Stony Omegacember.

Aroma

Tony se sentía afortunado por tener a un Alpha como lo era Stephen Strange. Su sonrisa era la más grande en esa fiesta de caridad.

—Tony, te presento al Capitán América. —Stephen presentaba con orgullo—. No hay paciente en mi hospital que no lo ame por sus constantes visitas.

Anthony sintió como el aroma a vino golpeaba en su perfecta vida; la fragancia del soldado era como una droga para sus sentidos. Inevitablente detalló al hombre; su sentidos se prendaron de él de inmediato, su Omega interno se fascino por el perfecto hombre, que además, sin falla alguna, era su pareja destinada.

—Steve Rogers. —El soldado beso el dorso de su mano de manera galante, aún delante de Stephen—. Es todo un placer...

—Tony Stark. —Tony no despegó sus ojos del capitán.

La noche fue larga pero no problemática. Anthony contestó varias de las sonrisas y miradas indiscretas de Steve. Ambos se sentía hipnotizados por el otro.

—Creo que a estas alturas se habrá dado cuenta. —Steve se paro a un lado suyo y ambos miraban la presentación de Strange—. No pienso ignorarlo, Stark.

—¿Ignorar qué? —Tony quiso hacerse el desentendido.

Rogers le mando una mirada intensa y significativa.

—Que tu aroma me vuelve loco. —Steve apuntó a Stephen—. Y que yo soy tu Alpha y él no.

Tony lo miró con media sonrisa.