Young & Beautiful - Larry Stylinson (traducción)

IX

Al día siguiente, tras ser despertado diligentemente con la impecable interpretación de Niall del Scherzo No. 2 Opus 31 de Chopin, Louis asiste a todas sus clases, con los deberes bien hechos y listos para ser revisados, y es mejor estudiante de lo que ha sido nunca, tomando notas en todas las asignaturas y sin dibujar ni una sola vez un garabato de una soga.

Está tan orgulloso de sí mismo de camino a casa que está a punto de ofrecerse a invitar a Niall a bollos y whisky, cuando suena su teléfono, "La Marcha Imperial" llenando el aire.

Mamá.

Joder.

Bueno. Ahora hay dos opciones. O bien Louis puede meter el teléfono de nuevo en su bolsillo y no decir ni una palabra.... o puede contestar. Dado que aún no ha respondido a ninguna de las llamadas de su madre, se decide por lo segundo, con los nervios a flor de piel.

—Mamá —saluda alegremente mientras abre la puerta del piso.

—Boo bear —dice ella en voz baja. En voz sospechosamente baja. Joder.

—¿Qué pasa? —pregunta Louis de inmediato, manteniendo la agitación fuera de su voz mientras abre la puerta con el hombro.

Niall está sentado al piano de nuevo, fumando un cigarro con la televisión encendida.

Louis asiente en su dirección antes de desviar su atención de nuevo al teléfono.

—Oh... nada. Es que… —hay una pausa en la otra línea y escucha una aguda inhalación seguida de un casi sollozo—. Te echo de menos, amor.

Maldita sea.

Sabe lo que significa.

—Mamá. Mamá, ¿estás cuidando a las niñas? ¿Dónde estás?

—Estoy afuera. Necesito estar sola ahora mismo.

—¿Dónde están las niñas? ¿Las están cuidando?

—Están bien, Louis. Te echo de menos…

—MAMÁ. Maggie solo tiene CUATRO años. Vuelve a entrar ahora mismo. Tienes que cuidarlas.

—No quiero —dice ella, comenzando a llorar, y los nervios de Louis se desvanecen mientras sube una mano para masajearse las sienes.

—No se trata de lo que tú quieras. Eres su madre. Puedes hacerlo. Al igual que eras una buena madre antes de que Charles se fuera... puedes ser una buena madre sin él. Vamos.

La línea está en silencio, llena sólo por el sonido apagado del viento y respiraciones profundas.

—Tienes razón, amor. Siempre fuiste sabio para tu edad.

Louis asiente, con los dientes apretados.

—Tenía que serlo. Ahora vuelve a entrar, ¿sí? ¿Por favor?

—Lo haré. Cuidaré de ellas, Lou. Solo espera, seré una buena madre. Te haré sentir orgullosa.

—Enorgullécete a ti misma —dice, y se esfuerza por mantener sus propias emociones bajo control, su voz peligrosamente cerca de alzarse.

Niall lo mira, con el ceño fruncido, pero Louis lo ignora por el momento y se acerca a la fila de ventanas bajas que se alinean en la pared. Se queda mirando la soleada extensión de césped, los estudiantes arremolinándose, y se da cuenta de que está en el mismo lugar en el que Zayn vomitó sobre él hace poco tiempo.

—Lo haré —hay otra pausa—. ¿Me echas de menos, Lou?

Louis cierra los ojos.

—Sí, mamá. Ahora vuelve a entrar, por favor. Por favor. Te quiero —añade como una idea tardía.