir en todo un asunto) cuando los ojos confusos de Niall pasan por delante de Louis y se posan en algún lugar de su hombro derecho.

Young & Beautiful - Larry Stylinson (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora