Young & Beautiful - Larry Stylinson (traducción)

II

Es jodidamente irlandés.

Irlandés. Y ruidoso. E impulsivo, entusiasta, más rico que los siete mares, y muy, muy irlandés.

¿Va a cansarse alguna vez ese acento tan fuerte? Probablemente. Porque Louis nunca dijo que fuera otra cosa que crítico, y el volumen que esa bola de energía de mejillas sonrojadas emite es horrible.

-Soy Niall, Niall Horan -suelta inmediatamente al entrar, uniendo su mano fuerte con la de Louis. Hordas de hombres entran en el piso, llevando maleta tras maleta tras caja cuidadosamente empaquetada. Porque, aparentemente, su nuevo compañero ha traído una tienda entera con él-. Encantado de conocerte, colega. Supongo que nos veremos bastante de ahora en adelante -continúa perfectamente con un tono que Louis tan solo puede describir como alegre, para su horror. La cara del chico muestra una sonrisa permanente, siempre a punto de reír, rodeada por pelo dorado. El brillo de sus ojos azul celeste es casi adorable, casando perfectamente con su entusiasmo.

Pero a Louis no le importa porque ya ha decidido que odia a esa persona ruidosa y abrumadora que ha destrozado completamente el Tiempo para Louis y ha pisado sus alas. Un poco bastante.

(Eso sin mencionar que su estilo es atroz. ¿Tiene prácticamente un ejército de sirvientes y aún así elige una camiseta de las Tortugas Ninja? Nada choca más con Guilty de Gucci.)

-Bueno. No necesariamente -responde Louis sin ceremonias, retirando su mano tan pronto como hace contacto, doblándola en sus brazos cruzados. Se mantiene erguido, a la altura de los ojos. Louis es muy bueno en mantenerse a la altura de los ojos.

Niall (el cual es un nombre feo, decide Louis) inclina su cabeza, confuso, los ojos despejados de cualquier insulto, las manos descansando en sus caderas en un dominante victimismo.

-¿A qué te refieres?

Louis inhala despreocupadamente, distanciándose.

-No importa. Te dejo para que deshagas las maletas. Voy a por algo de comer.

Va a por su cartera y casi está allí, cuando una mano pálida se sitúa en su brazo.

Espléndido.

-¿Puedo ayudarte? -espeta Louis, sin molestarse en filtrar su desagrado mientras se encuentra con los ojos azules frente a él.

Pero Niall, al parecer ajeno a cómo interpretar señales de comportamiento, tan solo sonríe y responde con:

-Haré que mi asistente deshaga las maletas -¿asistente?- e iré contigo. Invito yo.

Louis cruza sus brazos una vez más.

-Eso es dulce por tu parte. En serio, amor. Pero puedo pagar yo mismo, gracias.

-¡Claro que puedes! Eso no cambia que me esté ofreciendo. Vamos, creo que el conductor sigue afuera. Gracias, compañeros -añade el chico, que casualmente pone billetes en las manos de los hombres mientras traen las últimas pertenencias de Niall.

¿El conductor sigue afuera? Louis definitivamente no va a poder lidiar con este mundo.

-Por mucho que me guste un buen chófer, prefiero caminar. Así que...

-¡Excelente! Me vendrá bien el aire fresco después de estar atrapado en ese jodido coche todo el día. No soporto estar tanto rato sentado. Es jodidamente aburrido.

Y antes de que Louis sepa lo que está pasando, está siendo llevado por la calle y hablado vivamente, casi abrasadora y animadamente. (¿Existe tal cosa? Louis habría dicho que no hace cinco minutos.)

No. Louis definitivamente no va a ser capaz de lidiar con esto en absoluto.

*

Niall Horan no deja de hablar durante dos días.