XXIX

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Naseem.

La cabeza me iba a mil por hora después de escuchar todo el daño que su propia familia le hizo.

Tan perfecta e inalcanzable que se veía hace un par de meses atrás y siempre fue así tan indefensa y con un pasado peor que el de muchos.

Verla dormír me da tranquilidad y me asusta de igual forma, que maldita madre no le cree a su hija cuándo le está diciendo que está siendo abusada sexualmente, no es como una caída de un árbol, es algo grave.

A lo lejos sobre la carretera ví un pequeño edificio y al acercarme cada vez más me di cuenta que era un Hotel, baje del coche y en la recepción había una chica de cabello oscuro.

—Buenas noches jóven ¿Se le ofrece algo?— la chica tenía una voz muy dulce.

—Umm.....si tienen habitaciónes? —La chica tenía una mirada muy rara, nada que ver a la de su voz y algo dentro me decía que siguiera mi rumbo.

—Si, tenemos las 204, ¿La quiere para ya?.

—Si, por favor, pero primero voy a buscar a mi novia al coche— Me iba a dar media vuelta pero la chica me agarró del hombro.

—Ou...no hace falta eso, conmigo te la puedes pasar bien o mejor— Le saque la mano del hombro a la chica y camine lo más rápido hacia el coche, pero antes de subir ella me gritó algo que me dejó descolocado.

—Ojo con la gente de la ruta a estás horas y dónde entras.

Subí al coche rápidamente y el sonido de golpe de la puerta hizo que Sam se despertará.

—¿Qué hacemos acá?— Preguntó aún dormida mirando el sitio y encendí el coche.

—Iba a buscar un lugar para dormir pero ahí adentro solo hay una chica loca, con mirada escalofriante—Sam volvió a mirar el lugar por la ventana de atrás del coche

—No soy muy genia, pero ese lugar está abandonado hace años cariño y las luces se apagaron—La mire con los ojos abiertos y mire hacia atrás por el espejo de retrovisor y era verdad.

—Que mierda.....

—No lo sé, pero no vuelvas a parar en mitad de la carretera y de noche, si estás cansado yo conduzco— Negué con la cabeza y ella se volvió a acomodar en el asiento para seguir durmiendo.

—De seguro debió ser alguna Adolescente haciendo bromas, mañana es 31 de octubre—susurro y volvió a dormir, voy a empezar a odiar a los de mi generación si siguen así.

Conducí hasta que dieron las cinco de la mañana y ya estábamos más cerca, solo a cuatro horas más, aparqué en un estacionamiento en un supermercado y me quedé profundamente dormido en mi asiento.

Unos fuertes golpes en la puerta me despertaron e hizo que quedará sentado y paralizado a la vez, la risa de Sam se escuchó desde el otro lado de la puerta.

—La adolescente en un hotel abandonado volvió para comerte—Bromeo metiéndose en el carro.

—Si la adolescente eres tú, no me importaría que me comieras.

—Hay, ya arruinaste  mi  momento de burlarme de ti, traje cosas para desayunar— Alzó las bolsas y le di un curro beso en la mejilla.

—Bien, ¿cómo está?.

—Bien, cansada porque no pude dormir bien, pero bien— empezó a desempacar las cosas que había comprado para desayunar.

Tomó un paquete de oreos y lo empezó a comer como si fuera la última cosa de la vida y yo tomé un jugo de manzana en caja.

Más allá de mí [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora