capítulo XXI

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SAMIRA.

Tres semanas después.

Ya pasaron tres semanas desde que me fui de casa, he estado hablando más seguido con el chico de la playa y hemos salido un par de días a tomar café,ver la ciudad y esas cosas que suelen hacer los amigos.

En varias ocasiones me había sugerido que llamara a Naseem pero no le hice caso, aunque hace cuatro noches me levanté ahogada, sentía que no podía respirar, todo el cuerpo me temblaba y no lo podía controlar.

Tomé mi teléfono rápidamente e intenté llamarlo, pero eran las cuatro y cuarenta de la madrugada lo más seguro que estaba durmiendo por eso no contestaba, así que volví a pagar el móvil y me fuí directo al baño, me di una larga ducha tratando de controlar mi cuerpo.

Naseem se va a decepcionar de mi cuando se entere que no he comido casi nada desde que llegué, la culpa de dejarlos solos a él y los chicos me inunda siempre, el estómago se me cierra y claramente no puedo comer.

Cuando no salía con Trix me quedaba en la habitación acostada sin hacer nada productivo,a veces miraba algo en Netflix o armaba el rompecabezas de dos mil piezas que compré por Amazon la segunda noche que no podía dormir y hacía la tarea del instituto pero nada más que eso.

El timbre sonó y la chica del servicio pasó con un carrito.

—Aca tiene el sushi que pidió con helado de menta granizadas— Ella dijo felizmente pero cuando destapó el sushi el olor me dió  narices y di unos pasos hacia atrás,el olor era realmente feo hasta me habían dando pequeñas náuseas, ella volvió a cerrar al sushi y me quedó mirando.

—Si quieres te puedo traer otro señorita— negué con la  cabeza tomando el pote de helado.

—Me quedó con esto,muchas
gracias—  Se fue de la habitación y me acosté a ver una película,ese era el gran plan de hoy, ver películas y comer helado, al final eran unas pequeñas vacaciones.

Escucho el timbre de la habitación y con mucha fuerza me levanto de la cómoda cama, al abrir la puerta ahí estaba Tommy, el chico de la playa. Y estaba con su pequeña hija Camille, ella estiró sus pequeños bracitos hacia mi.

—Buenas medias mañana pequeña— la alzó y pasamos para dentro de mi habitación.

—Estas segura que la puedes cuidar por un día?— me dijo Tommy dejando una pequeña mochila con las cosas de ella  en la cama.

Tommy tenía que ir al juzgado por la custodia de Camille de urgencia y la jueza le pidió que no la lleve así no sería tanto para ella, así que yo me ofrecí a cuidarla por un día.

—Si obvio,ella va a estar muy bien cuidada — la pequeña me abraza y le sonreímos las dos.

—Lo sé, cualquier cosa llámame— acepté con la cabeza.

—Tu tranquilo, te pasaré fotos de ella y te llamaré si pasa algo.

—Lia de shucassssssssss— grito la pequeña alzando los brazos y ambos reímos.

—Si, día de chicas y de noche pijama— ella rió — va a estar bien y se te va a hacer tarde y vas a perder el vuelo.

—Si, ahí en la mochila hay ropa de ella, fórmula porque aún toma y su peluche favorito, chau mi amor, vendré pronto.

La pequeña Camille lo saludo con la mano y como si no importará se fue corriendo hacia donde estaba la televisión y se puso a mirar la película que yo estaba mirando anteriormente.

Tommy se volvió a despedir de ella y fuimos juntos hasta la puerta.

—Cuidala bien Sam, es todo lo que tengo.

Más allá de mí [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora