XII

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El miércoles comienza siendo un desastre.

Ya es una mierda porque Louis está completamente agotado, ya que se ha acostado demasiado tarde una vez más. Interrogó a Niall en cuanto regresó, preguntándole casualmente si Des estaba en el estudio (no estaba), y reuniendo cualquier otra información que pudiera sobre la situación (que era ninguna). Luego procedió a fumar demasiado, a ver demasiada televisión con los ojos en blanco mientras su mente divagaba y el corazón palpitaba con rabia, y se metió en la boca cualquier comida que Niall hubiera apilado a su alrededor.

Todo ello sin pensar en cierta luz en cierta ventana mientras cierta sombra parpadeaba en las paredes.

Así, hoy, a través del agotamiento que tira sin piedad de sus párpados y hunde sus miembros en el suelo, ha llegado tarde a todas las clases del día. Y ni una sola vez ha retenido un ápice de información a lo largo de dichas clases, con el bolígrafo siempre sin tapa pero sin tocar la página en blanco del cuaderno que tiene ante sí, porque su mente no deja de ir a uno de estos dos lugares:

1. Su cama, con sus sábanas de felpa y sus solitarias almohadas.

Y

2. Esa ventana en concreto.

Y es un puto gran lío.

Lo cual sólo empeora cuando se encuentra con Cindy, la única persona de su curso "El estudio de la prosa de los dramaturgos de la época victoriana" que no le hace querer verter ácido sulfúrico en los rociadores y prender fuego al mundo, mientras se dirige a ese mismo curso.

—Louis —lo saluda con una sonrisa, ataviada con lo que parece ser una túnica de Hogwarts. O algo así.

Louis intenta no juzgar su elección de atuendo (le gusta Harry Potter, así que ¿quién es él para juzgar?) pero los instintos toman el mando y se encuentra deslizando ojos de desaprobación sobre su conjunto.

—Cindy —asiente alegremente, pero sus ojos siguen clavados en sus mangas, que son tan grandes como las campanas de una iglesia.

Por suerte, ella no se da cuenta, sino que sonríe y pregunta con curiosidad:

—¿Dónde está tu toga? —ladea la cabeza confundida.

Lo que ahora confunde a Louis. ¿Toga?

—¿A qué demonios te refieres? —pregunta divertido, echándose la bolsa al hombro mientras camina a su lado.

—Tu vestimenta académica. Hoy tenemos un examen y ya conoces las reglas: tienes que llevar la túnica si te estás examinando, si no se te pedirá que te vayas. ¿Recuerdas?

Y Louis se caga en los pantalones.

Porque no, él no sabía que hoy tenían un examen, y mucho menos que tenían que llevar bolsas de basura para hacerlo. Bueno, sí que recordaba levemente esas normas, pero ponerlas en práctica es otro mundo por completo.

Sin explicación ni razón, Louis sale a toda velocidad, en dirección contraria, gritando un frenético "¡Perdón!" mientras vuela por los pasillos de piedra, dejando a una perpleja Cindy a su paso.

Y así, Louis llega a su primer examen (de la asignatura que amenaza con hundirlo en el fondo del océano académico) tarde, con sus galas académicas adornadas al azar (Niall intentó ayudarlo a vestirse en medio de la locura, pero estaba comiendo pizza, con las manos salpicadas de salsa y apestando a cerveza, así que Louis pasó más tiempo apartándolo que otra cosa) con el miedo a la muerte sacudiendo su caja torácica.

Procede a hacer el examen, intentando responder con toda la inteligencia que le permite su aturdido cerebro, antes de terminar con una dolorosa vacilación y salir del edificio con una sensación muy real de fracaso.

Young & Beautiful - Larry Stylinson (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora